Desamortización del subsuelo
Enviado por Chuletator online y clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 10,7 KB
6.2. EL REINADO DE Isabel II (1833-1868): LAS DESAMORTIZACIONES DE MENDIZÁBAL Y Madoz. DE LA SOCIEDAD ESTAMENTAL A SOCIEDAD DE CLASES.
6.2.1 LAS DESAMORTIZACIONES DE MENDIZÁBAL Y Madoz
Definición: expropiación y venta de tierras vinculadas a la Iglesia, denominada “manos muertas”, y a los concejos. Dentro de estos concejos había dos tipos de territorios.
Tierras propias: cedidos por el ayuntamiento a particulares a cambio de una renta.
Tierras comunales: de aprovechamiento común por parte de los vecinos del concejo.
El proceso desamortizador lo llevaron a cabo los gobiernos progresistas durante el reinado de Isabel II.
Los motivos de la desamortización, expuestos por Mendizábal, fueron tres:
Reconocer el derecho a la propiedad libre y circulante, principio básico del liberalismo económico.
Aumentar el número de medianos propietarios y conseguir su apoyo al Estado Liberal.
Disminuir la deuda pública del Estado y hacer frente a los gastos ocasionados por la guerra contra los carlistas.
Fases del proceso desamortizador:
Desamortización de Mendizábal
Comienza en 1837, durante la Regencia de María Cristina. Afectó a los bienes del clero regular (Órdenes Religiosas). Se cerraron los conventos que no tenían un número mínimo de monjes y se nacionalizaron sus propiedades. Los bienes desamortizados se dividieron en lotes y se vendieron en pública subasta, aceptándose el pago en metálico o con títulos de deuda pública.Desamortización de Madoz: comienza en 1855, durante el Bienio Progresista. Afectó a las propiedades que aún quedaban en manos de la Iglesia y todos los bienes de propios y comunales de los concejos. La recaudación fue muy superior a la de Mendizábal.
Consecuencias de los procesos desamortizadores:
Disminución de la deuda del Estado.
La mayoría de las tierras pasaron a manos de la oligarquía dirigente, ya que eran los únicos que dispónían de medios económicos para comprarlas, consolidándose los latifundios.
El campesinado resultó gravemente perjudicado, pues perdíó el derecho a los usos comunales y el usufructo permanente de tierras de cultivo.
La agricultura siguió siendo tradicional, sin innovaciones técnicas significativas; la desamortización no estimuló el desarrollo industrial ni la modernización de España.
Hubo un leve crecimiento de la producción agraria debido al aumento de las superficies cultivables.
Pérdida de parte del patrimonio artístico de los conventos desamortizados.
En general, primó más el afán fiscal y recaudatorio que la implantación real de una reforma del régimen de propiedad agraria.