Errores comunes al hablar en público

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1. Creer que sabemos hablar en público

No sabemos hablar en público porque nuestro público es diferente, el tema a tratar es distinto, y otros muchos factores que hacen de cada charla algo único. El error está en pensar que como sabemos expresarnos, hemos estudiado la lección, tenemos buena vocalización, nuestra capacidad de improvisación es altísima y, por supuesto, disponemos de una gran confianza en nosotros mismos, pues sabemos hablar en público. La confianza está bien, el exceso te puede llevar a la prepotencia, a olvidar a quién y de qué estamos hablando, y por lo tanto a cometer graves errores.

2. No ensayar y practicar

No es necesario ensayar. Error muy común por exceso de confianza. Siempre hay que practicar lo que vamos a decir, probar nuevas formas, mejorar. No menosprecies a la audiencia.

3. No saberte la lección

Como eres experto en el tema, pues no necesitas estudiar. Craso error. Siempre habrá alguien entre el público que sepa más que tú, siempre. Deberás estar al día, tener actualizados los datos, conocer teorías, etc.

4. No tener un guion y un esquema

Por muy claro que lo tengamos nosotros, por mucho que dominemos el tema, por muy estructurado que creamos que lo tenemos, el oyente puede perderse fácilmente, por lo que tenemos que tener en cuenta todos los factores que pueden intervenir en su concentración y atención.

5. No te centres en ti, piensa en quien te va a escuchar

Estructura tu discurso. Reflexiona y deja por escrito lo que quieres transmitir. Busca objetivos. Haz un índice. Y cuando lo hayas hecho, quita los subíndices o apartados. Simplifica. Deja los mínimos temas posibles. Organiza la parte teórica de la práctica. Calcula la duración. Deja algo de tiempo para posibles preguntas.

6. No ser empático

¿Quiénes son? ¿Qué quieren? ¿Qué buscan? ¿Qué saben? ¿Cómo actúan? ¿Qué necesitan? Hay muchas más preguntas, señoría, pero te las tendrás que hacer tú mismo.

7. Olvidarse de escuchar

No pretendas que cada vez que hables todo el mundo asienta y te tenga en un altar. Para evitar este error, mira a la audiencia, ya sean dos o dos mil, mira. Escucha, percibe su energía. Siente si se mueven, cómo respiran, qué te transmiten. Tu charla deberá amoldarse a ellos, y no ellos a ti. Hablar en público es hablar para un público, no para ti.

8. Abusar de lo que sabemos qué hacemos bien

Cualquier recurso que dominemos, deberemos no hacer un uso excesivo de él.

9. No tener un objetivo claro

Deberías marcarte un objetivo principal y unos objetivos secundarios. Por ejemplo, en el caso del comerciante, su objetivo principal debe ser vender. Sus objetivos secundarios podrían ser afianzar la marca, presentar nuevos productos, dar a conocerse al cliente, etc. Teniendo los objetivos claro, podrás elaborar un buen discurso, perfectamente estructurado, y dominar hablar en público.

10. No utilizar el mismo lenguaje que tu audiencia

Cuidado con el lenguaje técnico. Porque la audiencia transmite una energía, y debes amoldar tu forma de ejecutar el discurso habiéndote impregnado de dicha energía. Si no lo haces, desconectarán.

11. Interpretar la partitura a nuestro antojo

Básicamente se trata de ritmo. Los tiempos son el resultado del ritmo. Si eres lento, se alargará y probablemente aburrirás. Si eres rápido, será breve, y probablemente la gente no entenderá nada. ¿Cómo controlamos el ritmo? Pues escribiendo una partitura musical junto a la planificación del discurso.

12. No cuidar la vocalización y dicción y no cuidar la proyección de la voz

Esos malos hábitos que arrastramos con nosotros por un buen número de factores, desde la región donde nos criamos, donde, aunque se hable el mismo idioma cada una tiene un acento diferente, hasta el nivel sociocultural en que nos criamos. En este caso, algo que hace característico a cada ser humano, es una desventaja a la hora de hablar en público.

13. No cuidar el lenguaje no verbal

En la comunicación intervienen 3 factores: Kinesia. Paralingüística. Proxémica. La kinesia son todos aquellos gestos que hacemos y no expresamos de forma verbal. Los movimientos corporales, la postura, los gestos, la expresión facial, la mirada, los silencios. La paralingüística es la parte que se ocupa de todos los elementos que acompañan a la comunicación oral y escrita. La proxémica es el espacio que utilizamos para comunicarnos y relacionarnos. En otras palabras, el estudio de la proximidad. Incluye tanto las comunicaciones individuales como las que realizamos con los demás, en nuestro espacio y en un espacio común. Cuando mezclamos estos tres elementos, cuando los dominamos, nuestra comunicación es más eficaz, y suele haber menos errores en el receptor.

14. Comenzar y terminar el discurso sin energía

El principio y el final debe ser enérgico, sorprendente. Al comienzo para captar la atención, al final para dejar huella. Si no se hace, tu charla, tu venta, tu comunicación, será una más que haya escuchado tu interlocutor, y quedará en el olvido en poco tiempo. Por eso, la mejor forma, es planificar los dos o tres puntos fuertes al comienzo y al final.

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