Diferencia entre poemas épicos y narraciones caballerescas

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la Edad Media fue la época dorada de la epopeya. En las recién nacidas culturas europeas proliferaron los cantares consagrados a las hazañas de nobles caballeros.
Orígenes de la épica medieval
La epopeya medieval refleja el afán de los pueblos europeos por crearse una identidad nacional, simbolizada por los héroes antiguos. Las biografías fabulosas y conflictos de honor de los héroes son los temas de los cantares de gesta, que también servían para reforzar la estructura social feudal, al ensalzar a la nobleza dominante. Los cantares épicos, anónimos, son difundidos de forma oral por los juglares, por lo que no tenían una forma fija, y cada juglar los alteraba a su manera. Estas recitaciones gustaban a los nobles, xk veían reflejados en los héroes épicos sus propias virtudes, como al pueblo, pues supónían sus únicos ratos de diversión.

Eran un medio de difusión popular de la Historia ya que, aunque con muchos elementos fantásticos, solían tener el punto de partida en algún hecho o personaje histórico, incluso sus datos se incorporaban a las crónicas históricas en prosa. Muchos poemas se han perdido y las versiones que conocemos son las que se pusieron por escrito, generalmente mucho después de su aparición. 
Los juglares eran artistas ambulantes que, a cambio de comida o dinero, recitaban o cantaban de memoria poemas épicos en plazas y castillos, junto a canciones o poesías líricas. Las actuaciones de los juglares, vestidos con trajes de vivos colores, incluían junto al canto y recitación otras habilidades, como instrumentos musicales, juegos malabares, magia, disfraces grotescos, etc. Había juglares pobres e ignorantes, que viajaban a pie y vivían casi en la mendicidad, y juglares ricos y de éxito, que viajaban en cabalgaduras y tenían criados.

La épica germánica

La mitología y las antiguas leyendas de los pueblos bárbaros del Norte se nos han transmitido a través de varias composiciones épicas:

Cantar de Hildebrando (s. VIII)


Es el cantar germánico más antiguo que se conserva.

Beowulf (s. IX)

En este poema anglosajón, el histórico rey godo Beovulfo se transforma en caballero legendario, y lucha contra monstruos y dragones.
Los Edda son un conjunto de breves cantares noruegos e islandeses, de entre los siglos IX y XIII, cuyos temas abarcan tanto leyendas mitológicas como sucesos coetáneos.
La obra maestra de la épica germánica es un extenso poema en alemán, el Cantar de los Nibelungos, de origen muy antiguo, pero cuya definitiva versión es de principios del Siglo XIII. Narra las aventuras fantásticas del héroe Sigfrido.

El anillo de los Nibelungos


En el Siglo XIX el compositor alemán Richard Wagner se inspiró en el Cantar de los Nibelungos para componer una tetralogía de óperas. La tetralogía, llamada El anillo de los Nibelungos, está compuesta por las óperas El oro del Rhin, La Valkiria, Sigfrido y El ocaso de los dioses. En ellas, Wagner aplicó sus innovaciones sobre el lenguaje de la ópera y su concepción de la grandiosidad de este género, y reflejó en ella su espíritu ROMántico, que idealiza el pasado mítico alemán.

El poema está compuesto por 39 cantos, y tiene dos partes bien diferenciadas: hasta el canto XIX, la narración gira en torno a Sigfrido y su asesinato; del canto XX al final, Krimilda asume el papel protagonista y lleva a cabo su venganza.

La gran epopeya francesa

Mucho mayor desarrollo alcanzaron los cantares de gesta en el área lingüística ROMánica. Aunque existen en varios idiomas, la mayoría están en lengua francesa. Este amplio conjunto de poemas épicos se caracteriza por:
Deformación legendaria de la historia de Francia. Inspiración cristiana y favor divino de los héroes. Abundantes elementos fantásticos y maravillosos. Detalladas descripciones de batallas y atuendos. La gran cantidad de títulos puede agruparse en tres ciclos:

Ciclo de Carlomagno


Es el más importante, sus cantares nos narran la historia de sus antepasados(Berta la de los grandes pies), su juventud (Mainete), sus viajes(Peregrinación de Carlomagno) o sus luchas contra los musulmanes (Fierabrás, Cantar de Roldán).

Ciclo de Garín de Monglane o de Guillermo

Está centrado en un linaje de héroes defensores del poder real, pero mal recompensados por este. En este ciclo destaca el Cantar de Guillermo.

Ciclo de Doon de Maguncia

Conjunto de cantares sueltos de señores feudales rebeldes contra los reyes de Francia, como Raoul de Cambrai o Renaut de Montauban.
La pieza más antigua que se conserva, y la mejor, es el Cantar de Roldán. Esta obra, de finales del XI, se inspira en la derrota histórica sufrida por los guerreros de Carlomagno en el desfiladero de Roncesvalles (en los Pirineos), pero el episodio histórico se modifica: en el poema esta derrota se atribuye a los musulmanes de la península Ibérica, para presentar a los héroes como defensores de la cristiandad.
El gran héroe del poema es Roldán, caballero valiente pero temerario y demasiado orgulloso para pedir ayuda; además, hay otros personajes también importantes: Carlomagno, modelo de rey cristiano, Ganelón, traidor responsable del desastre, Oliveros, fiel amigo del protagonista, Alda, amada de Roldán, o el obispo Turpín. Roldán, junto a los doce nobles más importantes de Francia, muere en la emboscada, por lo que Carlomagno llevará a cabo la venganza.

LA NARRATIVA MEDIEVAL


La narrativa tiene su más importante expresión en las novelas de caballería. Este género narrativo, escrito en verso, reúne elementos heredados de la poesía épica y elementos propios de la lírica trovadoresca.

De la épica a la novela cortés o de aventuras

Entre los siglos XII y XIII, la materia caballeresca pervive bajo forma novelística. A diferencia de los cantares de gesta, el nuevo género es de mayor complejidad narrativa y de autor conocido y culto, y está destinado a la lectura. Las novelas, sustituyen el verso largo de la épica -destinado a la recitación- por otro algo más breve (verso octosílabo). Los textos se difundían en hermosos y cuidados manuscritos.
Los guerreros feudales y los ejércitos, son sustituidos por solitarios caballeros andantes. Las novelas recrean las aventuras extraordinarias que acontecen al caballero, siempre en defensa del débil y en lucha con gigantes y monstruos, dentro de un marco geográfico fantástico.
Además, el amor ocupa un lugar destacado bajo el evidente influjo del amor cortés trovadoresco. Los caballeros de las novelas ya no combaten para servir a su rey o por la religión, sino que tratan de conquistar el amor de sus damas, o están a su servicio con devota fidelidad, reproduciendo el esquema del amor cortés.
El primer paso corresponde a Chrétien de Troyes, en la segunda mitad del Siglo XII, considerado uno de los fundadores de la novela moderna. Sus breves obras (todavía en octosílabos) Erec y Enid, Lanzarote o El caballero de la carreta y Perceval o El cuento del Grial, consagran a la corte del rey Arturo y a los caballeros de la Mesa Redonda y su búsqueda del Santo Grial como modelo definitivo de la caballería.
Su éxito dejó en la sombra otras novelas en verso del Siglo XIII, basadas en personajes de la Antigüedad, pero impulsó diferentes versiones de las leyendas artúricas, como el extenso Lancelot - Graal francés, el Parzival del alemán Wólfram von Eschenbach, o el también alemán Tristán e Isolda . Este monumental poema, escrito por el poeta Gottfried von Strassburg, recoge una leyenda céltica que, aunque no pertenece plenamente al ciclo artúrico, sí parece estar emparentada con él. Narra la historia de amor imposible entre una pareja, marcada por el destino y la tragedia.

Todo este caldo de cultivo da lugar a una enorme proliferación de novelas caballerescas y de aventuras en muchos idiomas. Paulatinamente se abandona el verso y se adopta la prosa, que hasta entonces se utilizaba solamente para la historiografía o los libros científicos.
Perceval o El cuento del Grial inicia la tradición de la materia caballeresca. Con esta narración, el autor introduce el mundo mítico de la corte del rey Arturo y sus caballeros, que buscan el Grial donde se recogíó la sangre de Cristo crucificado. La novela quedó interrumpida por la muerte de su autor, lo que favorecíó la aparición de varias continuaciones y exploraciones en este tema literario.
Otras obras destacadas en la narrativa medieval son:

Román de Renart (siglos XII-XIII):


conjunto de poemas en francés que parodian la épica y la novela cortés; están ambientados en una sociedad animal que imita la humana, y protagonizados por Renart, el zorro.

Román de la Rose


Extenso poema en francés de más de veinte mil versos, de gran éxito en los siglos XIV y XV. La primera parte, escrita por Guillaume de Lorris hacia 1225, es una especie de alegoría del amor cortés, en la que un joven penetra en un jardín y se enamora de una rosa, que simboliza a la dama amada. El resto, añadido cuarenta años después por Jean de Meung, es de un tono más ensayístico y menos interesante.

El mito artúrico:


origen y pervivencia El rey Arturo es un personaje legendario, supuesto rey de Bretaña en el siglo VI. No está claro si se basa en un personaje histórico, pero la tradición mítica forjada por los escritores medievales le ha dotado de una enorme importancia en el imaginario colectivo: su corte, la Tabla Redonda donde se reúnen los mejores caballeros para narrar sus hazañas (Perceval o Parsifal, Lanzarote, Tristán o Galahad), la búsqueda del Santo Grial (el vaso en que José de Arimatea recogíó la sangre de Cristo), el mago Merlín, su espada Excalibur...
Todos estos elementos han configurado una riquísima tradición sobre el rey Arturo que ha estimulado el interés de la gente durante siglos hasta llegar a nuestros días, donde existen multitud de recreaciones literarias y cinematográficas.

EL CUENTO MEDIEVAL

El cuento fue un género muy fructífero y apreciado. Con origen en antiguas tradiciones literarias, el cuento evoluciónó desde la intención didáctica hasta el entretenimiento de las nuevas clases burguesas.
Durante la Edad Media aparecieron en las diversas lenguas europeas abundantes colecciones de relatos breves. Estos relatos o cuentos también aparecían, a menudo, insertados en otras obras de mayor extensión. La mayoría de los cuentos tenía, especialmente en su origen, una función claramente didáctica y moralizante: transmitían una enseñanza práctica, indicaban cómo actuar en determinada situación, o cuál era el comportamiento correcto en un momento concreto. El cuento medieval no pretende contener, pues, gran valor literario por sí mismo, sino narrar de forma lisa y sencilla una anécdota, a veces muy simple, de la que resulta fácil sacar una enseñanza o conclusión, frecuentemente explícita al final del cuento, en forma de moraleja.
Los relatos breves con intención didáctica se denominan ejemplos, apólogos o fábulas, si los protagonizan animales. Estos se acomodaban perfectamente al gusto medieval, por lo que solían ser incluidos en los sermones de los sacerdotes.
Durante el Siglo XIV aparece una emergente burguésía en las ciudades medievales, que adquieren cada vez más importancia gracias al progresivo crecimiento de la población urbana. Este nuevo espíritu burgués aparece en dos autores de libros de cuentos: Boccaccio y Chaucer.
La mayoría de los cuentos medievales proceden de la tradición grecolatina o india, transmitida esta última por los árabes. Los de transmisión árabe se difundieron en Europa gracias a traducciones o recopilaciones realizadas en la península Ibérica, como la Disciplina clerical , obra en latín del judío Pedro Alfonso (s. XII), o Calila y Dimna , traducido por orden del rey Alfonso X.
Boccaccio
En Italia Giovanni Boccaccio (1313-1375) escribe una colección de cuentos titulada El Decamerón , primera obra maestra de la narrativa italiana, que tendrá una influencia decisiva en los próximos siglos. Es una colección de cien cuentos, reflejo de la Italia del Siglo XIV. La estructura de la obra es sencilla: a causa de la peste bubónica que arrasó Europa en 1348, siete muchachas y tres jóvenes huyen de Florencia y se refugian durante diez días (de ahí el título del libro: Decameron significa en griego 'diez días') en una finca de los alrededores y, para evitar el aburrimiento, se comprometen a contar una historia diaria.
La novedad de esta obra reside en que, por primera vez, una colección de cuentos está articulada por un marco narrativo. Los cien cuentos, procedentes de distintas fuentes, poseen una gran diversidad de temas y estilos: humorísticos, amorosos, eróticos, satíricos, de ambientación italiana, exóticos, tristes, etc.
Los cuentos que incorporan la colección tienen muy diversas procedencias. Los temas son también variados: algunos narran historias que tienen lugar en espacios lejanos y exóticos, otros -la mayoría- son de ambientación realista en la sociedad de la época. El tono también es muy diverso: hay cuentos cómicos, trágicos, líricos o eróticos. Los de mayor valor e interés son los de ambientación realista y enfoque humorístico: en ellos Boccaccio expone con gracia los vicios, debilidades y mezquindades de los hombres y mujeres de su época. A diferencia de anteriores tradiciones cuentísticas, Boccaccio no tiene ninguna intención moralizante.
Boccaccio contribuyó también al establecimiento de otros géneros literarios con obras como Ninfale d'Ameto y Ninfale fiesolano, que sirvieron de punto de partida a la literatura pastoril del Renacimiento; del mismo modo, en Fiammetta está el origen de la posterior novela sentimental. También escribíó El Corbacho, una sátira contra las mujeres.
Chaucer
En Inglaterra Geoffrey Chaucer (1340-1400) escribe otra recopilación de relatos en verso titulada Cuentos de Canterbury. En esta obra se aprecia una clara influencia de Boccaccio, ya que, como en El Decamerón, hay un hilo argumental que enlaza los cuentos: un grupo de personajes representativos de la Inglaterra de la época -un caballero, un estudiante, una monja, un campesino rico, un fraile, un mercader, etc.- peregrinan juntos desde Londres al santuario de Santo Tomás de Canterbury, y para amenizar el viaje relatan historias. 
La procedencia de los cuentos es diversa; entre los cuentos hay ejemplos de casi todas las tradiciones cuentísticas medievales. La obra, que quedó inacabada, intercala la narración de los cuentos en sí con descripciones de los peregrinos, así como con las conversaciones y disputas que mantienen estos. Está escrita en un estilo ameno y brillante, lo que contribuyó enormemente al afianzamiento del inglés como lengua literaria. 

CANTAR DE GESTA


Tipo


Tradicional anonimia autor colectivo transmisión oral.

Modo de expresión

Verso irregular; largo; rima asonante.

Asunto

Hazañas bélicas. Grandes ejércitos. Héroe-caudillo de grandes ejércitos.

Personaje femenino

Escasa o nula importancia en la trama.

Objetivo del héroe

Reparación del  honor o conquista del mismo. Los cantares de gesta: La Canción de Roldán  (Francia). Los Nibelungos (Alemania. Sigfrido). Poema de Mío Cid (España). El Beowulf (épica anglosajona).

NOVELA CORTÉS


TIPO DE LITERATURA


Culta; anonimia; autor individual; transmisión escrita.

MODO DE EXPRESIÓN

Verso regular; pareados; rima consonante.

ASUNTO

Tramas amorosas y fantásticas.

PROTAGONISTA

Héroe-caudillo individual. Actúa por motivos personales.

PERSONAJE FEMENINO

Elemento fundamental de la acción.

OBJETIVO DEL HÉROE

Prestigio social o perfección moral. La novela cortés: Chrétien de Troyes Materia de Bretaña: El Caballero del león y El Caballero de la carreta. Perceval o el cuento del Grial.

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