Descartes y Hume: Método, Certeza y Conocimiento
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Descartes: La Cuestión del Método
En su filosofía, Descartes toma las matemáticas como modelo. Para él, el método constituye un arte de descubrir y exponer, ya que cuando se enfrenta a un problema, se supone que este está resuelto y se analizan las condiciones de dicha solución paso a paso. En este análisis, se alcanzan los elementos más simples y evidentes, que son los que posibilitan tal solución. En esta idea de la matemática como paradigma se superponen varias facetas: el esfuerzo por matizar la experiencia y el proceso matemático aporta un método racional creativo donde lo que se tiene es un problema particular. Lo que importa del método matemático es ver la matemática como prototipo de la racionalidad conceptual.
En Descartes, el método se convierte en su obsesión; todo buen resultado dependerá del método. Descartes considera que solo existía una ciencia, la sabiduría humana, pero a la tradición aristotélica tomista no le gustó esta idea, ya que decían que cada ciencia debía tener un método distinto. Descartes propuso una ciencia universal y un método universal que tratara de buscar una sólida construcción filosófica, evitando la incertidumbre y el error.
La Duda Cartesiana
En la duda cartesiana, se propone eliminar las fuentes posibles del error y de incertidumbre con una solución típicamente modernista: la reclusión en el ámbito de la razón a puertas cerradas respecto a la realidad. Los rasgos básicos de la duda metódica propuesta por Descartes son:
- Es metódica: no hay que confundirla con la duda del escepticismo.
- Es universal: pone en cuestión todos los conceptos.
- Es exagerada: es una consecuencia de la primera regla del método.
- Tiene vigencia en el tiempo: no descubre nuevas verdades.
- Es teorética, no práctica: no se aplica a todas las creencias tomadas de una en una.
Los pasos fundamentales son:
- Duda de los sentidos: cuestiona actos concretos de percepción.
- De la realidad: cuestiona la totalidad de los actos de percepción.
- De la razón: cuestiona actos concretos del racionalismo.
En conclusión, se puede dudar de todo.
El Carácter Arquimediano del Cogito
La primera verdad a la que llegamos es la certeza de mi existencia como cosa pensante. La certeza del yo pensante es la cosa más simple y, por ser así, su posesión es previa a la posesión subjetiva de cualquier otra certeza. Por lo tanto, si dudo, es que existo. Pensar es todo aquello de lo que somos conscientes que ocurre entre nosotros, por eso se formula "cogito ergo sum", que significa que tengo conciencia de mi pensamiento, por lo tanto, conciencia y pensamiento se perciben en una misma intuición.
Una cosa que piensa es una cosa que duda, que quiere, que afirma. Por el cogito vemos que la duda desemboca en una certeza, por eso es el primer momento de evidencia del pensamiento y la destrucción radical de la duda misma. El cogito se va a convertir en criterio de verdad: "pienso, luego existo", y tiene un doble sentido: es el origen de la recuperación del mundo que antes había puesto en duda y es el primer principio y criterio para seguir disipando la duda.
Hume y su Comparación con Descartes
Hume coincide con Descartes en que no podemos conocer o distinguir lo que es verdaderamente real. Según Hume, los sentimientos nos pueden engañar y, según Descartes, por la dificultad de distinguir las ideas claras y distintas de las que no lo son.
Una gran diferencia es que Descartes emplea la metafísica como el instrumento para llegar a un conocimiento seguro, y Hume, por el contrario, critica conceptos metafísicos, ya que dice que son ideas falsas porque no tenemos experiencia de ellas. También Descartes cree que Dios existe, ya que es necesaria la existencia de un ser perfecto e infinito que coloque en nosotros, seres imperfectos y finitos. Por el contrario, Hume refuta este argumento diciendo que no tenemos impresión de Dios y una idea a la que no le corresponde una impresión es falsa.
Descartes usa la razón para llegar a la verdad de mi existencia, "pienso, luego existo", y Hume opina que ni siquiera puede estar seguro de mi existencia, ya que no tengo percepciones directas del yo.
Descartes y Kant
Mientras Descartes llega a la verdad a través de los elementos que denomina ideas innatas, Kant no habla de estas ideas innatas, sino de formas a priori de cada una de las facultades: sensibilidad, entendimiento y razón pura. Descartes siente desprecio por el conocimiento que nos aportan los sentidos externos. Kant dice que no puede haber ciencia si no existe experiencia a la cual vincular las formas a priori.