Diferencias entre sociedad civil y sociedad política
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Mis estudios profesionales eran los de jurisprudencia, de la
Que, sin embargo, sólo me preocupé como disciplina secundaria, junto a la
Filosofía y la historia. En 1842 1843, siendo redactor de “Gaceta Renana”[1] me
Vi por primera vez en el trance difícil de tener que opinar sobre los llamados
Intereses materiales. Los debates de la Dieta renana sobre la tala furtiva y la
Parcelación de la propiedad de la tierra, la polémica oficial mantenida entre
El señor von Schaper, por entonces gobernador de la provincia renana, y Gaceta
Renana acerca de la situación de los campesinos de Mosela y, finalmente, los
Debates sobre el librecambio y el proteccionismo, fue lo que me movíó a
Ocuparme por primera vez de cuestiones económicas. Por otra parte, en aquellos
Tiempos en que el buen deseo de “ir adelante” superaba en mucho el conocimiento
De la materia, “Gaceta Renana” dejaba traslucir un eco del socialismo y del
Comunismo francés, tañido de un tenue matiz filosófico. Yo me declaré en contra
De ese trabajo de aficionados, pero confesando al mismo tiempo sinceramente, en
Una controversia con la “Gaceta General” de Ausburgo[2] que mis estudios hasta
Ese entonces no me permitían aventurar ningún juicio acerca del contenido
Propiamente dicho de las tendencias francesas. Con tanto mayor deseo aproveché
La ilusión de los gerentes de “Gaceta REnana”, quienes creían que suavizando la
Posición del periódico iban a conseguir que se revocase la sentencia de muerte
Ya decretada contra él, para retirarme de la escena pública a mi cuarto de
estudio.
Mi primer trabajo emprendido para resolver las dudas que me
Azotaban, fue una revisión crítica de la filosofía hegeliana del derecho[3],
Trabajo cuya introducción aparecíó en 1844 en los “Anales francoalemanes”[4],
Que se publicaban en París. Mi investigación me llevó a la conclusión de que,
Tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse
Por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino
Que, por el contrario, radican en las condiciones materiales de vida cuyo
Conjunto resume Hegel siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del
Siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y que la anatomía de la
Sociedad civil hay que buscarla en la economía política.
En Bruselas a donde me
Trasladé a consecuencia de una orden de destierro dictada por el señor Guizot
Proseguí mis estudios de economía política comenzados en París. El resultado
General al que llegué y que una vez obtenido sirvió de hilo conductor a mis
Estudios puede resumirse así: en la producción social de su vida los hombres
Establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad,
Relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo
De sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de
Producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la
Que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden
Determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida
material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en
General. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el
Contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una
Fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la
Sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o,
Lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de
Propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de
Desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas
Suyas, y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base
Económica se transforma, más o menos rápidamente, toda la inmensa
Superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas transformaciones
Hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las
Condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud
Propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas,
Religiosas, artísticas o filosóficas, en un a palabra las formas ideológicas en
Que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo.
Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de
Sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de transformación por su
Conciencia, sino que , por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por
Las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las
Fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna formación
Social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que
Caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más elevadas relaciones de
Producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan
Madurado dentro de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone
Siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, porque, mirando mejor, se
Encontrará siempre que estos objetivos sólo surgen cuando ya se dan o, por lo
Menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización. A
Grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso en la
Formación económica de la sociedad el modo de producción asíático, el antiguo,
El feudal y el moderno burgués. Las relaciones burguesas de producción son la
última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el
Sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de
Las condiciones sociales de vida de los individuos. Pero las fuerzas
Productivas que se desarrollan en la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo,
Las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta
Formación social se cierra, por lo tanto, la prehistoria de la sociedad humana.
Federico Engels, con el que yo manténía un constante Intercambio escrito de ideas desde la publicación de su genial bosquejo sobre La crítica de las categorías económicas (en los Deutsch Französische Jahrbücher)[5], había llegado por distinto camino (véase su libro La situación De la clase obrera en Inglaterra) al mismo resultado que yo. Y cuando, en la Primavera de 1845, se establecíó también en Bruselas, acordamos elaborar en Común la contraposición de nuestro punto de vista con el punto de vista Ideológico de la filosofía alemana; en realidad, liquidar cuentas con nuestra Conciencia filosófica anterior. El propósito fue realizado bajo la forma de una Crítica de la filosofía poshegeliana[6]. El manuscrito dos gruesos volúMenes en octavo ya hacía mucho tiempo que había llegado a su Sitio de publicación en Westfalia, cuando no enteramos de que nuevas circunstancias Imprevistas impedían su publicación. En vista de eso, entregamos el manuscrito A la crítica roedora de los ratones, muy de buen grado, pues nuestro objeto Principal: esclarecer nuestras propias ideas, ya había sido logrado. Entre los Trabajos dispersos en que por aquel entonces expusimos al público nuestras Ideas, bajo unos u otros aspectos, sólo citaré el Manifiesto del Partido Comunista escrito conjuntamente por Engels y por mí, y un Discurso sobre el Librecambio, publicado por mí. Los puntos decisivos de nuestra concepción Fueron expuestos por primera vez científicamente, aunque sólo en forma Polémica, en la obra Miseria de la filosofía, etc., publicada por mí en 1847 y Dirigida contra Proudhon. La publicación de un estudio escrito en alemán sobre El Trabajo asalariado[7], en el que recogía las conferencias que había dado Acerca de este tema en la Asociación Obrera Alemana de Bruselas[8], que Interrumpida por la revolución de Febrero, que trajo como consecuencia mi Alejamiento forzoso de Bélgica.
La publicación de la “Nueva Gaceta Renana” (1848 1849) y los Acontecimientos posteriores interrumpieron mis estudio económicos, que no pude Reanudar hasta 1850, en Londres. El enorme material sobre la historia de la Economía política acumulado en el British Museum, la posición tan favorable que Brinda Londres para la observación de la sociedad burguesa y, finalmente, la Nueva etapa de desarrollo en que parecía entrar ésta con el descubrimiento del Oro en California y en Australia, me impulsaron a volver a empezar desde el Principio, abríéndome paso, de un modo crítico, a través de los nuevos Materiales. Estos estudios a veces me llevaban por sí mismos a campos Aparentemente alejados y en los que tenía que detenerme durante más o menos Tiempo. Pero lo que sobre todo reducía el tiempo de que dispónía era la Necesidad imperiosa de trabajar para vivir. Mi colaboración desde hace ya ocho Años en el primer periódico anglo americano, el New York Daily Tribune, me Obligaba a desperdigar extraordinariamente mis estudios, ya que sólo en casos Excepcionales me dedico a escribir para la prensa correspondencias propiamente Dichas. Sin embargo, los artículos sobre los acontecimientos económicos más Salientes de Inglaterra y del continente formaba una parte tan importante de mi Colaboración, que esto me obligaba a familiarizarme con una serie de detalles De carácter práctico situados fuera de la órbita de la verdadera ciencia de la Economía política.
Este esbozo sobre la trayectoria de mis estudios en el campo De la economía política tiende simplemente a demostrar que mis ideas, Cualquiera que sea el juicio que merezcan, y por mucho que choquen con los Prejuicios interesados de las clases dominantes, son el fruto de largos años de Concienzuda investigación.