Enfermedades infecciosas del bovino: Encefalopatía espongiforme bovina y clostridiosis

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Principales enfermedades infecciosas del bovino parte 2: Encefalopatía espongiforme bovina (EEB)

La EEB es una enfermedad progresiva fatal del sistema nervioso de los bovinos. El periodo de incubación es largo, entre 4 y 5 años en promedio, y actualmente no existe ningún tratamiento ni vacuna. Forma parte de un grupo de enfermedades conocidas como encefalopatía espongiforme transmitible (EET), como la scrapie ovina y el creutzfeldt-jakob en humanos. Se caracteriza por la presencia de una proteína infecciosa anormal denominada prion en el tejido nervioso. La subsiguiente degeneración esponjosa del cerebro produce signos y síntomas neurológicamente graves y fatales. La EEB está inscrita en la lista del código sanitario para los animales terrestres de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y debe ser declarada a la OIE.

La enfermedad fue diagnosticada por primera vez en el Reino Unido en 1986 y ha aparecido en Europa, Asia, Oriente Medio y Norteamérica. Se cree que se transmite entre los bovinos por alimentación con desechos animales procesados de bovinos u ovinos infectados. El prion es resistente a los procedimientos comerciales de desactivación, como el tratamiento térmico, por lo que no puede ser destruido completamente durante el procesado. La incidencia de la EEB es mucho mayor en el ganado lechero que en el de carne, ya que el ganado lechero recibe más raciones concentradas que pueden contener harina de carne y hueso.

Métodos de inactivación: autoclave > 134ºC, hipoclorito de sodio (20ºC, 1 hora), hidróxido de sodio 2N, fenol 90, éter, acetona, permanganato potásico 0,0002m, urea 6m, 2 cloroetanol, cloroformo.

Riesgos para la salud pública: variante de creutzfeldt-jakob (vcjd) relacionado con el consumo de productos de vacuno contaminados por tejido nervioso infectado o productos sanitarios fabricados a partir del tejido de animales infectados. Es importante eliminar el tejido nervioso y linfático del animal, eliminar animales sospechosos en el matadero, manipular criteriosamente estos subproductos, y tener precaución en la producción de productos farmacéuticos humanos y veterinarios, productos sanitarios o cosméticos. También se deben evitar animales con EET.

Signos clínicos de la EEB:

La enfermedad se detecta solo en animales adultos después de un periodo de incubación de 4 a 5 años. Los síntomas pueden durar de 2 a 6 meses hasta la muerte del animal. Los signos clínicos incluyen comportamientos nerviosos o agresivos, depresión, hipersensibilidad al sonido y al tacto, criptación, temblores, posición anormal, falta de coordinación y dificultad para levantarse de la posición de reposo, pérdida de peso y disminución de la producción lechera.

Diagnóstico: Las sospechas de la enfermedad pueden basarse en los signos clínicos. El diagnóstico solo puede ser confirmado por examen microscópico del tejido cerebelar después del sacrificio del animal, mediante histopatología y detección por inmunohistoquímica.

Prevención y control:

Es importante llevar a cabo una vigilancia específica de los casos de la enfermedad y ser transparente en la notificación de casos de EEB. También se deben realizar pruebas de tamizaje en la faena de rutina y eliminar el material específico de riesgo, como el tejido cerebral o espinal, durante el sacrificio y procesado de las canales. Se debe sacrificar en condiciones decentes a todos los animales sospechosos y susceptibles expuestos a los piensos contaminados, y se debe identificar el rebaño para posibilitar una vigilancia y rastreabilidad eficiente de los rebaños sospechosos.

Clostridiosis

La clostridiosis es una enfermedad causada por el bacilo gram positivo esporulado Clostridium perfringens. Este bacterio es anaerobio, altamente resistente y excelente productor de toxinas.

Enfermedades clostridiales

Las enfermedades clostridiales incluyen la enterotoxemia y la clostridium perfringens, que tiene 5 serotipos productores de diversas toxinas. Los cuadros de enterotoxemia se caracterizan por un síndrome toxémico con manifestaciones clínicas de tipo digestivo y nervioso.

Clostridium perfringens: Este bacterio tiene una morfología, agrupación y afinidad tintorial específicas. Es anaerobio, esporulado y contaminante de alimentos. Es un patógeno oportunista.

Toxinas bacterianas: Las toxinas bacterianas son exotoxinas y endotoxinas de naturaleza proteica. Son parte importante de la virulencia y capacidad de evasión inmune bacteriana. Los diferentes tipos de toxinas son: tipo A (alfa), tipo B (alfa, beta, épsilon), tipo C (alfa beta), tipo D (alfa, épsilon) y tipo E (alfa beta).

Tipos de enfermedades según las toxinas:

  • Tipo A: Hemoglobinaria enterotoxemia en el bovino, hemoglobinaria en ovejas, intoxicación alimentaria en el hombre.
  • Tipo B: Enteritis ulcerativa en el bovino y equinos, disentería en ovejas.
  • Tipo C: Enterotoxemia hemorrágica en bovinos y ovinos, enteritis necrótica en el hombre.
  • Tipo D: Enterotoxemia en bovinos y ovinos, intoxicación alimentaria en el hombre.

Enterotoxemia bovina tipo A: Afecta a animales vigorosos de 1 a 10 semanas de edad, causando muerte repentina en un lapso de 5 a 10 minutos. Las lesiones patológicas incluyen inflamación, catarro y hemorragias, congestión renal y hemorragias subcapsulares, friabilidad y hemorragias en pericardio y endocardio, gastritis en intestino delgado y enteritis hemorrágica.

Diagnóstico diferencial: Se debe diferenciar de la enterotoxemia tipo C y D, así como de la enfermedad del músculo blanco (común en intestino del bovino, los tipos B, C y D no están presentes).

Tipo B:

Este tipo produce una enteritis ulcerativa aguda en vacas de 3 a 4 días de edad. También afecta a potrillos, corderos y lechones. Las lesiones incluyen inflamación catarral del tracto gastrointestinal, con hemorragias, úlceras y necrosis de la mucosa.

Tipo C:

Afecta a bovinos y cerdos de 2 semanas de edad y se caracteriza por una enteritis hemorrágica de corta duración.

Signos clínicos: Los signos clínicos corresponden a un cuadro de disentería, como cólicos agudos, diarrea hemorrágica y una duración de 1 día. Los factores predisponentes incluyen la edad y el clima frío y húmedo. A la necropsia se observa enteritis hemorrágica y ulcerativa.

En porcinos: Esta enfermedad tiene una distribución mundial. El Clostridium perfringens es un gram positivo que produce toxina y coloniza a los lechones en las primeras 24 horas de vida. Causa daño epitelial, diarrea y muerte hasta los 5 días de vida por enteritis. En adultos, puede causar trastornos del sistema nervioso central y diarreas. En cerdos reproductores, se puede aumentar la producción de proteínas de la toxina tipo A en los lechones y de tipo C por vía oral. El diagnóstico se realiza mediante cultivo y afecta principalmente al intestino delgado, aunque también puede afectar al intestino grueso, causando enteritis necrosante y hemorrágica.

Enterotoxemia o riñón pulposo tipo D:

Esta enfermedad afecta a rumiantes y se caracteriza por una toxemia aguda con diarrea, convulsiones, parálisis y muerte súbita. La mortalidad y morbilidad pueden variar entre el 1% y el 25%. Los factores predisponentes incluyen animales vigorosos entre 3 y 6 meses de edad y una dieta abundante en granos. Se presenta en primavera y otoño durante el pastoreo. La sobrealimentación o ingestión de granos produce cambios en las secreciones digestivas y pH, lo que favorece la producción de toxinas y la lesión del endotelio vascular, causando edema y síntomas neurotóxicos.

Signos clínicos: Los signos clínicos incluyen convulsiones, cabeza ladeada, caminar en círculos, coma y muerte. Algunos animales desarrollan diarrea acuosa y se recuperan. Es característico un alto contenido de azúcar en la sangre y orina.

Lesiones patológicas: Las lesiones incluyen un alto contenido en el pericardio, hemorragias subendocárdicas y riñón pulposo por descomposición. La alteración gastrointestinal es mínima.

Diagnóstico: Se realiza en animales bien alimentados y se demuestra la toxina en el líquido intestinal. Se debe diferenciar de la muerte súbita por pasteurelosis en corderos, hipocalcemia con hipomagnesemia y encefalomalacia simétrica focal en ovinos y bovinos adultos. Se recomienda inmunizar con toxoide.

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