Escultura y Pintura: Gargallo, Chillida, Kandinsky, Dadaísmo y Surrealismo

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Pablo Gargallo

Gargallo (1881-1934) nacido en Maella (Zaragoza) comienza su formación en Barcelona, en el taller de Eusebi Arnau. Se relacionó con los artistas de Els Quatre Gats. Vivió en París, donde se relacionó con Gris y Picasso.

Mantuvo simultáneamente dos estilos: uno clásico, relacionado con el modernismo y con el novecentismo, y un estilo vanguardista en el que experimenta con la desintegración del espacio y las formas y los nuevos materiales. Desarrolló un estilo de escultura basado en la creación de objetos tridimensionales de placas planas de metal, papel y cartón. Algunas de estas esculturas tienen un tipo de minimalismo. Realizó esculturas más tradicionales en bronce, mármol… Entre sus obras se encuentran tres piezas inspiradas en Greta Garbo: Masque de Greta Garbo à la mèche, Tête de Grete y los Garbo avec chapeau y Masque de Greta Garbo aux cils.

Su obra más conocida es El profeta, la culminación de su concepto cubista de escultura del hueco y a la vez posee una energía expresionista que conecta con la tradición bíblica.

Eduardo Chillida

Chillida (1924-2002) a los 18 años comienza sus estudios para preparar el ingreso a la Escuela Técnica Superior de Arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid, que después abandonó.

Empezó a dibujar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde se familiariza con el dibujo natural y realiza sus primeras esculturas.

Se traslada a París donde efectúa sus primeras esculturas en yeso. Comienza su rivalidad con Jorge Oteiza, quien le acusó de plagiar sus obras.

En 1951, Chillida regresa a San Sebastián, donde hace su primera pieza de hierro, Ilarik, material que utilizará a lo largo de toda su vida.

Defendió la obra pública como mecanismo para garantizar un acceso a su obra en lugar de la realización de obras de arte en serie. Algunas de sus obras más conocidas no sólo se encuentran en espacios públicos, sino que forman parte de ellos como el Peine del Viento, en San Sebastián.

La relación de esta pieza con el entorno hace que se encuentre a medio camino entre la escultura y el urbanismo. La parte más conocida la componen tres piezas en hierro asentadas sobre rocas calcáreas y sujetas con dos puntos de anclaje. Cada pinza levanta en el espacio sus tres tentáculos, entre los cuales se abre el paso el viento.

Abstracción. Kandinsky

La abstracción no es un movimiento pictórico del siglo XX, sino una tendencia connatural al hombre desde que comienza a hacer arte. Así, encontramos abstracción en las cerámicas griegas, la cerámica vidriada islámica…

Dentro de la abstracción, los artistas pueden realizar sus obras desde distintas perspectivas: desde el lado de los sentimientos (abstracción lírica) y desde el lado de la razón (abstracción geométrica o constructivismo).

Kandinsky es considerado el padre de la abstracción y realizó tanto abstracción lírica como geométrica. También le dio su nombre a la segunda etapa del expresionismo con su obra El jinete azul. Primero hizo abstracción lírica, a la que llegó a través de simplificar cada vez más la realidad, centrado exclusivamente en la belleza y musicalidad del color. Aquí podemos encontrar una obra como Improvisación 7, donde las figuras se estilizan alejándose de su realidad plástica y el color evoluciona hacia una sinfonía de manchas.

Dadaísmo

La guerra obliga a algunos artistas europeos a refugiarse en la neutral Suiza. Se reúnen en un café bohemio llamado Cabaret Voltaire. Con la excepción de Duchamp, eran artistas de segunda fila apoyados por maestros como Picasso y Kandinsky que pensaban que la guerra había ido tan lejos que debían colaborar en un movimiento destructor de la pintura. En un diccionario abierto al azar encontraron la voz infantil “Dadá”, con la que se bautizó al grupo.

Empeñados en escandalizar a la burguesía hacen cuadros con basuras, exaltan un orinal a la categoría de obra de arte… Duchamp se mofa del arte tradicional al poner bigotes a una copia de La Gioconda. La crítica del Dadaísmo aparece en Los pilares de la sociedad de Grosz. Un periodista bizquea y lleva un orinal por sombrero; un sacerdote de nariz roja bendice con los ojos cerrados. Todos los pilares de Alemania se representan caricaturizados y llevan a la nación al incendio de la parte superior izquierda.

Pasada la histeria de la guerra, el Dadaísmo se extingue.

Surrealismo. Magritte

Nace de la mano de André Breton. El Surrealismo trata de plasmar el mundo de los sueños, cuya importancia demostró el Psicoanálisis.

Los pintores presentan una animación de lo inanimado, metamorfosis, aislamiento de fragmentos anatómicos, máquinas fantásticas, perspectivas vacías… Toma importancia el tema del sexo, por influencia de Freud.

El Surrealismo presenta dos líneas: la objetiva y la antiobjetiva. La objetiva muestra objetos más o menos comunes, asociados de modo extraño y sus principales representantes son Dalí o Magritte. Por otro lado, tenemos la línea antiobjetiva, objetos que no existen en la vida real (Ives Tanguy o Miró).

Podemos encontrar dos polos opuestos: Dalí y Chagall. Para Dalí, la distorsión y el alargamiento ofrecen un dramatismo extraordinario. Chagall muestra un arte en el que todo es posible: personas volando, casas sobre el tejado...

Magritte elaboró una pintura contraria al automatismo, reflexiva y minuciosa caracterizada por la asociación de elementos disímiles. En El tiempo detenido muestra el interior de una habitación en el que un tren sale llameante de una chimenea doméstica. En La voz de los vientos es la premonición de una amenaza: los globos flotan y pesan como símbolos de algo que puede aplastar. En cuadros como Esto no es una pipa muestra el equívoco que subyace en la pintura como representación de la realidad y pone en cuestión la equivalencia entre palabra y objeto.

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