desarrollo

¿Qué causas pueden desencadenar los celos?

Como general, los celos se producen por alguna circunstancia que comporte una vivencia de pérdida de la afectividad y la atención recibida hasta aquel momento. Así pueden ser a causa del nacimiento de un hermano, una segunda pareja de uno de los cónyuges, la llegada de un abuelo a la vivienda familiar o una enfermedad importante de algún miembro de la familia.

¿Qué medidas preventivas se pueden tomar?

Es importante repartir bien el tiempo y no volcarse excesivamente en uno. El niño/a debe ir comprendiendo que no todas las personas necesitan los mismo cuidados y que la afectividad es limitada.

Algunas pautas a tener en cuenta siempre que sea posible pueden ser: Preparar la llegada del recién nacido explicándole que va a tener un hermanito, que los hermanos se lleven 2-3 años porque así podrá entender mejor lo que ocurre, no cambiar al mayor de habitación (en caso de que sea necesario) justo en el momento del nacimiento del hermano/a, que no coincida el nacimiento con el inicio de la escolaridad, no deben modificarse demasiado las rutinas del niño/a mientras su madre está en clínica, la primera vez que vaya a visitar a su hermano/a que no se encuentre en manos de la madre etc.

Orientaciones a los padres:

-No hacer comparaciones entre los hermanos.

-No realizar cambios significativos en su rutina. P.E hábitos de sueño, aliementación…

-No alejarlo de la madre llevándolo más tiempo con los abuelos, familiares o amigos.

-No encargarse cada progenitor de uno de los niños en exclusiva.

-Retirar la atención ante conductas celosas.

-Reforzar las conductas positivas.

-Reforzar los privilegios o ventajas que el niño/a puede hacer y su hermanito/a no.

-Hacerlo partícipe del cuidado del bebé.

Explica qué son las conductas regresivas en los niños y pon algún ejemplo.

A veces el comportamiento o la evolución natural del niño/a sufren modificaciones. Las conductas regresivas son un tipo de conductas que corresponden a etapas evolutivas anteriores ya superadas. Por ejemplo, el niño puede volver a pedir el chupete que había dejado de usar o volver a hacerse pipí encima a pesar de que ya controlaba sus esfínteres.