Época Medieval: Sociedad, Cultura y Literatura en la Península Ibérica

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Edad Media: Un Milenio de Transformaciones Sociales y Culturales (siglos V al XV)

La Edad Media abarca un extenso período de aproximadamente mil años, desde el siglo V hasta finales del XV. Inicialmente, la población se concentraba en el campo, con ciudades de escasa importancia. La comunicación se veía dificultada por caminos precarios y medios de transporte primitivos.

Estructura Social y Feudalismo

La sociedad medieval estaba dividida en estamentos: eclesiásticos, nobles y labradores. Los dos primeros poseían las tierras, mientras que los labradores las trabajaban. Los nobles ofrecían protección militar a sus vasallos, y la Iglesia se encargaba de la vida espiritual. Esta organización social, conocida como feudalismo, entró en crisis en el siglo XII. Las ciudades crecieron, las rutas comerciales se multiplicaron y los burgos (ciudades) y los burgueses adquirieron mayor relevancia, dando origen a una nueva clase social: la burguesía.

Cultura y Transmisión del Saber

Durante los primeros siglos medievales, la cultura escrita se refugió en los monasterios, donde los libros (manuscritos) se copiaban a mano. Paralelamente, existía una cultura popular de transmisión oral, cuyos vestigios se encuentran en canciones, costumbres y fiestas, reflejando una sociedad eminentemente agrícola. Con el tiempo, la posesión de libros se convirtió en un símbolo de distinción, lo que llevó a los nobles a crear sus propias bibliotecas. Entre los siglos XII y XIII surgieron las primeras universidades.

El final de la Edad Media se caracterizó por una mayor movilidad geográfica y la aparición de nuevos sentimientos, como el individualismo, la soledad y la angustia personal. Surgieron grandes escritores, como Dante en Italia con La Divina Comedia, Petrarca con su poesía, y Boccaccio con el Decamerón; y Chaucer en Inglaterra con Los Cuentos de Canterbury.

La Península Ibérica: Encuentro de Culturas

En la Península Ibérica, desde la llegada de los árabes, coexistieron una zona musulmana al sur y reinos cristianos al norte. En Castilla, Aragón y Al-Ándalus convivieron personas de tres religiones: cristiana, musulmana y judía. España actuó como puente entre los conocimientos del mundo árabe y la cultura latina europea. Sin embargo, a partir del siglo XIV, la armonía medieval entre estas culturas se rompió, extendiéndose el antisemitismo y persiguiéndose a judíos y moriscos. El latín fue adquiriendo particularidades regionales, dando lugar a las diversas lenguas romances.

La Literatura Medieval en la Península Ibérica

La Poesía Oral: El Mester de Juglaría

En una sociedad mayoritariamente iletrada, los textos debían transmitirse de memoria. La poesía lírica se expresaba a través de canciones, bailes, etc. La poesía épica, que narraba hazañas de héroes, también iba acompañada de música. Ambas eran difundidas por los juglares, cantores y actores que entretenían a la gente en pueblos y castillos; por ello, se le denomina Mester de Juglaría.

La Lírica Peninsular Primitiva

Se conservan algunos testimonios escritos de la lírica oral peninsular de la Edad Media, como las jarchas mozárabes y las cantigas de amigo gallegas. Las jarchas son breves composiciones líricas en mozárabe, transmitidas oralmente, que presentan similitudes con otros poemas peninsulares y europeos en cuanto a tema amoroso, voz femenina, sencillez expresiva y versos cortos. Algunos rasgos las acercan al mundo oriental. Muchas características son compartidas por las cantigas de amigo gallego-portuguesas, como el tema amoroso y la voz femenina, aunque también existen diferencias significativas.

La Épica: El Cantar o Poema de Mio Cid

La épica es la narración de las hazañas de un héroe, antepasado del pueblo que las canta. Los poemas épicos relatan sucesos de carácter histórico, aunque con elementos ficticios. Recibían el nombre de cantares de gesta y fueron frecuentes en la Europa medieval. Uno de los más importantes es el Cantar de Mio Cid, conservado en un manuscrito del siglo XIV. Los versos son irregulares y de medida variable. La lengua del poema destaca por su claridad, las frecuentes llamadas a los oyentes, las expresiones exclamativas y el paso constante de la narración al diálogo en estilo directo. Se ha dividido en tres partes o cantares: Cantar del Destierro, Cantar de las Bodas y Cantar de la Afrenta de Corpes. La estructura se basa en el proceso de pérdida y recuperación de la honra del Cid. El contenido presenta tres aspectos:

  • Político: Castilla frente a León, el Cid se enfrenta al rey, de origen leonés. Los enemigos del Cid son nobles de procedencia leonesa.
  • Socioeconómico: El cantar expresa ideales de ascenso social que agradaban tanto al juglar como a sus oyentes. El poema refleja en el protagonista el modo de vida belicoso de la gente de frontera, su deseo de prosperar y su desprecio por la alta nobleza.
  • Individual: El héroe, Rodrigo Díaz, desterrado por el rey, se enfrenta al problema de recuperar su honra y ganarse el sustento. El Cid actúa como un héroe épico.

El Mester de Clerecía

El Mester de Clerecía es el oficio propio de los clérigos. Las obras son escritas por autores cultos y los temas suelen ser religiosos. Su carácter culto se evidencia en tres textos anónimos del siglo XIII: el Libro de Apolonio (poema de aventuras), el Libro de Alexandre (que narra la vida de Alejandro Magno) y el Poema de Fernán González (reelaboración de un poema épico anterior). Algunos autores destacados del siglo XIII son Gonzalo de Berceo (Milagros de Nuestra Señora). Durante el siglo XIV, sobresalen Pero López de Ayala (Rimado de Palacio), Sem Tob de Carrión (Proverbios Morales) y Juan Ruiz (Libro de Buen Amor).

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