La doble naturaleza de la sustancia segun descartes

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PARTE IV:


El primer principio de la filosofía de Descartes es la verdad inmutable, que es que existimos porque al dudar, pensamos. Cogito ergo sum es verdadera porque la misma duda la confirma. Así, el pienso, es la intuición existencial originaria de un hecho de conciencia inmediata. Mi propia existencia se deduce del hecho de que pienso.

También Descartes plantea la hipótesis del genio maligno. Esto supone el planteamiento y solución a un grave problema lógico.

Para Descartes, el pensamiento se manifiesta y se concretiza en las ideas. Descartes define las ideas como la forma de un pensamiento, por la inmediata percepción de la cual soy consciente de ese pensamiento. Según él, en la razón podemos encontrar tres tipos de ideas:

  • Ideas innatas. Ideas que en entendimiento, la razón, posee por sí mismo.
  • Ideas adventicias son las que provienen de la experiencia externa.
  • Ideas facticias son las formadas por mi imaginación y voluntad combinando elementos de ideas adventicias.

Al mismo tiempo de que estoy seguro de mi pensamiento, dudo de que exista el mundo, y dudo de que exista mi cuerpo. A la sustancia pensante la llamamos alma, por tanto, existe el alma, independientemente de mi cuerpo. Esta independencia defiende la libertad del hombre. El alma es una sustancia que piensa y el cuerpo es una sustancia extensa. Esta unidad se establece según Descartes, en la glándula pineal que está en el cerebro y es la sede del alma.

Descartes, para salir del círculo cerrado de su yo como única realidad, se plantea la existencia de Dios y lo demuestra deductivamente a partir de dos pruebas: a partir de la causa de mi propia existencia imperfecta y finita y a partir del origen y contenido de la idea de Dios.

A partir de la causa de mi propia existencia imperfecta y finita, o yo soy la causa de mi ser o alguien es la causa de mi existencia. Si yo fuese la causa de mi propia existencia me hubiera dotado a mi mismo de atributos como la perfección. Como no los poseo, alguien debe ser la causa de mi existencia y ese alguien es Dios. Por otra parte, tenemos la idea de perfección en nosotros, esto es solo posible si alguien perfecto la ha colocado en nosotros, Dios.

A partir del origen y contenido de la idea de Dios como tiene que haber tanta realidad en la causa como en el efecto, y yo soy una cosa que piensa y que además tiene una idea de Dios, esa idea tiene tanta realidad como mi pensamiento. La idea de Dios tiene que ser innata, no puede ser ni ficticia ni adventicia.

Así pues, Dios es verdad. Su naturaleza es perfecta, por lo que no puede engañarme. Para Descartes Dios es el principio y garante de toda verdad clara y distinta.

Dios, la sustancia infinita, garantiza la capacidad de razón humana para encontrar la verdad, siempre que utilice el método racional adecuadamente.

Evidentemente se tienen ideas sobre unas realidades exteriores a mi pensamiento, materiales y sensibles. El único principio explicativo de todos los fenómenos de la naturaleza es el movimiento de partes extensas de la materia. Dios crea la materia inerte y le comunica una cantidad de movimientos que permanecen constantes.

Las tres ideas innatas que concebimos clara y distintamente, constituyendo para Descartes la auténtica realidad son Dios, Alma y Mundo.

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