La Dictadura de Primo de Rivera y su impacto en la Segunda República

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Desde 1917, el régimen de la Restauración se encontraba en una crisis definitiva, que se había extendido a política y sociedad. Así, el 13/09/1923, Miguel Primo de Rivera (Capitán General de Cataluña), fue reconocido por el rey tras dar un Golpe de Estado, dando así comienzo una dictadura que se prolongará hasta 1930 con su dimisión tras perder el favor del monarca, exiliándose a París. Supondrá el desprestigio de Alfonso XIII (tras 15 meses de “Dictablanda”) y la proclamación de la 2ª República en 1931.

El golpe de Primo de Rivera

Así, tras el golpe, se declara el estado de guerra (hasta el 25) y se suprimen la Constitución de 1876, los partidos y los sindicatos. El propio Primo de Rivera se presenta al país mediante un manifiesto publicado en prensa que justificaba el golpe por la regeneración del país (estabilizando el sistema parlamentario, eliminando la indisciplina social y resolviendo los “males” del país). Sin embargo, su verdadero fin era evitar la democratización del régimen y devolver estabilidad a sectores amenazados. El elegido fue Primo de Rivera por su popularidad entre la burguesía catalana y su dureza frente al anarquismo. El golpe, además, se vio favorecido por factores como la abstención del grueso del ejército, la debilidad del gobierno, la pasividad de la opinión pública o el propio proceder real.

Factores que propiciaron el golpe

Los factores que propiciaron el golpe fueron: la derrota del Annual en Marruecos en 1921 (militares molestos, Expediente Picasso que implicaba al rey...), el auge de los nacionalismos vasco-catalán, la creciente participación parlamentaria de socialistas y republicanos, el auge del obrerismo y la protesta social en campo (quema de cosechas, ocupaciones de tierras...) y en ciudad (huelga general en Barcelona), la respuesta violenta del gobierno (ley de fugas y pistolerismo), la posición del rey Alfonso XIII (apoyó el golpe para solucionar crisis políticas y mantenerse en el poder) y el contexto internacional tras la 1ª GM, con una fuerte polarización de los totalitarismos (Mussolini con la Marcha sobre Roma y Hitler con el Putsch de la Cervecería) y el triunfo comunista a partir de 1917 con la Revolución Rusa.

Bases ideológicas y apoyo a la dictadura

Las bases ideológicas del régimen pasaban por una interpretación personal del ideal regeneracionista (“el cirujano de hierro”) y por algunos rasgos fascistas de Mussolini (aunque no era plenamente fascista). Otros rasgos de su política fueron el rechazo a políticos profesionales, el establecimiento de un gobierno antiliberal, fuerte y centralizado, el intervencionismo político y una tendencia conservadora. En resumen, buscaba reformar España mediante un sistema autoritario.

El fin de la dictadura

Fue apoyado por terratenientes rurales, burguesía industrial y financiera urbana, la franja más autoritaria del partido conservador y la derecha católica. A él se opusieron las clases medias republicanas y las clases obreras, el movimiento estudiantil (FUE) e intelectuales como Unamuno y Ortega y Gasset. PSOE y UGT colaboraron hasta 1929 (nueva legislación laboral), cuando los anarquistas y la CNT fueron reprimidos y forzados a la clandestinidad.

De igual manera, los tres poderes a pertenecer al dictador, rodeado de un consejo de asesores que eran generales. Se puede dividirla dictadura en: Directorio Militares (23-25) y Directorio Civil (25-30).

El primero comienza con la supresión de la Constitución del 76, así como con la disolución de Cortes, partidos políticos y sindicatos. Primo de Rivera concentra todos los poderes, ayudado por 8 militares y un contralmirante. Así sometió los delitos de la unidad de la patria a tribunales castrenses.

Al principio, el gobierno fue ampliamente aceptado gracias a su represión y el orden público. Suprimió la libertad de prensa y acabó el conflicto de Marruecos (25, Alhucemas).

Entre sus actuaciones destacaron la regeneración política mediante la persecución del caciquismo (se elaboran dos nuevos estatutos) con un fin real moralizante administrativo: escondía la institucionalización del control militar de la sociedad civil.Buscó también evitar la conflictividad social mediante la prohibición de actividades de partidos y sindicales creando para ello la Unión Patriótica (no era un partido como tal), formada por funcionarios y caciques rurales y que en realidad fue un instrumento para conseguir el acercamiento y apoyo popular, intentando evitar el desgaste de los militares.Puso fin también al conflicto de Marruecos apoyado por Francia, llevando así a cabo el Desembarco de Alhucemas (25) apoyados por la recién creada Legión (sobresale Franco) y llegando el fin de la guerra en 1927 con la derrota de Abd-el-Krim (incluso Eisenhower estudia las tácticas), que supuso el mayor éxito del dictador. Para establecer el orden social y aplacar el obrerismo usó la represión (declaración inicial del estado de Guerra, la ilegalización de la CNT que pasa a la clandestinidad y lleva a una radicalización anarquista y creación del Somatén, una milicia armada que se extendió a toda España para estimular colaboración ciudadana con el nuevo régimen pero que no tuvo el apoyo popular deseado y quedó relegado en 1928). Llevó también a cabo una dura represión contra los nacionalismos periféricos, en especial el catalán, el cual reprimió duramente, juzgando los delitos contra la unidad de la patria por tribunales militares y prohibiendo varios signos de la cultura catalana, lo que llevó a una radicalización del movimiento. Por su parte, el PNV quedó fuera de la ley y cerró sus sedes.

En un proceso de institucionalización del régimen, se sustituye el Directorio Militar por uno Civil en su cumbre de prestigio. Así, aparecen civiles como ministros y en 1927, una Asamblea Nacional Consultiva redacta una nueva Constitución. Encontramos una coyuntura socioeconómica favorable (“felices años 20”) por lo que se favorece la inversión del gobierno y se evoluciona a un modelo intervencionista y de nacionalismo económico. La agricultura era el sector predominante en ese momento, mientras que la industria estaba centrada en Cataluña, País Vasco y Madrid. Desde el Estado se crea el Consejo Económico Nacional para regular las medidas proteccionistas y sentar las bases del intervencionismo.

Se desarrolló un Plan Nacional de Infraestructuras destinado a política hidráulica, aprobando la construcción de presas y embalses, la creación de las primeras Confederaciones Hidrográficas y las mejoras en instalaciones portuarias y a comunicaciones, mejorando redes viarias, carreteras y ferrocarriles.

Con respecto al intervencionismo económico, se crearon varios monopolios estatales como Campsa, Telefónica o Tabacalera y desarrolló la banca.

En 1929, se crearon las exposiciones internacionales de Barcelona y la Iberoamericana de Sevilla, pero no lograron ocultar el declive del régimen y el inicio de la depresión económica.

Tuvo lugar también cierto reformismo, relacionado con la política social (seguros por enfermedad, bºs por maternidad, descanso dominical...) incipientemente ya que no dio tiempo a desarrollarlo. Así, en 1926, se crea la Organización Corporativa Nacional, un sindicato vertical que agrupaba a obreros y patronos. Su fin era armonizar los intereses de patronos y obreros, regular las condiciones laborales, controlar el movimiento sindical y evitar la conflictividad social. Se financió con deuda pública y el Estado se endeudó progresivamente, dando lugar a una fuerte carga que continuaría en el período republicano.

La oposición al régimen llegó desde varias vertientes. Intelectuales exiliados o desterrados critican la falta de libertades, las universidades (FUE), algunos sectores del ejército por el excesivo apoyo a los africanistas que lleva a la Sanjuanada (26) como intento de golpe de Estado que lleva a la disolución del arma de artillería, la burguesía catalana y partidos y sindicatos como la CNT que crea el FAI (27) y el PSOE (29 deja de colaborar y se acerca a los republicanos). La crisis económica del 29 afectó a todos los sectores de la sociedad (+ paro, inflación, crisis, endeudamiento...).

Conclusión

Así comenzó una crisis gubernamental, en la que el rey le retira el apoyo a Primo de Rivera (a lo que se suma el de las clases altas) que llevará a la dimisión del dictador (30) y su muerte en el exilio. Sin embargo, el rey no hace caso a la demanda de elecciones a cortes constituyentes y nombra a Damaso Berenguer presidente del gobierno (“Dictablanda”). Mediante el Pacto de San Sebastián en 1930, socialistas, intelectuales, republicanos, nacionalistas... buscaron una alternativa política a la monarquía. Tuvo lugar además, una insurrección republicana en Jaca, que convierte a Galán y García Hernández en los mártires de la república. Berenguer dimite en 1931 y le sucede el Almirante Aznar, que convoca elecciones municipales para el 12 de abril que ganan los monárquicos, pero ganan los republicanos en las ciudades más importantes del país. Así, el 14/04/1931 se proclama la república y el rey y su familia marchan al exilio.

Del período, se pueden extraer varias conclusiones. Demostró el agotamiento del sistema de la Restauración, supuso la primera intervención corporativa del ejército, que planteaba la constitución de un régimen militar, desplazó a las viejas élites de la oligarquía liberal, contribuyó a la desaparición de los partidos monárquicos reformistas y permitió el ascenso de nuevas fuerzas como el socialismo y el catolicismo político, su fracaso desprestigió la monarquía y ayudó al ascenso de la República e influyó en el régimen franquista (inspira su política y tiene similitudes en pensamiento militar, católico, conservador, la confianza de los tecnócratas y la valoración de los aspectos económicos y sociales por encima de los políticos).

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