Educación y Cultura en España: Siglo XIX y Principios del XX

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Transformaciones Culturales durante el Reinado de Isabel II

Durante el reinado de Isabel II, se promulgó la Ley de Instrucción Pública o Ley Moyano (1857), promovida por Claudio Moyano. Esta ley dividía la enseñanza en tres niveles:

  • Primaria: Se dividía en:

    • Elemental (de 6 a 9 años y obligatoria).
    • Superior.

    La elemental era gratuita para quienes acreditaran no tener ingresos y la financiaban los ayuntamientos.

  • Secundaria: Se impartía en institutos y solo tendrían acceso aquellos con recursos económicos.

  • Universitaria: En la práctica, estaba reservada casi en exclusiva a las élites.

El sistema educativo era dual: en parte estatal o público (el Estado tenía el monopolio de la enseñanza universitaria) y en parte privado, ya que la enseñanza primaria y, sobre todo, la secundaria, estaban en manos de otras instituciones. La difusión de la educación chocó con las limitaciones presupuestarias: el Estado apenas invirtió en las escuelas.

Los liberales creían que el saber debía socializarse, es decir, llegar a todos los ciudadanos, para crear una auténtica cultura nacional. El número de analfabetos superaba el 90% a principios del siglo XIX. Para ello, creían los liberales que el Estado debía asumir una función docente y crear un sistema de enseñanza pública, universal, gratuita y libre (que el profesorado no estuviera obligado a seguir criterios ideológicos o morales diferentes a los suyos propios) e impartida en castellano. Por ello, en las Cortes de Cádiz de 1812 se establecieron varios proyectos educativos, como el Informe Quintana de 1813. Sin embargo, el absolutismo de Fernando VII frenó estas iniciativas, hasta que en 1821, durante el Trienio Liberal, se publicó el primer Reglamento General de la Instrucción Pública.

La deficiencia de la instrucción primaria fue paliada por asociaciones privadas: círculos demócratas, escuelas obreras e instituciones religiosas. Los maestros percibían, además, sueldos muy bajos. El número de analfabetos disminuyó en 1900, aunque el 50% de la población adulta no sabía ni leer ni escribir. Las principales perjudicadas fueron las niñas, las áreas rurales y, en especial, Galicia, Valencia, las Islas Baleares y Canarias y todo el sur del país, ya que en estas zonas no se consideraba de mucha utilidad aprender a leer o a escribir.

La Educación durante la Restauración

En 1900 había un instituto público de enseñanza secundaria en cada capital de provincia y en algunas ciudades importantes, y dos en Madrid. Durante la Restauración disminuyó el número de alumnos de los centros públicos a favor de la red escolar impulsada por las asociaciones privadas (en 1900, menos de un tercio del total de bachilleres estudiaba en centros públicos). Hasta 1883 no se autorizó a las mujeres a matricularse en el bachillerato, ya que las pocas mujeres que estudiaban lo hacían por libre.

Por último, en la universidad, el sistema de enseñanza era totalmente uniforme y centralista: la Universidad Central de Madrid era la única que impartía todas las licenciaturas y podía conceder el grado de doctor. Las carreras que se podían estudiar eran Derecho, Medicina, Farmacia, Ciencias y Filosofía y Letras; junto a las facultades de estas materias surgieron las escuelas politécnicas y de bellas artes. La presencia de las mujeres en la universidad era prácticamente testimonial y requería un permiso de la Administración.

Conflictos y la Institución Libre de Enseñanza

Los profesores universitarios carecían de libertad de cátedra, lo cual provocó conflictos durante el régimen de Isabel II y al comienzo de la Restauración. En esta última etapa (1875), el Gobierno apartó de sus cátedras a Castelar, Salmerón, Montero Ríos y Azcárate. Este hecho encubría una persecución política y religiosa contra los catedráticos más liberales, partidarios del krausismo (ideología liberal y democrática, religiosidad personal, muy alejada del catolicismo, cuyo mayor divulgador fue Julián Sanz del Río), que se negaron a jurar respeto a los dogmas del catolicismo (cuya influencia aumentó en la educación especialmente a raíz de la firma del Concordato en 1851 y se estabilizó e implantó a partir de la Ley Moyano por la cual se dio un tratamiento especial a los centros religiosos, y se dispuso que la Iglesia pudiese supervisar los contenidos educativos, velar por la educación religiosa de la juventud o vigilar que los profesores no transmitieran doctrinas perjudiciales para las buenas costumbres).

Estos intelectuales eran, además, defensores del evolucionismo darwinista y del positivismo. En 1876, un discípulo de Sanz del Río, Francisco Giner de los Ríos, fundó la Institución Libre de Enseñanza, un centro donde primaba el libre pensamiento. En 1882, sin embargo, el gobierno de Sagasta rehabilitó a los catedráticos expulsados y les permitió desarrollar sus teorías en la universidad, convirtiéndose la Institución Libre de Enseñanza en un colegio de primaria y secundaria. Sin embargo, la educación en España siguió dominada por la enseñanza tradicional, basada en métodos anticuados.

Difusión Cultural y Movimientos Literarios

En cuanto a la cultura, esta no solo se difundió a través de la educación, sino también por otros medios, entre los que destacan los medios oficiales o estatales, como el Real Conservatorio de Música de Madrid, el Museo del Prado y el Museo Arqueológico Nacional, además de las ya existentes (Real Academia Española). Y las instituciones privadas, como el Ateneo de Madrid. El mundo editorial, por su parte, tenía su centro en Madrid, donde se concentraba gran parte de la prensa, difundida luego por todo el país mediante el ferrocarril y el correo. La cultura se difundía también a través de las denominadas sociedades de hablar y sociedades patrióticas. Se produjo también un gran desarrollo del artículo, de los relatos cortos, de los ensayos y de la novela de folletín.

Por último, dos grandes movimientos culturales o generaciones fueron:

  • Romántica: Alcanzó su culminación en la etapa de relativa libertad de las décadas de 1830 y 1840, durante la monarquía de Isabel II. Abundaron las poesías exaltadas, los relatos costumbristas, la novela histórica, el teatro neomedieval y el que imitaba al de Lope de Vega. En pintura predominaron los temas históricos y los retratos burgueses.
  • Posromántica o Realista: Formada por autores que vivieron el Sexenio Democrático y que terminaron desencantados del Romanticismo y la revolución. Recibieron influencias del krausismo, del evolucionismo darwinista, del positivismo y del naturalismo. Crearon poesías escasamente líricas, novelas realistas, un teatro conservador, arquitectura ecléctica y pintura realista. Además, fue la época del auge de la zarzuela (versión española de la opereta) y el comienzo del nacionalismo musical.

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