Descartes realidad objetiva

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  1. LA PRIMERA CERTEZA Y EL CRITERIO DE VERDAD

Descartes encontró una verdad absoluta en la existencia del propio sujeto que piensa y duda. Puedo dudar de todo menos de que dudo. Si dudo, si estoy persuadido de que nada hay en el mundo, si soy engañando por un genio maligno, en definitiva pienso y concluyo que yo soy, que yo existo. De forma que la afirmación “pienso luego existo” se representa como la primera certeza, se trata de una intuición pues se concibe clara y distintamente que para pensar es preciso ser, existir.

Puede que las cosas que afirmo, niego, quiero o siento no sean nada, pero lo que no deja de ser cierto es que yo pienso que quiero, pienso que siento, etc.

Así, Descartes ha hallado la existencia del yo y la naturaleza de ese yo como cosa pensante. Este será el fundamento del método, la primera verdad firme. Tras hallar la primera verdad, Descartes también descubre lo que se requiere para estar cierto de algo, es decir, descubre el criterio de verdad. Hallado el criterio general de certeza, el problema está en la hipótesis del Dios engañador, por lo que Descartes considera urgente demostrar la existencia de Dios, y en caso afirmativo, si puede ser engañador. Solo cuando se consiga probar su existencia, el criterio de verdad adquirirá plena justificación.

  1. LOS OBJETOS DEL PENSAMIENTO: LAS IDEAS

La teoría de la realidad objetiva de las ideas posibilita el salto desde las ideas, desde el yo, a la realidad extramental: primero a la realidad extramental de Dios. Y luego a la realidad extramental de las cosas corpóreas. Descartes distingue en las ideas un doble aspecto:

                Las ideas en cuanto son actos de pensamiento, y las ideas en tanto que son imágenes que representan algo, en tanto que poseen un contenido representativo al que Descartes llama realidad objetiva de la idea. Las ideas son todas iguales y todas parecen proceder de mí, pero si se consideran en cuanto a su contenido representativo son muy distintas y contienen una mayor realidad objetiva que otras. En este sentido Descarte divide las ideas en:

Adventicias, las que parecen proceder de la experiencia externa, (árbol, hombre, mesa).

Facticias, las construidas por mí mismo a partir de las adventicias, (sirena, centauro).

Innatas, las que el pensamiento posee en sí mismo, (pensamiento, existencia, infinito).

Descartes se plantea la pregunta por la causa de la realidad objetiva de las ideas, y siguiendo la terminología escolástica, llama realidad objetiva al contenido representativo de las ideas y equivale a la realidad conceptual que compete a las ideas. La realidad formal, es la efectiva o en acto y es propia de los objetos. Y la realidad eminente, se refiere a una clase de realidad que es más que la formal e incluye a esta pero es menos precisa.

Por ello si la realidad objetiva de alguna de mis ideas es superior a la realidad propia de mí, esa realidad no está en mi ni formal ni eminentemente, entonces yo no puedo ser la causa de esa tal idea y por tanto hay algo en el mundo, distinto de mí como causa de dicha idea. Esto permite probar la existencia de Dios.

  1. LA ESTRUCTURA DE LA REALIDAD: TEORIA DE LA SUSTANCIA

Descartes define la sustancia como aquello que existe de forma que no necesita de otra cosa para existir y distingue: Sustancia pensante (YO), Sustancia infinita (DIOS), Sustancia extensa (MUNDO). Estas 3 sustancias forman los 3 tipos de realidad y en cada una de ellas diferencia un atributo esencial u los modos.

  1. LA SUSTANCIA INFINITA: DIOS

Descartes va a demostrar la existencia de Dios a partir de la Idea de Dios con las siguientes pruebas:

  1. Argumento ontológico: Es verdad aquello que percibimos clara y distintamente, y Dios es un ser infinito y su inexistencia sería una limitación.

Prueba de causalidad: La idea de Dios contiene una realidad objetiva superior a mi realidad formal, la idea de un ser infinito y yo solo soy finito, por tanto no puede proceder de mí sino de una sustancia infinita.

  1. Descartes desarrolla en la misma tercera Meditación otra prueba que muestra a Dios como causa de su idea en mí y de mi existencia. No puedo ser el autor de mí ser, pues al crearme a mí mismo me hubiese hecho perfecto.

Una vez reconocida la existencia de Dios y su naturaleza, descartes puedes destruir la hipótesis del genio maligno y Dios se convierte en el sistema de Descarte y en el garante de toda verdad.

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