España en la encrucijada: Regeneracionismo, conflictos internacionales y crisis social (1902-1917)

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1. El Regeneracionismo Político

Tras la guerra de Cuba, la Reina Regente María Cristina confió en Silvela para formar un gobierno conservador. Silvela convocó elecciones e impulsó una política reformista, incluyendo ajustes presupuestarios que aumentaron los precios de productos básicos y crearon nuevos impuestos para afrontar la deuda. El cierre de cajas resultante llevó a la Reina a devolver el poder a los liberales, reavivando el turnismo. En 1902, Alfonso XIII fue coronado con 16 años. Un año después, con el fallecimiento de Sagasta, Maura lideró el partido conservador y Canalejas el liberal. Ambos, con ideas regeneracionistas, mantuvieron el turnismo y la manipulación electoral. Maura, como jefe de gobierno, buscó una renovación dentro del conservadurismo. Creó las "masas neutras" para gobernar eficazmente y limitar la influencia popular. Impulsó medidas económicas para la industria y creó el Instituto Nacional de Previsión, un seguro obrero. Los sucesos de la Semana Trágica en Barcelona y su dura represión marcaron el fin de su gobierno. Canalejas, al frente del gobierno liberal, buscó modernizar la política y atraer sectores populares limitando el poder de la Iglesia, impulsando su separación del Estado. Implementó leyes para mejorar las condiciones laborales y la Ley de Mancomunidades, que permitía la unión de diputaciones provinciales. Su asesinato interrumpió estas reformas, aunque la Ley de Mancomunidades se aprobaría posteriormente.

2. El Problema de Marruecos

La Conferencia de Algeciras y un tratado hispano-francés establecieron un protectorado franco-español en Marruecos. A España le correspondió El Rif, con el objetivo de pacificarlo y organizarlo. España buscaba beneficios económicos y restaurar el prestigio del ejército, aspirando a recuperar su estatus de potencia. La derrota española en el Barranco del Lobo llevó al envío de más tropas, provocando en Barcelona una movilización antibélica al embarcar las tropas hacia Marruecos. Se convocó una huelga general que derivó en una revuelta popular con un fuerte sentimiento anticlerical, atacando y quemando lugares religiosos. Las autoridades declararon el Estado de guerra y enviaron refuerzos. La falta de coordinación política y la dura represión del gobierno de Maura, con consejos de guerra y condenas a muerte, provocaron protestas y peticiones de dimisión. La oposición logró que el Rey disolviera las Cortes y diera el poder a los liberales. Durante el gobierno conservador de Dato, comenzó la Primera Guerra Mundial. España se declaró neutral, exportando productos industriales y agrarios a los combatientes a precios elevados, enriqueciendo a los industriales españoles. Sin embargo, esto perjudicó a la población española, que sufrió un aumento de precios sin un incremento salarial equivalente, agudizando el conflicto social y las protestas.

3. La Crisis de 1917

Influenciada por la Revolución Bolchevique, las dificultades de la Restauración, el descontento militar y la conflictividad social, surgió una protesta generalizada. La abundancia de oficiales, favoreciendo a los militares africanistas, complicó la situación en el ejército. Se formaron Juntas de Defensa, asociaciones de militares que exigían mejoras salariales y se oponían a los ascensos por méritos de guerra. Culpando al gobierno de los problemas del ejército y del país, se exigió una renovación política, que el gobierno rechazó. Dato y su partido fueron reemplazados por los liberales, quienes, recurriendo a la corrupción política, cerraron las Cortes. El regreso de Dato al poder y su negativa a reabrir las Cortes llevó a la creación de una Asamblea de Parlamentarios, que solicitó un gobierno provisional y la convocatoria de Cortes Constituyentes para reformar el sistema político. Este movimiento parlamentario, con escaso apoyo, fracasó en su intento de reforma constitucional. Ante la negativa del gobierno a bajar los precios y un conflicto ferroviario, los sindicatos convocaron una huelga general con tintes revolucionarios, buscando un sistema republicano. Con una participación desigual y escasa presencia campesina, la huelga fracasó tras la intervención del ejército. Sin embargo, debilitó aún más al régimen de la Restauración, que entraría en su crisis definitiva en los años siguientes.

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