La desamortización eclesiástica de Mendizábal

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COMENTARIO 4: REAL DECRETO DE DESAMORTIZACIÓN. 1836 CLASIFICACIÓN Y TIPOLOGÍA El real Decreto de desamortización de 1836 es una fuente histórica directa primaria, en cuanto a la naturaleza del texto, es histórico, jurídico de tipo económico y social y objetivo. Como bien esta escrito, el texto fue publicado el 21 de Febrero de 1836 en Madrid; se desarrolla el reinado de Isabel II, más concretamente durante su minoría de edad periodo en el cual reina su madre, María Cristina de Borbón como regente; en este momento, tras el pronunciamiento de los sargentos de la Granja, los liberales progresistas se encuentran en el poder y han impuesto la Constitución de 1812. El autor del texto es Juan Álvarez de Mendizábal, quien es un liberal progresista que formo parte de los liberales exaltados durante el trienio liberal y huyo durante la década ominosa. Fue presidente del gobierno y ministro de Hacienda. Aunque el preámbulo del manifiesto está dirigido a María Cristina, es de carácter público ya que esta dirigido al pueblo español, especialmente a las élites económicas (nobleza y burguésía) debido a que eran las únicas clases sociales que podía comprar los bienes desamortizados. La finalidad de la desamoritzación era, principalmente, disminuir la deuda pública. CONTEXTO HISTÓRICO La desamortización de 1836 ocurre durante la minoría de edad de Isabel II, al poder se encuentra María Cristina, que fue nombrada regente. Ni esta ni sus colaboradores eran liberales pero tuvieron que acercarse a este bando debido a que la Guerra Civil, conocida también como guerra Carlista, ponía en peligro el trono de su hija, inicialmente colaboró con los liberales moderados pero más tarde tuvo que hacerlo con los progresistas. 

Tras dos gobiernos moderados, pasó al mando un gobierno progresista liderado por Mendizábal. En ese momento había una gran crisis económica causada por la guerra contra los carlistas, ante esta situación Mendizábal tomó medidas desamortizadoras con el fin de solucionar el problema económico. La nobleza y el clero no eran partidarios de este proceso y presionaron a la reina regente, quien destituyó a Mendizábal. Sin embargo, debido al levantamiento de los sargentos de la Granja, revueltas y pronunciamientos en los que exigían un régimen liberal, Mendizábal volvíó, esta vez como Ministro de Hacienda y continuó con el proceso de desamortización. 

Para establecer un régimen liberal, debían ganar la guerra carlista y para ello era necesario tener recursos económicos y obtener el apoyo social de la burguésía. Otro de los objetivos de Mendizábal era amortizar la deuda pública para sanear la Hacienda y ofrecer un mejor aspecto a la hora de pedir préstamos a instituciones extranjeras. Con el fin de conseguir todo lo citado anteriormente, Mendizábal comenzó la desamortización de 1836 que duró hasta 1844. El proceso fue frenado parcialmente en 1837, cuando los moderados ganan las elecciones. ANÁLISIS DEL TEXTO En el texto se comienza exponiendo algunos de los argumentos que la burguésía liberal usaba para llevar a cabo la desamortización, estos son los beneficios que supónía el proceso, que son los siguientes: Disminuir la deuda pública, se consigue un desarrollo de la agricultura, ya que las tierras que no eran cultivadas, llamadas “manos muertas” ahora, al tener nuevos propietarios, van a ser cultivadas, por lo que se consigue una mayor extensión de tierra y un aumento en la producción agrícola. Desarrollo en el comercio que favorece a la implantación de un sistema liberal capitalista, pues los bienes inmuebles de la Iglesia se convierte en propiedad plena y libre que pueden salir al mercado y ser compradas por propietarios, burgueses, etc. También se nombra la posibilidad de que algunos de los edificios no van a ser vendidos sino que van a pasar a ser del estado debido a su importancia artística e histórica. Al conjunto de tierras no cultivadas, propiedades de la Iglesia y edificios importantes los nombra como “bienes raíces”. A continuación se pasan a explicar los artículos. 

En el artículo 1 se establece que los bienes raíces del clero regular, formado por frailes y monjas (con menos de doce miembros) se ponen a la venta, pasan a ser propiedad del estado para luego ser tasadas y subastadas. Además de tierras, se subastaron casas, monasterios y conventos, incluyendo todos los enseres. Un año después se publicó otra ley en la que se ponía en venta también los bienes del clero secular, tras lo que se consiguió una desmantelamiento casi 

completo de las propiedades de la Iglesia. Esta medida conllevó a que la Iglesia dejara de ser un estamento privilegiado; aún así seguía teniendo una gran influencia en la mentalidad y educación de la época. 

Seguidamente, el artículo 2 explica que algunos edificios, citados expresamente por el gobierno, no se van a poner en venta, van a ser propiedad del servicio público y se van a conservar como patrimonio; sin embargo la desamortización dañó gravemente al patrimonio histórico ya que un gran número de monasterios fueron vendidos a propietarios que no supieron conservarlos. 

Las formas de pago se describen en los últimos dos artículos,los mas importantes, que hace de la desamortización un excelente negocio: Primero, en el artículo 13, se impone que se debe pagar un quinto del precio total antes de obtener la propiedad en cuestión. Y por último, en el artículo 14, se describen las dos formas posible de pago, una es con dinero, este tipo de compradores deberán pagar un 5% cada año, durante dieciséis años, del precio restante; la otra es en deuda pública, se ofrece la posibilidad de que los compradores paguen con títulos de deuda, estos tendrán que pagar un 10% cada año, durante ocho años, del precio restante. 

La posibilidad de pagar en deuda es beneficioso para el Estado, ya que así se reduce la deuda pública, esto hará que se sanee Hacienda y poder ofrecer un mejor aspecto de cara al extranjero, a la hora de pedir nuevos prestamos para afrontar los gastos de la guerra Carlista. 

Lo obtenido tras la venta de estos bienes se va a utilizar para afrontar los gastos de la guerra carlista y para amortizar la deuda pública, y así sanear la Hacienda. 

El funcionamiento del proceso era el siguiente: Primero los bienes pasaban a ser propiedad del Estado, se convertían en “bienes nacionales. Y luego el perito de la Hacienda los tasaba, tras esto salían a la venta mediante una subasta pública (la puja media se encuentra entre el 220% de su precio inicial) para su posterior venta. Habían distintos tamaños de lotes que supuestamente eran asequibles para aquellos grupos sociales de bajos ingresos, pero la realidad no fue así, los únicos que podían comprar esos lotes eran los propietarios e inversores burgueses que dispónían de capital suficiente y controlaban las subastas. 

Este proceso se podía haber realizado de otra manera para obtener un mayor rendimiento, e incluso repartir la tierra entre los campesinos y comenzar así una reforma agraria. Esto garantizaría los pagos, satisfaría a los campesinos y crearía una masa adicta a Isabe II que defendiera a Mendizábal; sin embargo la realidad era otra, ya que al ministro no le interesaba repartir las tierras o realizar una reforma agraria, sus intereses se centraron en beneficiar a la élite financiera y comercial, a la que él pertenecía, y consolidar su prosperidad económica con la compra de los bienes inmuebles. CONCLUSIÓN La desamortización supuso un hecho fundamenta en la revolución burguesa, pues significó un cambio en el sistema de propiedad. Las desamortizaciones en España se produjeron de manera discontinua, primero se realizó la de Godoy en 1798, luego la de las cortes, entre 1811 y 1813, más tarde la del trienio liberal de 1820 a 1823, después la de Mendizábal en 1836 y finalmente la de Madoz en 1855. 

Pese a las intenciones de Mendizábal, la desamortización no eliminó el problema de la deuda pública, aunque si ayudó a reducirlo. Este proceso tuvo consecuencias, como cambios sociales, la burgésía compradora se convirtió en terrateniente; un aumento de la producción agrícola, ya que se cultivaron tierras que anteriormente no se aprovechaban; también hubo efectos negativos, como la pérdida de bienes culturales como monasterios, obras arquitectónicas y bienes inmuebles, que fueron vendidos a propietarios de otros países.

El texto tiene un gran valor ya que tiene un carácter liberal cuyo objetivo es desvincular aquellas propiedades que se vinculaban a determinados grupos sociales durante el Antiguo régimen y venderlas. El número de propietarios aumentó pero al mismo tiempo también lo hizo la pobreza, sobre todo para los campesinos arrendatarios del clero. 

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