Elecciones de 1936 en España: Frente Popular, Auge de la Tensión Política y Preludio al Golpe de Estado
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Elecciones de 1936 en España: La Formación del Frente Popular y el Clima Previo al Alzamiento
La Polarización Política y las Elecciones de Febrero
La necesidad de unir las fuerzas de izquierda contra el gobierno conservador propició que en las elecciones del 16 de febrero de 1936 desapareciese el multipartidismo anterior y se formasen dos bloques claramente antagónicos. Los partidos de izquierda se agruparon en el Frente Popular. El programa del Frente Popular supuso un esfuerzo de las izquierdas por unir fuerzas, al margen de sus propias diferencias, para desbancar a los conservadores del poder y relanzar las medidas reformistas de la República, amenazadas por el anterior gobierno. Los partidos de derecha formaron diferentes coaliciones, constituidas por la CEDA, los monárquicos y los tradicionalistas. Sin embargo, las derechas no lograron confeccionar una candidatura única para toda España ni redactar un programa electoral común.
En las elecciones, el Frente Popular obtuvo el 48% de los votos, las derechas se hicieron con el 46,5% y los de centro solo consiguieron el 5,4%. El triunfo del Frente Popular comportó la reorganización de la República. Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República y Santiago Casares Quiroga presidente del ejecutivo. El Gobierno reanudó el proceso reformista, decretó la amnistía, obligó a las empresas a readmitir a muchos obreros despedidos a raíz de las huelgas de octubre de 1934, devolvió el poder al Gobierno de la Generalitat e inició negociaciones para la aprobación de un estatuto para el País Vasco. Para frenar los rumores golpistas, apartó del poder a algunos de los generales más proclives al golpismo.
Aumento de la Tensión y Movilización Popular
El nuevo Gobierno no encontró la calma. Algunos empresarios industriales cerraron fábricas y expatriaron capitales y, por su parte, los más radicales de los partidos de izquierda y de los sindicatos se lanzaron a una movilización popular. Se produjo un clima de enfrentamiento callejero entre las patrullas uniformadas de Falange Española y los líderes izquierdistas. El desorden público y la violencia dieron lugar a un clima de crispación que algunos militares no quisieron desaprovechar.
La Conspiración y el Plan de Emilio Mola
En marzo, un grupo de generales acordó un alzamiento que restableciese el orden, que contó con el apoyo de la Unión Militar Española (UME). Emilio Mola (el Director) fue el verdadero inspirador del golpe de Estado hasta julio de 1936. El día 5 de junio hizo una proclama. Su plan consistía en la organización de un pronunciamiento simultáneo en todas las guarniciones militares posibles con el apoyo de las fuerzas políticas más derechistas, y una vez triunfado el movimiento nacional, se formaría un Directorio que habría de establecer Decretos-Leyes que en el futuro serían refrendadas por un Parlamento Constituyente elegido por sufragio. No obstante, no decía nada sobre cómo sería ese parlamento ni cómo sería el sufragio. Lo que sí quedaba claro era que los primeros Decretos-Leyes que habrían de hacerse iban en contra de la Constitución de 1931 y todo lo que representaba.
El pronunciamiento militar habría de ser duro y encaminarse a perseguir todos los objetivos. Habría de establecerse un nuevo régimen, pero la proclama no hablaba de ninguno. Después de todo, los de la CEDA deseaban la vuelta a la monarquía alfonsina; los fascistas y falangistas, un régimen a la italiana; y los carlistas, la instauración de la "Monarquía tradicional".
El Asesinato de Calvo Sotelo y la Aceleración del Golpe
El proceso conspirador se aceleró cuando el 12 de julio fue asesinado el teniente republicano de la Guardia de Asalto, José del Castillo. Al día siguiente, un grupo de compañeros del asesinado, actuando por su cuenta, detuvo al diputado derechista José Calvo Sotelo, quien fue asesinado poco después. Este hecho precipitó los acontecimientos y sirvió como detonante para el golpe de Estado que se estaba gestando.