Espacio y tiempo en "Los Santos Inocentes". Miguel Delibes
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EL TIEMPO
El tiempo histórico
No existe una fecha explícita que lo indique mas, en el libro segundo, hallamos una
referencia que permite ubicarnos históricamente. Al burlarse del deseo de Nieves por comulgarse
, el señorito Iván dice que «la culpa no la tienen ellos, la culpa la tiene ese dichoso Concilio que
los malmete». Se refiere al Concilio Vaticano II celebrado en Roma durante tres años (1962-65).
Además, el uso del tractor, masiva migración a las ciudades-inicio de la mecanización
del campo-, apuntan a la década de los sesenta. La mayor parte de los acontecimientos del
relato se sitúa en torno la década de los sesenta.
El tiempo textual
La subjetividad con que Delibes usa el tiempo intensifica el sentido de muchos elementos
temáticos de la novela, se manifiesta en dos tiempos distintos:
_ Un tiempo (concreto, concentrado) de los acontecimientos más importantes, y
ot ro (dilatado, diferido) para el resto de los sucesos.
_ Un tiempo puntual en el que se ubican los episodios que rompen la rutina y un
tiempo habitual que expresa la rutina en el cortijo.
El tiempo de los acontecimientos
Como podemos comprobar, el relato de los acontecimientos finales se hace de
manera lineal y en un tiempo reducido lo que determina el ritmo rápido de la acción:
accidentes de Paco; su sustitución por el Azarías como secretario; la muerte de la segunda
milana y el asesinato del señorito Iván, ocupan los libros quinto y sexto. Se producen en un tiempo
corto: tres semanas.
El relato de los episodios precedentes se hace con libertad en el uso del tiempo:
hechos lejanos imprescindibles para justificar los finales. El ritmo es más pausado.
EL ESPACIO
Para Delibes, el paisaje no es una mera acotación escénica separada del hecho narrativo
sino que posee una gran relevancia temática y cumple una función integradora, ya que los
personajes se reconocen en él y los conflictos y las pasiones tienen casi siempre una referencia en
el marco en que se producen.
Se ha dicho que Delibes ha «desnoventayochizado» Castilla. Frente a los escritores del
98, Delibes se afana por presentar a la Castilla real, tal como él la contempla desde cerca,
observada en numerosos viajes, con un criterio realista.
El espacio en que Delibes sitúa Los santos inocentes resulta novedoso, ya que los
cortijos no son propios de Castilla, se trata de un latifundio que pertenece a una persona en
donde la jerarquización esta muy presente. Estaría cercano a la frontera ya que Azarías divisa
desde La Jara, “el Cerro de las Corzas”, pero Delibes no concreta el lugar de la acción.
El paisaje del cortijo
Los elementos que conforman el paisaje del cortijo aparecen minuciosamente
descritos, presenta dos zonas:
A) El espacio natural es una gran extensión de terreno, que necesita
guardas que obedecen al guarda mayor.
Es una tierra de labor, una parte de ella se dedica a la agricultura, poco importante.
Otra parte se dedica al ganado
Pero el cortijo es un gran escenario de caza para el disfrute de los señoritos y de sus
invitados.
B) La zona de viviendas, que reúne a los habitantes del cortijo:
- Es una zona cerrada, protegida por una tapia y un portón que debe abrir la Régula Hay
una corralada (espacio abierto) en la que se reúnen los sirvientes para celebrar la llegada de
la señora Marquesa y que está rodeada por las casas de los trabajadores Más alejados se
encuentran los edificios donde se aloja el ganado.
- En el interior se hallan los tres edificios principales:
1- La Casa Grande, vivienda de los propietarios del cortijo, deshabitada salvo en las
cortas temporadas en que acuden sus dueños.
2- La Casa de Arriba, en la que viven el encargado, don Pedro, y su esposa; doña
Purita.
3- Una pequeña capilla en la que el obispo celebra la misa de la Primera Comunión.
Función significativa del espacio
- El paisaje del cortijo tiene valor por sí mismo: transmite una fuerte impresión de
realidad y se constituye en fuente de conocimiento de un modo de vida peculiar.
- Es factor imprescindible para dotar a los episodios de cohesión. Es, en este sentido, un
gran escenario por el que discurren los personajes y el elemento, que traba el aparente
desorden de los episodios.
- Revela la estructura jerárquica del latifundio, Cada elemento del paisaje refiere las
diferencias sociales de los seres que transitan por él.
- Expresa una doble actitud del hombre ante la naturaleza. El hombre campesino
vive, resignado y feliz, en perfecta armonía con la tierra; los dueños de la finca, en
cambio, sólo viajan a ella para divertirse o controlar las cosas.
- En síntesis, la naturaleza se asimila a los personajes humildes de la novela. Azarías lleva
una vida absolutamente equiparada a la de los animales: alimenta sus pájaros, pela la
caza, corre el cárabo, hace sus necesidades a cielo abierto, abona las flores con los
excrementos y cuida de su sobrina como lo hace con el búho o la grajeta. Paco, el Bajo,
es como un perro de finísimo olfato, imprescindible para su amo. La Niña Chica lleva
una vida menos sensitiva que los animales de la finca: no siente, no reacciona… sólo
emite alaridos desgarradores. Los personajes femeninos de la familia de Azarías no se
identifican tanto con la naturaleza, porque desarrollan su labor en espacios cerrados. Es lo
que ocurre a la Régula y a Nieves, que no paran de trabajar en las labores de la casa.
Nieves no puede estudiar porque a don Pedro, el “Périto”, se le ha ocurrido la idea de
colocarla a servir como criada en su casa. Quirce es el único que parece adoptar una
postura distanciadora y levemente recelosa, pues en su mirada se vislumbra cierto rencor
o, cuando menos, un no “estar por la labor” de contentar los caprichos del señorito Iván.
El tiempo histórico
No existe una fecha explícita que lo indique mas, en el libro segundo, hallamos una
referencia que permite ubicarnos históricamente. Al burlarse del deseo de Nieves por comulgarse
, el señorito Iván dice que «la culpa no la tienen ellos, la culpa la tiene ese dichoso Concilio que
los malmete». Se refiere al Concilio Vaticano II celebrado en Roma durante tres años (1962-65).
Además, el uso del tractor, masiva migración a las ciudades-inicio de la mecanización
del campo-, apuntan a la década de los sesenta. La mayor parte de los acontecimientos del
relato se sitúa en torno la década de los sesenta.
El tiempo textual
La subjetividad con que Delibes usa el tiempo intensifica el sentido de muchos elementos
temáticos de la novela, se manifiesta en dos tiempos distintos:
_ Un tiempo (concreto, concentrado) de los acontecimientos más importantes, y
ot ro (dilatado, diferido) para el resto de los sucesos.
_ Un tiempo puntual en el que se ubican los episodios que rompen la rutina y un
tiempo habitual que expresa la rutina en el cortijo.
El tiempo de los acontecimientos
Como podemos comprobar, el relato de los acontecimientos finales se hace de
manera lineal y en un tiempo reducido lo que determina el ritmo rápido de la acción:
accidentes de Paco; su sustitución por el Azarías como secretario; la muerte de la segunda
milana y el asesinato del señorito Iván, ocupan los libros quinto y sexto. Se producen en un tiempo
corto: tres semanas.
El relato de los episodios precedentes se hace con libertad en el uso del tiempo:
hechos lejanos imprescindibles para justificar los finales. El ritmo es más pausado.
EL ESPACIO
Para Delibes, el paisaje no es una mera acotación escénica separada del hecho narrativo
sino que posee una gran relevancia temática y cumple una función integradora, ya que los
personajes se reconocen en él y los conflictos y las pasiones tienen casi siempre una referencia en
el marco en que se producen.
Se ha dicho que Delibes ha «desnoventayochizado» Castilla. Frente a los escritores del
98, Delibes se afana por presentar a la Castilla real, tal como él la contempla desde cerca,
observada en numerosos viajes, con un criterio realista.
El espacio en que Delibes sitúa Los santos inocentes resulta novedoso, ya que los
cortijos no son propios de Castilla, se trata de un latifundio que pertenece a una persona en
donde la jerarquización esta muy presente. Estaría cercano a la frontera ya que Azarías divisa
desde La Jara, “el Cerro de las Corzas”, pero Delibes no concreta el lugar de la acción.
El paisaje del cortijo
Los elementos que conforman el paisaje del cortijo aparecen minuciosamente
descritos, presenta dos zonas:
A) El espacio natural es una gran extensión de terreno, que necesita
guardas que obedecen al guarda mayor.
Es una tierra de labor, una parte de ella se dedica a la agricultura, poco importante.
Otra parte se dedica al ganado
Pero el cortijo es un gran escenario de caza para el disfrute de los señoritos y de sus
invitados.
B) La zona de viviendas, que reúne a los habitantes del cortijo:
- Es una zona cerrada, protegida por una tapia y un portón que debe abrir la Régula Hay
una corralada (espacio abierto) en la que se reúnen los sirvientes para celebrar la llegada de
la señora Marquesa y que está rodeada por las casas de los trabajadores Más alejados se
encuentran los edificios donde se aloja el ganado.
- En el interior se hallan los tres edificios principales:
1- La Casa Grande, vivienda de los propietarios del cortijo, deshabitada salvo en las
cortas temporadas en que acuden sus dueños.
2- La Casa de Arriba, en la que viven el encargado, don Pedro, y su esposa; doña
Purita.
3- Una pequeña capilla en la que el obispo celebra la misa de la Primera Comunión.
Función significativa del espacio
- El paisaje del cortijo tiene valor por sí mismo: transmite una fuerte impresión de
realidad y se constituye en fuente de conocimiento de un modo de vida peculiar.
- Es factor imprescindible para dotar a los episodios de cohesión. Es, en este sentido, un
gran escenario por el que discurren los personajes y el elemento, que traba el aparente
desorden de los episodios.
- Revela la estructura jerárquica del latifundio, Cada elemento del paisaje refiere las
diferencias sociales de los seres que transitan por él.
- Expresa una doble actitud del hombre ante la naturaleza. El hombre campesino
vive, resignado y feliz, en perfecta armonía con la tierra; los dueños de la finca, en
cambio, sólo viajan a ella para divertirse o controlar las cosas.
- En síntesis, la naturaleza se asimila a los personajes humildes de la novela. Azarías lleva
una vida absolutamente equiparada a la de los animales: alimenta sus pájaros, pela la
caza, corre el cárabo, hace sus necesidades a cielo abierto, abona las flores con los
excrementos y cuida de su sobrina como lo hace con el búho o la grajeta. Paco, el Bajo,
es como un perro de finísimo olfato, imprescindible para su amo. La Niña Chica lleva
una vida menos sensitiva que los animales de la finca: no siente, no reacciona… sólo
emite alaridos desgarradores. Los personajes femeninos de la familia de Azarías no se
identifican tanto con la naturaleza, porque desarrollan su labor en espacios cerrados. Es lo
que ocurre a la Régula y a Nieves, que no paran de trabajar en las labores de la casa.
Nieves no puede estudiar porque a don Pedro, el “Périto”, se le ha ocurrido la idea de
colocarla a servir como criada en su casa. Quirce es el único que parece adoptar una
postura distanciadora y levemente recelosa, pues en su mirada se vislumbra cierto rencor
o, cuando menos, un no “estar por la labor” de contentar los caprichos del señorito Iván.