La educación ético religiosa de pestalozzi

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CAPÍTULO 13: EL CURRÍCULO ESCOLAR, REALIDAD HISTÓRICA Y SOCIAL

El aspecto único de la educación (Durkheim)


El currículo que se transmite en las aulas no es otro que el dictaminado por la sociedad en cada momento de su historia.
La educación presenta dos aspectos (ha dicho Durkheim): es única y múltiple. Aquí no nos interesa de momento la multiplicidad, sino la unidad: en cada momento de cada pueblo, éste determina lo que se ha de enseñar a sus niños. Ejemplo: desde los cinco hasta los veinte años, los persas sólo enseñan a sus hijos tres cosas: a montar a caballo, a disparar el arco y a decir la verdad. Los persas varones no tendrían mayor dificultad para aprender esas tres cosas. Un siglo después, Aristóteles informaba sobre las escuelas griegas: “Son cuatro las disciplinas que suelen enseñarse: la lectura y la escritura, la gimnasia, la música y a veces el dibujo”. Esta es la primera formulación conocida de lo que fue la base de la educación en la Grecia antigua. En la educación griega, la gimnasia llegó a alcanzar la mitad de la enseñanza. Fue la primera educación que conocemos en Occidente: la paideía
. Los griegos vieron que la educación debe ser un proceso de construcción consciente. Un poeta de los tiempos de Maratón y Salamina dice que la esencia de la virtud humana más difícil de adquirir consiste en estar “constituido convenientemente y sin falta, en manos, pies y espíritu”. El filósofo Zubiri afirmó que no es que los griegos sean nuestros clásicos: es que los griegos somos, en cierto modo, nosotros. Zubiri, al definir la felicidad, afirma que significa sentirse realmente bien; “es decir, tener buena figura y estar bien hechos”. Los griegos llamaron paideía a lo que nosotros llamamos cultura general. A partir de Maratón y Salamina puede darse por cierta la existencia de una escuela primaria; y el ideal de esta educación antigua sigue siendo de orden ético; hay que ser bello y bueno. ¿Qué han de aprender los griegos para ser buenos y bellos?, ¿qué los romanos, sus sucesores, nuestros antepasados? Un clásico de la historia de Roma dice así: “El libro de Homero, el libro más antiguo de los griegos, y el código de las Doce Tablas, el escrito más antiguo de los romanos, fueron la base de la enseñanza, cada cual en su patria respectiva. Los niños tuvieron que aprender en Roma de memoria, y este era su principal estudio, el manual de derecho civil y político


condensado en las Doce Tablas”. En Roma decayó la importancia de la gimnasia y de la música; pero se afianzó el cultivo de las siete artes liberales:
trívium
(gramática, retórica y dialéctica) y quadrívium (aritmética, geometría, música y astronomía). El Imperio romano carecíó de autonomía, a excepción del derecho, y debe hablarse de la civilización grecorromana. Las siete artes liberales traducen lo que los griegos llamaban enkýklios paideía. Hagamos constar aquí una coincidencia histórica: En 529, el II Concilio de Vaison prescribíó que todos los párrocos y sacerdotes admitiesen jovencitos para educarlos cristianamente; el Concilio de Mérida hizo lo mismo en 666. A juicio de Marrou, esa decisión es memorable porque constituye la partida de nacimiento de nuestra escuela moderna, esa escuela rural, popular, que ni siquiera había generalizado la Antigüedad grecorromana. En un epílogo que trata del fin de la escuela antigua, Marrou recuerda que en 529 un decreto del emperador Justiniano ordena la clausura de la escuela neoplatónica de Atenas. Diríase que la Iglesia de Roma toma el relevo del Imperio; la pax romana se tornará en pax christiana. Philippe Ariès ha considerado también: “La escuela antigua está separada de la escuela medieval por una discontinuidad; de la escuela medieval a nuestro modo de instrucción contemporáneo se pasa sin interrupción, mediante retoques invisibles”. Don Américo habría suscrito este punto de vista.

La definición del currículo

Los profesores dudan con frecuencia, con razón o sin ella, acerca de la materia que imparten cada día; temen que tal vez no les sirva a sus alumnos. Cuando la educación se generaliza, resulta mucho más difícil alcanzar objetivos de calidad. Es así como se ha llegado a la institucionalización del conflicto curricular. ¿Cómo definir el conocimiento? ¿Y cómo evaluar sin ambigüedad los niveles establecidos?

Currículo (define la Enciclopedia Británica): the set of courses offered by an educational institution”. Muchos autores no están de acuerdo con esa definición y reconocen la existencia de lo que se llama currículo oculto. “La creencia de que la enseñanza escolar puede definirse como la suma de las ofertas de sus cursos oficiales es del todo ingenua”. En realidad, la escuela es también el lugar de aprendizajes que no figuran entre los objetivos oficialmente previstos. Podemos elaborar una lista de ítems que no se hallan detallados en el currículo escolar. Ejemplos: aprender a vivir en multitudes y aplazar o


diferir deseos personales.Cmo cnsecuencia, no poder hablar cn el docente cndo se necesita;d esa suerte,el alumno aprende a “utilizar o perder el tiempo,tolerando el tedio y la pasividad cmo components d la tarea en el salón d clase”; la paciencia es virtud básica.El escolar dbe aprender a aceptar ls evaluaciones tanto d ls compañeros cmo dl maestro.Debe aprender a competir pa agradar a ls docents,a vivir en 1 sociedad jerárquica.Ls scolares an d cntrolar la velocidad dl trabajo q les encarga el maestro,etc.Herbart afirma q ser aburrido es el peor pecado q se puede cometer en 1 clase.Ls maestrs deberían reflexionar sobre los malos recuerdos scolares e personas cmo Eistein, Sartre, Bioy Casares, Cela, García Márquez, Monterroso, etc.

Carácter histórico-social de los currículos escolares

Philippe Perrenoud se pregunta:¿es la scuela primaria 1 presidio, 1 cárcel, 1 cuartel? En la escuela los niños han de ingerir durante diez o más años una larga lista de contenidos que muchas veces no les interesan; kizá no siempre se sabe interesarlos en ells; kizá son excesivos.En principio sería bn resultado q el 80% d ls alumns asimilara el 80% dl currículo estipulado, pero “en la mayoría de las escuelas ordinarias las ambiciones son más modestas, ¡y se cuidan mucho de plasmarlas de forma manifiesta!” El drama cotidiano de muchas aulas está reflejado en esta frase: “Hacer aprender algo a alguien que carece de todo deseo e interés es mucho más difícil aún que hacer beber a un asno que no tiene sed”. Los maestros pretenden cada día enseñar a unos discípulos con frecuencia poco o nada interesados por entrar en los círculos interiores de la enciclopedia. Hay siempre una realidad histórica dictaminando el currículo que debe transmitirse; por tanto, un currículo que se desdice, que se ha de corregir continuamente. “Sólo la Historia nos dice lo que el hombre es”, proclama Dilthey. Joël, discípulo suyo, advierte que un pueblo vive más de su historia que de su clima y de su sangre. Un profesor de la Universidad de Upsala, al replantear la historia del currículo, inicia su trabajo: “En este artículo parto de la premisa de que la historia de la educación, y en concreto la curricular, adquiere sentido mirando no sólo al pasado, sino también al presente”. Ya había señalado nuestro clásico por excelencia, Durkheim, en su historia de la educación en Francia, que una historia de la enseñanza es la mejor de las pedagogías; que la historia, ¿qué es sino un análisis de presente, puesto que los elementos de que está formado el presente se encuentran en el pasado? La conciencia de lo que se ha sido, nos libera de la gleba del tiempo que nos ha tocado vivir.

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