Desarrollo Social y Relaciones Humanas: Claves para la Convivencia

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Desarrollo Social y Relaciones Humanas: Claves para la Convivencia

El Proceso de Socialización

En el caso de que no hubiera habido una aceptación social del joven, él probablemente reaccionaría consecuentemente con posturas y conductas de rebeldía, oposición, negativismo, o en casos extremos podrían presentarse casos de neurosis, trastornos de la personalidad o delincuencia.

Estas dos etapas principales son las premisas psicológicas que condicionan, predisponen, digamos que abandonan el terreno, para que se produzca el proceso de convertirse en una persona social.

La Asimilación del Mensaje Social

Mediante las actividades de la vida social (familia, escuela, trabajo, grupos sociales) y a través de los agentes educativos de la sociedad, se produce en los sujetos en formación un proceso de asimilación de los valores, motivos, normas e ideas de la sociedad. Este primer momento del proceso de formación e integración social es una etapa imprescindible para que el joven pueda iniciar su incorporación a la sociedad como miembro preparado, aunque es insuficiente para lograr la integración activa y plena del joven al mundo adulto.

La Adaptación Creadora

Esta es la etapa final del proceso de socialización en el cual el joven se integra plenamente a la sociedad como sujeto activo, mediante su participación creadora y actividades transformadoras de la propia sociedad.

Del Yo al Nosotros

La vida es como un compromiso en que se trata de armonizar las tendencias contrapuestas, como resultado de la interacción dialéctica entre el vector subjetivo de lo que el individuo desea y el vector objetivo de lo que la circunstancia posibilita y exige.

Por ser la personalidad un sistema abierto al mundo, hay en la personalidad que crece y se desarrolla una tendencia progresiva del yo individual a rebasarse a sí mismo, a trascender, a expandirse y proyectarse hacia el mundo, a identificarse con personas, grupos y círculos sociales cada vez más amplios y abarcadores.

Tener en cuenta esa trascendencia del yo al nosotros no significa vivir conformistamente o disolver y anular la propia individualidad en el seno del mundo social, sino todo lo contrario; significa el florecimiento y la autorrealización plena del individuo a través de la sociedad y la convivencia. Implica también el enriquecimiento y acrecentamiento de lo social por el aporte del yo, por eso se ha propuesto por varios psicólogos una concepción radical y unificadora de las motivaciones, considerando que todas las motivaciones humanas surgen o brotan de una tendencia original del ser humano al crecimiento, mejoramiento y trascendencia que se proyecta y expande en lo social.

De lo anterior se deducen las siguientes recomendaciones educativas:

  • Darle oportunidades, medios y facilidades al niño y al joven para que sean independientes, para que reafirmen su personalidad, para que se expresen y sean creativos, compatibilizando y conciliando esto con las demandas y necesidades sociales.
  • Por otra parte, es menester socializar al niño, enseñarle los valores, normas y usos sociales, hacer que aprenda a comportarse de acuerdo a los principios y normas de la comunidad, pero con aceptación, respeto y amor a su persona.

Tal es el difícil y delicado, pero posible aprendizaje que supone el armonizar el yo con el nosotros, el vivir con el convivir.

Regla de Oro de la Convivencia

La regla de oro en las relaciones humanas: “Hacer a los demás lo que queremos que nos hagan y no hacer a otros lo que no desearíamos que nos hicieran”.

Este principio constituye un legado fundamental que heredamos de culturas y religiones milenarias y que, de una u otra forma, está presente, a través de la historia, en casi todos los sistemas éticos como norma principal que debería regular las relaciones entre las personas.

Esta regla se basa en la idea y convicción humanista del amor al ser humano, sin distinción de raza, sexo, edad, credo o condición social, simplemente por el hecho de ser persona. La palabra dignidad viene de la raíz dig que significa luz, así que su culto constituiría, en sentido metafórico, un acto de honra y reverencia a ese destello luminoso del valor de lo humano que irradia todo hombre. El reconocimiento y apreciación de la dignidad del valor humano en cada persona implica relacionarnos con ella como un ser valioso.

El primer nivel de esta regla de oro es el que da reciprocidad o correspondencia, que es el más frecuente y que cumple ese principio, pero limitándose a corresponder: dar lo suficiente para quedar bien con los demás, esperando que los otros le respondan del mismo modo.

Este tipo de relación humana corresponde a las necesidades de sentir amor como algo que falta y se obtiene pagando con un amor equivalente. Amor con amor se paga. En el otro extremo de la regla de oro está el nivel superior de la magnanimidad en que se ama gratis, sin medida, sin esperar reciprocidad o recompensa. Es el amor trascendente en el que el yo se desborda y proyecta sobre los otros y los inunda con simpatía, empatía, cooperación amistosa y creatividad.

Mientras que el amor convencional es un pacto de mediocre calidad que implica un mínimo de mutua aceptación y de convivencia civilizada, en cambio en la magnanimidad, como la virtud o valor más alto del ser humano, el amor grande trasciende y es de máxima calidad.

Tengamos presente que, no obstante, ambos niveles (justicia y magnanimidad) responden al mismo principio del buen y el mejor trato. En uno u otro caso, la regla de oro representa el principio y la norma que rige la entrada del hombre en la era de la civilización moral.

Tipos y Problemas Fundamentales de las Relaciones Humanas

La persona se forma mediante las relaciones e interacciones sociales que sostiene con los que le rodean, a través del tiempo. La personalidad de cada individuo es el resultado del conjunto complejo de las relaciones sociales y de situaciones interpersonales que ha experimentado a lo largo de su vida. Está demostrado que la clase de contactos y de relaciones predominantes que hayamos tenido con las personas que nos circundan contribuye principalmente a la formación de la personalidad.

Las personas pueden asumir siete posiciones o actitudes fundamentales hacia los demás:

  1. Formas del buen trato interpersonal (Relaciones y actitudes positivas Tipo Nosista): Consisten en el acercamiento y abordaje a las personas con actitudes de benevolencia, lo cual puede engendrar actitudes similares en las otras personas. Se pueden expresar a través de gestos, palabras u obras amables y satisfactorias.
  2. Formas del maltrato ofensivo (Actitudes y reacciones negativas de agresividad, hostilidad, desprecio Tipo Guerrero): Estriban en la aproximación y relación con las personas con actitudes malévolas. Lo que también determina actitudes semejantes en las personas que tratamos. Se pueden expresar en lenguaje no verbal, verbal y en la conducta.
  3. Formas del maltrato ofensivo (Relaciones y actitudes negativas dominantes tipo Dictador): Aquellas que se caracterizan por la relación y status de subordinación o sumisión a que se intenta someter a los demás. Más que una relación del yo contigo, es una relación yo-cosa que se establece cuando se pretende manejar a las personas de acuerdo a los deseos del sujeto.
  4. Formas del mal trato ofensivo (Relaciones y actitudes del temor o evasión del trato social del tipo Tortuga): Estas formas las expresa el sujeto alejándose del contacto con los otros, con actitudes de timidez, recelo, cautela y desconfianza o franco temor y miedo, lo que se puede demostrar mediante una serie de expresiones gesticulares, verbales y conductuales, que implican huida.
  5. Formas de mal trato consistentes en relaciones y actitudes de dependencia parasitaria (tipo Enredadera): Son aquellas relaciones en las que se vive a expensas de los demás, de lo que reciben de los otros y que va desde la imploración y la súplica a la exigencia y reclamación.
  6. Trato enrolado o de relaciones convencionales heterónomas establecidas por los roles sociales (tipo Robot): Son relaciones sociales adquiridas por imitación o aprendizaje social, de cortesía que implican trato superficial, que se limita a cumplir los roles que la sociedad establece.
  7. Ausencia de Trato: Relaciones y actitudes sociales indefinidas o no estructuradas (tipo Anestesia o Veleta): Estas son formas de no trato que se manifiestan quedándose o permaneciéndose al sujeto en el “punto muerto” o neutral de la inercia, la indiferencia por las relaciones humanas.

Si las relaciones sociales en que ha vivido el sujeto han sido buenas, entonces su personalidad crecerá normalmente y estará más dispuesto al buen trato, a la convivencia amable y cooperativa de los demás.

Si, por el contrario, las actitudes y el trato que ha recibido de las personas que le rodean han sido enemistosas, entonces el sujeto se desarrollará anormalmente y surgirán en él los dos patrones de trato y conducta social negativa:

  • Formas del mal trato ofensivo, con características de agresividad y rechazo.
  • Formas del mal trato defensivo y de dependencia, con su cortejo de manifestaciones que implican el retraimiento, la evasión o el parasitismo en el contacto humano y protegerse del mismo o explotarlo.

Comunicación Interpersonal

La comunicación entre las personas es el hecho fundamental que caracteriza a las relaciones humanas. La convivencia se produce a través de la comunicación interpersonal y social.

Estamos siempre en un proceso continuo de comunicación: en la familia, en el trabajo, con las amistades y, por lo general, suele haber un flujo constante y recíproco de información entre ellas. El éxito y la felicidad de nuestras relaciones dependen de la eficiencia y efectividad de la comunicación que establecemos con las personas que nos rodean.

La comunicación interpersonal se puede desarrollar y perfeccionar a través del aprendizaje y la práctica.

La palabra comunicación viene del latín com que significa estar juntos, unir o juntar y munus que se traduce por oficio, trabajo y obra, por lo tanto, comunicación es hacer algo en común, compartir algo conjuntamente.

La teoría general de la comunicación explica la comunicación humana y abarca también todas las formas de comunicación como son el teléfono, el telégrafo, el radio, la televisión y todas las formas modernas de comunicación.

Los elementos esenciales de todo sistema de comunicación son los siguientes:

  • Fuente del mensaje.
  • Codificación o clave.
  • El sistema de transmisión o canal de la comunicación.
  • La descodificación o desciframiento.
  • Retorno de la comunicación.

El proceso de la comunicación humana puede tener problemas que se deben a dificultades localizables y pertenecientes a cualquiera de las etapas que constituye la cadena.

Vivir es Convivir en Grupos

El estudio de los grupos constituye un campo de gran interés, porque mejorar las relaciones humanas y el funcionamiento de los grupos e instituciones es una forma efectiva de contribuir al mejoramiento de la sociedad.

La vida del ser humano se desarrolla a través de la convivencia en grupos. Las instituciones y organizaciones sociales y los grupos son los marcos de referencia en los que se desenvuelven las vidas humanas.

La dinámica de grupos estudia las fuerzas variadas y complejas que actúan sobre y dentro de los grupos y que determinan la conducta de los mismos. Hay también aspectos dinámicos de gran importancia, tales como: la conducta variable que manifiestan los cambios, las motivaciones e interacciones entre sus miembros, etc. La naturaleza de la conducta del grupo está determinada por ese conjunto de fuerzas que se ejercen desde fuera y dentro de ese grupo.

Un conjunto o agregado de individuos se convierte en un grupo cuando:

  • Se adquiere una membresía o condición definida de miembro de grupo.
  • Desarrollo de una conciencia de grupo.
  • Comportamiento de una conciencia de grupo.
  • Cooperación: interdependencia en la satisfacción de las motivaciones y necesidades.
  • Interacción entre los compañeros del grupo.
  • Capacidad de actuar o reaccionar de un modo unitario.

¿A qué pertenece usted: a una simple colección de individuos o a un grupo de compañeros?

Lamentablemente, esa colección de individuos ante los ojos de la sociedad quizás exista nominalmente como grupo, tenga atribuidas funciones, pero por carecer de las cualidades psicológicas del grupo, de hecho, no sea, no funcione como grupo, sino como mero agregado mecánico de individuos.

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