Dualismo antropológico en Descartes
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5. DUALISMO ANTROPOLÓGICO. EL PROBLEMA MECANICISMO
LIBERTAD
El ser humano está formado según Descartes por una substancia pensante (mente o alma)
Y una substancia extensa (cuerpo).
¿qué es el cuerpo para Descartes? El cuerpo humano responde a las leyes de la física y puede ser explicado como un mecanismo. En este terreno, por tanto, no cabe hablar de libertad, todo está determinado. Las funciones vitales (respiración, circulación de la sangre, nutrición etc.) son explicadas como procesos mecánicos, en los que unas partes transmiten a otras su movimiento por contacto. Todo depende de la disposición de las partes y de las leyes del movimiento. Las funciones biológicas no requieren pues un alma. La muerte del ser humano no se produce por la separación del alma y el cuerpo sino porque el cuerpo deja de funcionar.
Al igual que nuestro cuerpo, los animales y las plantas, todos los seres vivos, son máquinas. Descartes considera que los animales tienen conocimiento sensible (que siempre es confuso) pero es un proceso completamente corporal:
- Los objetos exteriores impresionan los órganos de los sentidos produciendo ciertos cambios en ellos.
- Estos cambios producen cambios a su vez en una parte del cerebro, llamada imaginación, y pueden quedar grabados durante un tiempo (en eso consiste la memoria)
- Las modificaciones en el cerebro producen a su vez el movimiento de los espíritus animales, que son una corriente de partículas que recorren las venas y los nervios, y que al desplazarse producen el movimiento de los músculos y del cuerpo.
Y por otra parte ¿a qué llama alma Descartes? El alma es según Descartes “una cosa que piensa” y que. A diferencia del cuerpo, no tiene extensión. Aunque está estrechamente unida al cuerpo, es completamente diferente de éste y puede existir sin él. Puesto que el alma no es extensa, no obedece a las leyes necesarias que rigen el universo mecanicista de Descartes. De ese modo, Descartes consigue salvaguardar la libertad humana. Los animales son sólo máquinas, su conducta consiste en reflejos, movimientos automáticos desde el estímulo a la respuesta. También nuestro cuerpo, pero los seres humanos tenemos, además, un yo pensante, un alma dotada de voluntad y, con ella, como veremos, de libertad.Entonces cabe preguntarnos cuál es para Descartes la relación que existe entre dos sustancias totalmente diferentes y separadas como es el cuerpo y el alma?. Si alma y cuerpo son dos sustancias diferentes, ¿cómo es posible la interacción entre ellas? La respuesta de Descartes es de tipo fisiológico. Dice que esa interacción es posible gracias a la glándula pineal, que se halla en la base del cerebro. Esta explicación no parece satisfactoria, pues no soluciona el problema de cómo es posible que algo inextenso e inmaterial produzca algún tipo de movimiento o cambio en algo extenso y material (o viceversa).
Así pues queda por hacernos una última pregunta ¿dónde reside la libertad del
hombre, cómo es posible? Para Descartes, la libertad del alma reside en la voluntad. Según Descartes el hombre posee dos facultades fundamentales el entendimiento y la voluntad. El entendimiento es la facultad de representarnos una idea, cuando sentimos, imaginamos o concebimos. Por otro lado, la voluntad es la facultad de elegir, es decir, de rechazar o dar asentimiento a una representación del entendimiento, afirmar o negar, dudar, desear, odiar, temer... En tanto que facultad de elegir, nos hace libres. Si nuestro entendimiento nos presenta un conocimiento claro y distinto, la voluntad no puede más que afirmarlo como verdadero, a nivel teórico, o como bueno, a nivel práctico.
Pero, en ocasiones, la imaginación confiere al entendimiento conocimientos confusos sobre lasopciones a elegir por parte de la voluntad.. De modo que ésta muchas veces se mueve por deseos imposibles de realizar o, al contrario, desiste ante aquello que es deseable y posible. Tanto el error intelectual (juicio falso) como el error moral (vicio o pecado) provienen de que la voluntad da su asentimiento a representaciones del entendimiento que son confusas, es decir, se deja llevar por la precipitación (quizá inevitable a nivel práctico dado que frecuentemente la vida nos urge a decidir), o bien rechaza las representaciones que son claras y distintas, es decir, cae en la prevención. En cualquier caso el error es una consecuencia de la libertad humana.Descartes llama pasiones a aquellos pensamientos que afectan al alma pero tienen su origen en el cuerpo: las percepciones, y también los sentimientos y emociones, los deseos y temores. Así pues, si nuestra voluntad se limita a seguir las pasiones, actuará sometida al
determinismo físico propio del cuerpo. Por eso la moral cartesiana propone, para preservar la libertad de la voluntad, un control de las pasiones por parte de la razón.