El Desarrollo Industrial en España en el Siglo XIX

Enviado por Chuletator online y clasificado en Historia

Escrito el en español con un tamaño de 2,38 KB

El Desastre del 98 influyó negativamente en las primeras décadas del siglo XX, pero la repatriación de capitales permitió su recuperación.

La siderurgia fue el sector que en la segunda mitad del siglo XIX acompañó al textil en el desarrollo de la industria moderna. Se desarrolló a partir de 1830, debido al desarrollo de la industria textil, a la construcción del ferrocarril, a las obras de ingeniería, etc. Estuvo muy supeditada a las materias primas necesitadas para su desarrollo: hierro y carbón y a las dificultades para la aplicación de las innovaciones tecnológicas procedentes del exterior. Tuvo sus primeros ensayos en los altos hornos de Málaga, pero cayó en la ruina por la lejanía del carbón. Ello dio paso a la etapa asturiana, entre los años sesenta y ochenta, pero el carbón de esta zona no era de gran calidad. Desde los años 80 la siderurgia vizcaína tendrá la primacía nacional. Así, las fábricas se instalarían en la cuenca del Nervión, próximas a los yacimientos de hierro. La clave del éxito estuvo en el eje comercial Bilbao-Cardiff (Gales): Bilbao exportaba hierro (casi el 90% de lo producido salía hacia Europa, el 65% a Inglaterra) y compraba carbón galés, más caro, pero de más calidad y, por tanto, más rentable que el asturiano. Con la fusión de tres grandes empresas siderúrgicas nació en 1902 la sociedad “Altos Hornos de Vizcaya”, la firma más importante del sector.

A finales del siglo XIX adquiere un gran desarrollo la metalurgia vasca que se establece en Vizcaya junto a las minas de hierro. Las construcciones metálicas como puentes, edificios, mercados, se elaboraban en España, mientras que las mecánicas, como locomotoras, maquinaria industrial y naval, procedían del extranjero al no poder competir. Se precisó también una política proteccionista frente a la producción extranjera.

La industria química se desarrolló gracias al sector agrícola, a las papeleras, a la industria del jabón y a la industria textil. Sus productos, durante la mayor parte del siglo XIX, serán manufacturas protegidas. Sin embargo, esta actividad tiene una gran dependencia del exterior, ya que las patentes son extranjeras, y los capitales también.

Entradas relacionadas: