Elementos constructivos de la arquitectura paleocristiana

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Arte Paleocristiano

  1. Contexto histórico

Durante tres siglos, se da un arte que va desde la caída definitiva del Imperio Romano y la plena instalación de una cultura cristiano-germánica en Europa: el arte paleocristiano.
Esta corriente nace con los orígenes del cristianismo pero se manifiesta a partir del 313, con el Edicto de Milán, cuando se convierte en religión oficial del Imperio. El cristianismo es una religión monoteísta cuyo libro sagrado es la Biblia, y se compone de Antiguo y Nuevo
 Testamento, escrito por San Mateo, San Lucas, San Juan y San Marcos.

Tras la aprobación del Edicto de Milán en el año 313, se reconoce la libertad de religión y con el Edicto de Tesalónica, en el año 380, se establece el cristianismo como religión oficial del Imperio. Esta etapa acaba con las invasiones germánicas, que tomaron también el cristianismo y crearon lo que hoy se conoce como “Cultura Occidental”.

  1. Carácterísticas generales

El arte paleocristiano es el que realizan los primeros seguidores de Cristo. Tiene sus raíces en el arte romano y la tradición clásica. Poco a poco la expresión va perdiendo Naturalismo, y acaba siendo sustituido por la expresión cristiana. Acaba predominando el valor de la imagen, la iconografía,  sobre el valor estético. 

En la primera etapa, antes del Edicto de Milán en el año 313, los cristianos se ven obligados a realizar sus cultos de manera secreta. A partir del 313, cuando se da libertad de religión, los cristianos tienen permitido realizar sus liturgias al aire libre, de manera pública por lo que empiezan a aparecer otro tipo de obras arquitectónicas.

  1. Arquitectura paleocristiana


    Separando en los dos periodos mencionados anteriormente, podemos destacar de la primera etapa, antes del año 313, las catacumbas. Las catacumbas son pasadizos secretos y subterráneos donde se celebraba la liturgia y a la vez, servía como lugar de enterramiento. Eran una complicada red de galerías en cuyas paredes se abrían nichos de las sepulturas, lóculos, que se cubrían con una lápida que incluía una dedicatoria al difunto y diferentes símbolos como el pez o la paloma con el ramo de olivo. En el lugar que se juntaban las galerías, se formaban cubículos, donde se encontraban los sepulcros de los mártires y se encontraban policromadas al fresco. Destacan las catacumbas de San Calixto y San Esteban en Roma.

    Con el Edicto de Milán en el año 313, se acaba la clandestinidad y comienzan a construir edificios. Los paleocristianos destacaron por sus basílicas, que estaban basadas en las romanas pero tenían una nueva función: albergar a todos los fieles. La basílica paleocristiana consta en primer lugar, de la parte pública. Aquí se encuentra el atrio, o patio porticado con una fuente en el medio, el nártex, que era la galería inmediata al cuerpo basilical donde estaban las personas que estaban aprendiendo la doctrina para bautizarse. En la parte semipública, encontramos el cuerpo basilical, formado por 3 ó 5 naves, la central más alta que las laterales. Por el desnivel entre ambas se forma el matronio o ginoceo, destinado a las mujeres. Las naves están separadas por columnas que sostienen arcos de medio punto. Por último en la parte privada, en la que se encuentra el presbiterio, reservado a los sacerdotes, en las inmediaciones del altar, que se construía exento del muro. Para acceder al altar se accedía por un arco único, siendo la cabecera generalmente circular en ábside. Esta separada de la parte pública por una nave transversal. 

    Otra construcción paleocristiana, fue el Mausoleo de Santa Constanza en Roma, con una función funeraria y de oración, es una arquitectura de planta centralizada con una doble bóveda anular circular, que contiene columnas clásicas pareadas con arcos de medio punto como elementos sustentantes. En el interior está decorado con mosaicos. También está el Conjunto del Santo sepulcro de Jerusalén, que unifica en el mismo edificio la planta basilical y la planta centralizada, en torno al lugar donde se encuentra el sepulcro de Jesucristo.

    1. Escultura paleocristiana

    Las más importantes son los sarcófagos, de los que se decoraba la pared frontal. Se mantiene la línea escultórica romana apareciendo escenas religiosas cristianas delNuevo y Antiguo Testamento. Algunos de ellos están decorados con la cara del difunto, como los romanos, y otros con estrígilos. Cabe destacar el sarcófago de Juno Basso, con un frontal de dos pisos con elementos clásicos y escenas religiosas en medio relieve. También destaca la figura de El Buen Pastor, donde aparece un Cristo joven y vestido según la moda romana portando un cordero, inspirado en el Moscóforo griego. 

    1. La pintura y el mosaico

    Tuvo importancia en la decoración de catacumbas y basílicas, y se sientan las bases de la iconografía cristiana. Destacan la figura del pez, que simboliza a Cristo, el pavo real y la paloma, que son signos de la eucaristía, y la ballena que representa a Jonás. El crismón es el anagrama del nombre de Cristo, formado por la x y la p, de las que cuelgan el alfa y la omega, primera y última letra del alfabeto, lo que representa que Cristo es el principio y el fin de todas las cosas. Se distinguen dos tipos de Cristos: en primer lugar, el Cristo siriaco, que se representa con barba, pelo muy largo, hierático, con libros del poder, bendiciendo y muestra el poder; en segundo lugar, el Cristo romano, que es mucho más joven, sin barba, vestido con ropajes romanos. 

    La pintura deja el fresco y se convierte en mosaico, ya que es más duradero. Se toman escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, siempre con figuras humanas. Se aleja de los patrones clásicos, desaparece el relieve y el modelado, y surge el color plano y la línea gruesa. Se utilizan formas que siguen una jerarquización y son simétricas, dando frontalidad y rostros hieráticos e inexpresivos. 

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