La dimensión emocional: expresión y funcionalidad

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El lenguaje verbal y no verbal en la expresión emocional

El lenguaje verbal nos permite expresar con palabras las emociones, ya sean verbales o escritas. La expresión oral emocional suele ser espontánea y natural, y siempre va acompañada del lenguaje no verbal. El lenguaje no verbal nos ayuda a expresar y comunicar matices afectivos. Muchos de los gestos y movimientos están condicionados por factores culturales. Otros, en cambio, son comunes para todas las personas.

Dimensión funcional

Hace referencia a que las emociones son útiles, que sirven para algo en nuestra vida. Pueden ser de 3 tipos:

  • Funciones adaptativas: Relacionadas con la supervivencia y la adaptación de los seres vivos al medio.
  • Funciones sociales: Tienen que ver con la capacidad de relacionarnos con otras personas.
  • Funciones de autoprotección: Buscan garantizar la integridad del individuo.

Dimensión afectiva-subjetiva

Habla de cómo nos sentimos en determinados momentos y de la repercusión que esos sentimientos tienen en nuestra manera de funcionar. Hay muchas vivencias emocionales que son subjetivas, que son propias de cada persona. Ante un mismo hecho, cada ser humano reacciona de una manera. Esta diversidad depende de:

  • La experiencia previa de cada individuo
  • El condicionamiento genético.
  • Los modelos afectivos, sociales y culturales.

Dimensión fisiológica

Hace referencia a los cambios que se producen en el cuerpo y que tienen que ver con la preparación del organismo para adaptarse al medio ambiente o a una situación concreta.

Las emociones universales

El psicólogo Paul Ekman realizó múltiples estudios sobre las expresiones de las emociones universales. En la actualidad se acepta la existencia de sus 6 emociones básicas, comunes a todos los seres humanos. Estas son:

  • El miedo: se experimenta ante un peligro y se encuentra muy unido al estímulo que lo desencadena, debido a que se activa por amenazas a nuestro bienestar físico o psicológico. Se relaciona con la ansiedad, el pánico o el susto. Fisiológicamente, la sangre se retira del rostro y se dirige hacia las piernas, facilitando la huida. El cuerpo puede pararse, correr o predisponerse para la acción por el aumento de la actividad hormonal.
  • La tristeza: está relacionada con la pérdida o el fracaso

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