Dioses y diosas de la mitología romana y su culto en la antigua Roma

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Júpiter (Zeus), padre y rey de las divinidades y de los seres mortales, el águila y el rayo simbolizan su autoridad.

Vesta (Hestia), diosa del fuego del hogar, protectora de la familia.

Ceres (Deméter), diosa de la agricultura, siempre lleva espigas.

Mercurio (Hermes), dios mensajero que viste sombrero y sandalias.

Venus (Afrodita), diosa de la belleza física y del amor. Puede llevar una concha.

Neptuno (Poseidón), dios de las aguas. En su mano lleva un tridente.

Apolo (Apolo), dios de las artes, la belleza, la música y las adivinanzas.

Juno (Hera), hermana y esposa de Júpiter, protege el matrimonio. Pavo real.

Minerva (Atenea), diosa de la sabiduría y la guerra.

Diana (Artemis), diosa de la caza.

Vulcano (Hefesto), dios del fuego. Suele llevar martillo y tenazas.

Martes (Ares), dios de la guerra. Lleva lanza y casco.

Plutón (Hades), dios del mundo subterráneo y de los muertos. Su casco le hace invisible.

Baco (Dionisio), dios de las fiestas. La hiedra y la vid son sus plantas consagradas.

El culto público era el que dirigían los sacerdotes, escogidos entre los miembros más destacados de la sociedad, que se organizaban en colegios sacerdotales. Aquí señalamos algunos colegios sacerdotales:

  • Colegio de pontífices, cuyo representante supremo era el Pontifex maximus. Este colegio se encargaba de la elaboración del calendario en el que se señalaban los días laborables (fastos) y los días festivos (nefastos).
  • Colegio de las vestales, sacerdotisas de la diosa Vesta que debían mantener encendido el fuego sagrado de la ciudad, pues simbolizaba el carácter eterno de Roma.
  • Colegio de los feciales, sacerdotes encargados de asuntos concernientes al derecho internacional, a las relaciones con otros pueblos y de la redacción de los tratados de paz y de guerra.
  • Colegio de los augures, de gran prestigio social. Sus sacerdotes eran los que oficialmente poseían las técnicas de adivinación y se los consultaba antes de cualquier acto oficial o antes de tomar una decisión importante referida a conflictos bélicos.

El culto privado era dirigido por el pater familias (el padre), que se encargaba de llevar a cabo las ofrendas y los sacrificios y oraba a las divinidades. Se levantaba en una dependencia de la casa un ara (un pequeño altar), en el que se ubicaba el lararium (una capilla) y se disponían unas figuritas, habitualmente de cera y adornadas con ofrendas florales, que representaban a las divinidades familiares.

Las Kalendae, primer día del mes (luna nueva). Las Nonae, quinto día del mes (cuarto creciente); pero en los meses de marzo, mayo, julio y octubre era el séptimo día. Los Idus, el día decimotercero (luna llena); pero en los meses de marzo, mayo, julio y octubre, era el decimoquinto día. El día empezaba con el ortu solis (salida del sol) y terminaba con el occasu (puesta de sol). Se dividía en doce horas, la referencia de las cuales eran la hora sexta (doce del mediodía) y la hora novena o nona (las tres de la tarde). La noche se dividía en cuatro vigiliae (desde el occasu hasta el alba). La septimana (o hebdomas) constaba de siete días, cada uno de ellos dedicado a una divinidad: dies Lunae, dies Martis, dies Mercurii, dies Iovis, dies Veneris, dies Saturni, dies Solis.

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