División de poderes en la constitución de 1876 en España

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7.1. La Restauración Borbónica (1874-1902): Cánovas del Castillo y el turno de

partidos. La Constitución de 1876.

En la República autoritaria, con el Gobierno de Serrano, Cánovas del Castillo promovíó que el príncipe Alfonso firmara el Manifiesto de Sandhurst, pero se produjo un Golpe de Estado por Martínez Campos el 29 de Diciembre de 1874, proclamando rey a Alfonso XII. Este llegó en Enero de 1875 con una entrada triunfal y nombra a Cánovas presidente de Gobierno. El Sistema canovista, basado en el modelo inglés con equilibrio entre la Corona y las Cortes, siguió un sistema liberal y autoritario que permitía la alternancia pacífica en el Gobierno de centro derecha y centro izquierda, no se marginaban entre sí ni recurrían A la insurrección popular o al Ejército. Los resultados electorales se obténían mediante la manipulación o el fraude (pucherazo). Los partidos republicanos, carlistas y nacionalistas quedaron excluidos del poder. Se pacificó el país tras el final de la Tercera Guerra Carlista (1876), tras la cuallos carlistas fueron neutralizados y se suprimieron los fueros e instituciones vascas (1876), Conservando su autonomía fiscal en los conciertos económicos (1878). La Guerra de Cuba, que termina con la Paz de El Zajón (1878) firmada por Martínez Campos rebrotó en 1895 y desembocó en la independencia de la isla y en la guerra contra Estados Unidos.


Se creó la Constitución de 1876 en la que las Cortes eran bicamerales, el Congreso elegido por Sufragio censitario (y desde 1890 por sufragio general masculino) y un Senado con parte elegido por la Corona y otra mediante un sistema indirecto, por las corporaciones del Estado y los mayores contribuyentes. Se establecíó un modelo centralista de Estado, La soberanía compartida, el catolicismo como religión oficial con tolerancia hacia otros cultos y la declaración de los derechos de la Constitución de 1869. El rey tenía poder hegemónico, por lo que ejercía potestad ejecutiva (elegía al Gobierno y tenía autoridad Para disolver las Cortes) y legislativa (poder de veto y de presentar leyes).


Se configuraron dos fuerzas políticas que se alternaron en el Gobierno. El Partido Conservador, Liderado por Cánovas (hasta su muerte en 1897) y después por Francisco Silvela, aglutinó a liberales moderados, miembros de la Uníón Liberal (Cánovas), progresistas (Romero Robledo) y católicos tradicionalistas (Alejandro Pidal). Les apoyaron la aristocracia, El alto clero y los católicos. El Partido Liberal creado por Sagasta representó la izquierda liberal. Aceptó la Constitución y se atrajo a conservadores desencantados con Cánovas y antiguos demócratas y progresistas del Sexenio (Montero Ríos, Moret, Martos) Y cooperarán algunos republicanos como Castelar. Les apoyaron banqueros, militares, funcionarios y profesiones liberales. Estos partidos presentaban mínimas diferencias ideológicas entre sí y su composición social y comunidad de intereses eran casi idénticas. Su cohesión dependía del líder principal que tenía una amplia red de relaciones personales de clientelismo. Eran partidos de notables, profundamente elitistas. Se diferenciaban más socialmente que políticamente.


El turno de partidos consistía en un presidente de Gobierno designado por el rey, contando con Una mayoría sólida en las Cortes para gobernar. Si no había mayoría, el candidato obténía del monarca el decreto de disolución de las Cortes, promovía la convocatoria de elecciones y lograba una mayoría que le permitiera seguir gobernando. La alternancia en El poder se inició en 1881, cuando el rey llamó a gobernar a Sagasta en lugar de a Cánovas. Tras la muerte de Alfonso XII, la viuda María Cristina de Habsburgo, embarazada del que sería Alfonso XIII en Mayo de 1886, asumíó la regencia (1885-1902). Cánovas Acordó con Sagasta cederle el poder durante los primeros años de regencia (el llamado Pacto de El Pardo). La muerte de los líderes, Cánovas (1897) y Sagasta (1903) no afectó al funcionamiento del sistema.


El caciquismo consistíó en crear mayorías parlamentarias mediante una red de relaciones personales A la que se repartían cargos, concesiones y privilegios. El Ministerio de Gobernación era el encargado de controlar el proceso electoral a través de los gobernadores civiles y las personalidades locales. Se ocupaba generalmente del encasillado, un acuerdo Entre conservadores y liberales por el cual se decidía, antes de las elecciones, qué cargos debían recaer en el partido del Gobierno y cuáles en el de la oposición. Cada dirigente controlaba políticamente una comarca, vinculado por razones familiares o por Tener en ella propiedades. Movilizaban a sus clientes, compraban o presionaban a los electores y a los poderes locales (juez, gobernador, Guardia civil), falseaban las listas electorales o manipulaban los votos obtenidos.

Estas prácticas fraudulentas recibieron el nombre de “pucherazo”, llevado a cabo por los caciques. Era más eficaz en las áreas rurales, apolíticas y desmovilizadas y provocó que un sector importante de las clases populares no votase en las elecciones. A partir de la Ley Electoral (1907) los candidatos únicos se designaban automáticamente sin votación alguna.


Se dio una aprobación de normas liberalizadoras por Sagasta (1885-1890), durante el Parlamento Largo, como la Ley de Asociaciones que permitíó la aparición de sindicatos (UGT), la Ley del Jurado que permitía a la sociedad participar en la administración de justicia, y el Código Civil (1889) que implantaba el sufragio general masculino (1890). Los liberales Crearon la Comisión de Reformas Sociales procedente del Instituto de Reformas Sociales (1903), que daría lugar posteriormente al Ministerio de Trabajo. Se adoptaron medidas proteccionistas (arancel) para proteger los intereses de la industria catalana y vasca, La minería asturiana y los productores castellanos de cereal.



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