El cid

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Editorial Cántaro 

Personajes: 

El Cid Campeador: Rodrigo Díaz de Vivar, personaje virtuoso, con piedad religiosa y amor por la familia, valeroso e inteligente guerrero. Se nos presenta como un gran héroe que supera su destierro haciendo lo posible y lo imposible por volver a gozar de la confianza del rey, además de reparar la deshonra que sufren sus hijas a manos de los infantes de Carrión y ganar grandes fortunas y tierras. Su principal valor es la búsqueda del honor. 

El rey Alfonso: En un principio, destierra al Cid de Castilla, pero a lo largo del relato, se va dando cuenta de que, en realidad, es un buen vasallo, y lo perdona. Él es el rey y, por tanto, la máxima autoridad. Todos los habitantes de su reino deben obedecerlo si no quieren ser expulsados del país. Pero, en definitiva, intenta que siempre se haga justicia. 

Doña Jimena: Es la mujer del Cid Campeador. Apoya en todo a su marido porque lo admira. 

Doña Elvira y Doña Sol: hijas del Cid y de Doña Jimena. 

Ayudantes y seguidores del Cid : 


Álvar Fañez Minaya: El “Minaya” es una persona que le ofrece ayuda al Cid. Le ofrece la compañía de amigos y vasallos para que pueda abandonar el reino de Alfonso VI. En sus viajes con el Cid, era el encargado de enviar los mensajes para el Rey. 

Martín Antolinez: El “Burgalés” es la persona que le da su pan y su vino antes de la salida del reinado de Alfonso. Les abastece y por la mañana se ofrece a ir con el Cid a la guerra. 

Pedro Bermúdez: El “Mudo” lucha junto al Cid frente a Don Fernando (infante de Carrión). Es primo-hermano de las hijas del Cid, Doña Sol y Doña Elvira, y por tanto sobrino del Cid. Era el que siempre llevaba la enseña (insignia, estandarte o bandera militar). 

Raquel y Vidas: Eran judíos prestamistas. Martín Antolinez, en secreto, les dijo que el Cid necesitaba guardar 2 arcas llenas de oro y plata, pues no podía llevárselas al destierro. Se creía que el Cid había sido desterrado porque había traicionado al Rey Alfonso quedándose con parte del dinero que le habían enviado a él. Por eso mismo, el Cid no podía llevarse todo ese dinero. Pero en realidad, las arcas estaban llenas de arena y le habían dicho a los prestamistas q en total allí había 600 marcos. Y por eso, los judíos debían pagarle 600 marcos por quedarse momentáneamente con el dinero. Ellos nunca abrieron las arcas porque confiaban en el Cid. Es decir, fueron engañados. Supuestamente, el Cid algún día se los iba a devolver. 

Don Sancho: Era el abad (monje principal a cargo del monasterio) que cuidaba de las hijas y la mujer del Cid mientras que él estaba luchando fuera del reino de Alfonso VI. 

García Ordóñez: Era un enemigo del Cid Campeador, conocido como el Conde Don García. 

Los infantes de Carrión: Diego y Fernando eran parientes de García Ordóñez, quien les había transmitido el odio y la envidia hacia el Cid. Estos jóvenes pensando en enriquecerse rápidamente, pidieron la mano de las jóvenes hijas de Rodrigo Díaz de Vivar, quien aceptó luego de q se lo aconsejara el rey Alfonso. Estos jóvenes evidenciaron su cobardía, sobre todo en la batalla con el nuevo rey de Marruecos, quien fue derrotado por el Cid, convirtiéndose en el hombre más respetado y temido de España. Con esto último, los infantes fueron deshonrados, ya que, además, los caballeros del Cid los burlaban. Por esa razón, planearon su venganza. Le dijeron al Cid q quería regresar con sus esposas en Carrión. El Cid accedió y les regalo grandes riquezas a sus yernos. Estos se van, y deshonran más tarde a Doña Elvira y Doña Sol en el bosque de Corpes ultrajándolas y abandonándolas allí en las peores condiciones. 

Los infantes de Navarra y Aragón: Son quienes piden la mano de Doña Elvira y Doña Sol luego de que el Cid derrotara a los infantes de Carrión, devolviéndoles a él y a sus hijas el honor nuevamente. 

Otros personajes: El obispo, los moros (amigos y enemigos), los reyes de los distintos territorios. 


RESUMEN LARGO: 

Despedida y augurios: El Rey Alfonso VI por mentiras de García Ordóñez destierra al Cid. El Cid convoca a sus parientes y vasallos que prometen seguirle en su destierro. El Cid al ver su casa vacía, llora y se marcha. Al salir de Bibar ven a una corneja por la derecha lo que les da un buen augurio, pero al llegar a Burgos, la ven por la izquierda lo que les anuncia uno malo. 
Llegada a Burgos: Al llegar a Burgos las gentes salen a verle, pero nadie les hospeda. Una niña le dice que se marche porque el Rey envió una carta, según la cual castigaría a aquel que hospedara o diera alimentos al Cid. Va a la catedral, Santa María, donde reza, y después se marcha a un campo para descansar con sus compañeros. 
Martín Antolínez se une al Cid: Martín Antolínez les da alimento, y el Cid y sus vasallos le pagan. Antolínez le dice al Cid que el rey le castigará por ello y que quiere unirse a sus vasallos, el Cid en respuesta de su valentía, acepta su compañía. Después el Cid dice a Antolínez que todos van a llenar dos arcas de arena cubiertas de cuero y clavos para obtener mediante un engaño dinero de los judíos, Raquel y Vidas. 
El engaño a los judíos: Antolínez se encarga de la tarea y parte hacia Burgos en busca de los judíos, los encuentra en una tienda haciendo sus cuentas del día. Les pide hablar en privado y que no le descubran a nadie, porque les va a hacer ricos. Les cuenta que el Cid fue acusado por robar mucho oro, el cual esta guardado en dos arcas que contienen 600 marcos, les dice que el Cid quiere dejarlas en sus manos y que estén a buen recaudo durante un año. Van a ver al Cid para coger las arcas y a cambio de este recaudo los judíos deben darle los 600 marcos. 
El Cid tiene el dinero: Vuelven a Burgos y le dan a Antolínez los 600 marcos, más 30 marcos como regalo porque gracias a él, el Cid les ha escogido para la guarda de las arcas. Antolínez da el dinero al Cid y piensa en partir hacia San Pedro de Cardeña. El Cid va a la catedral y da gracias a Dios, prometiendo a la Virgen mil misas. 
El Cid va a despedirse de su familia: El Cid, sin compañía de sus vasallos, va a ver a su familia para despedirse. Doña Jimena que estaba rezando por él, sale a recibirle junto con sus hijas y monjes. El Cid le da al Abad Sancho 150 marcos para que cuide de su familia y vasallos; en el caso de que este dinero se terminase le dice que por cada marco que gaste del monasterio por ellas, él le dará cuatro. Doña Jimena llora por la marcha del Cid y, éste hace la promesa de que volverá.
Un centenar de castellanos se une al Cid: Antolínez, que había marchado de nuevo a Burgos, y 100 castellanos se unen en Burgos para ir en apoyo del Cid. Al llegar a San Pedro el Cid les agradece su voluntad. Jimena reza por su esposo y se despiden. 
Ultima noche en Castilla: El Cid recorre las tierras de Castilla, y toda la gente le acoge. La última noche que duerme en Castilla se le aparece el arcángel San Gabriel y le dice que continúe su camino. Cuando parten, el Cid teme que el Rey le persiga, así que se va a Zaragoza y toma Alcocer luchando contra el rey moro de Valencia y, envía 30 caballos de su motín al rey para que vea su hazaña. El rey lo acepta pero sigue enfadado. 
El Conde de Barcelona: En Barcelona derrota al Conde y le hace prisionero. El conde se niega a comer; y a pesar de que el Cid le promete la libertad a cambio de que coma, se niega. Le libera pero se queda con todas sus pertenencias. El Cid y sus vasallos acompañan al conde y a los suyos hasta la zona de acampada y, el conde se despide del Cid para siempre. 
La conquista de Valencia: El Cid se dirige a Valencia, va conquistando los territorios y después de tres años en guerra conquista Valencia. Manda a su vasallo Minaya Alvar Fáñez, que le pida al Rey que deje salir a Jimena de Castilla, para ir en su encuentro. El Rey entusiasmado por la conquista, perdona al Cid y a sus vasallos y, le concede su petición. Esto origina la envidia de García Ordóñez y de los Infantes de Carrión, éstos últimos planean casarse con las hijas del Cid para conseguir riquezas. El Cid y sus vasallos se dirigen a Valencia pero antes en Burgos consiguen caballos, mulas y guarnición. 
Minaya va a buscar a la familia del Cid: Minaya va en busca de Jimena para llevarla a Valencia, pues el Cid debe permanecer en ella para defenderla y heredarla. 
Camino a Valencia: Después el Cid envía a 200 caballeros al encuentro de Minaya. Todo se prepara en Valencia con grandes espectáculos para el recibimiento. Jimena se alegra mucho de ver a su esposo. Desde el alcázar todos contemplan Valencia. 
La petición de los infantes de Carrión: Los infantes deciden pedir al Rey el matrimonio con las hijas del Cid para ganar honra. El Rey dice que intentará hablarlo con el Cid. Después reúne a Minaya para que comuniquen al Cid que le concede el perdón y que los infantes de Carrión quieren casarse con sus hijas. Regresan a Valencia donde el Cid los recibe y éstos le dan las noticias: el perdón y el casamiento. Al Cid no le parece bien pero como el Rey lo pide dará su consentimiento. 
Boda de las hijas del Cid: En Valencia todo se prepara para la boda comienzan los preparativos en el palacio. EL Cid y su esposa salen a recibir a los infantes de Carrión. El Cid le dice a Minaya que coja a sus hijas y que se las entregue a los infantes, éste lo hace y después todos se dirigen a Santa María, donde el sacerdote don Jerome las casa. Después vuelven a Valencia y allí celebran el banquete por todo lo alto. Las bodas duraron 15 días. Fueron muchos invitados entre ellos el padre de los infantes. 
LA AFRENTA DEL CORPES: El rey Bucar de Marruecos ataca Valencia y comienza la batalla en la que participan los infantes, que demuestran su cobardía y se deshonran. El Cid, sin enterarse de lo ocurrido, felicita a sus yernos por sus supuestas hazañas, pero como piensan que el Cid sabe la verdad y se está riendo de ellos, deciden irse con sus esposas a Carrión y hacerlas pasar tanta vergüenza como ellos, al despedirse de ellos ven un mal augurio y el Cid preocupado dice que les acompañe su sobrino Félez Muñoz hasta Carrión 
Llegan a un campo, el corpes, donde pasan la noche. Al día siguiente los infantes dicen a todos que se adelanten que quieren estar a solas con sus esposas. Todos se van y los infantes comienzan a pegarles a sus mujeres hasta que casi las matan; luego las abandonan. 
Félez Muñoz sospecha de los infantes y va en busca de sus primas. Las encuentra tiradas en el campo, las monta en su caballo y se las lleva a un lugar seguro. Cuando el Cid se entera manda a Minaya que vaya a por ellas. Minaya las lleva a Valencia y el Cid los recibe y pide a Dios que se vuelvan a casar con más suerte. 
El Cid envía a Muño Gustioz para que le diga al rey que quiere justicia, porque el le propuso la boda de sus hijas con los infantes de Carrión. 
El rey convoca una corte en Toledo le da el mensaje a Muño Gustioz para que se lo dé al Cid. Allí se reunirán todos incluso los infantes de Carrión. 
Los infantes piden al rey que no celebre la corte aun así se hace, y se reúnen todos incluso el Cid y García Ordóñez. El Cid les pide sus espadas a los infantes, y estos se las dan y, pide también el ajuar de la boda de sus hijas y se le concede. 
El Cid dice que la cosa no puede acabar ahí, que él le confió a sus hijas en Valencia y ellos las deshonraron. Los infantes se sentían orgullosos de ello, y por eso el Cid les declara la guerra y los vence. 
Mensajeros de Navarra y Aragón piden a sus hijas en matrimonio para sus reyes, el Cid dice que de nuevo será el rey quien tome la decisión. 
Las hijas del Cid se casan con los hijos de los reyes de Navarra y Aragón, este casamiento les da más honra que el anterior. 

RESUMEN CORTO: 
La obra literaria se basa en el destierro de Rodrigo Díaz de Vivar, (un personaje que existió en la realidad). 
Se divide en tres cantares: 
El Cantar del destierro: Se cuenta cómo el Cid, expulsado por el Rey Alfonso VI de Castilla se ve obligado a abandonar sus tierras. Tras atravesar Burgos deja a su mujer Jimena, y a sus hijas en el monasterio de San Pedro de Cerdeña y marcha hacia tierra de moros. Allí emprende diversas correrías que le proporcionan muchos beneficios, que emplea en repartir entre sus mesnadas y enviar una parte de los beneficios a Alfonso VI para pedirle su perdón. 

En el Cantar de las bodas: Se inicia la reconciliación con el Monarca castellano una vez que Cid ha conquistado Valencia y por supuesto enviando numerosos regalos al monarca castellano, el cual permite que la familia del Cid se reúna con él en Valencia, el Rey concierta las bodas de las hijas del Cid con los infantes de Carrión. El Cid recela de este casamiento y hace a Alfonso VI responsable del mismo. 

El Cantar de la afrenta de Corpes:Narra diversos episodios en los q se muestra la cobardía y avaricia los infantes de Carrión como por ejemplo la cobardía de los Infantes a la hora de entrar en batalla, para evitar los escarnios los infantes deciden abandonar Valencia alegando que van a visitar sus tierras, y deciden vengarse del Cid deteniéndose en un bosque allí azotan y violan a las hijas del Cid. 
El Cid pide justicia al Rey y éste convoca las cortes de Toledo. Se condena a los infantes de Carrión a batirse en duelo contra los hombres del Cid. El relato termina con el anuncio de las bodas de las hijas del Cid con los hijos y los reyes Navarra y Aragón (de mejor linaje que los anteriores). 

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