La Década Moderada (1844-1854) en el Reinado de Isabel II

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El sistema de partidos en el reinado de Isabel II:

Los cinco grandes partidos del reinado de Isabel II fueron: demócrata, progresista, Unión Liberal, moderado y carlista. Los partidos políticos se trataban de agrupaciones de personas influyentes y poderosas con un fuerte componente individualista, lo que les lleva a la división interna y al enfrentamiento entre líderes.

Las características de este sistema fueron:

  • Una práctica electoral sometida a la corrupción y el arreglo.
  • Gran influencia de los líderes.
  • El retraimiento a participar en elecciones.
  • Uso de elementos simbólicos de raíz histórica.
Estos partidos apenas tenían contacto con la realidad social a la que ignoraban, la escasa participación en las elecciones hacía del pueblo, analfabeto y pobre, mero espectador de la vida política. Como consecuencias estuvo el sistema electoral en el que solo participaban los mayores contribuyentes. La maquinaria estuvo al servicio del gobierno que daban mucho poder a los caciques, estos negociaban los resultados a cambio de favores mediante la creación de una red de clientes.

La mayoría de edad de Isabel II:

Entre 184 y 1844 se desmanteló el influjo de Espartero en la sociedad y la administración. Para evitar el regreso de María Cristina, el presidente López y el general Prim propusieron adelantar la mayoría de edad de Isabel II. Con la aprobación de Narváez el gobierno aceptó y a finales de ese año Isabel juraba como reina constitucional. Nombró jefe del gobierno a Olozaga, quien profundizó en las reformas, fue acusado falsamente por los moderados de forzar a la reina para que firmase la disolución de las cortes. Narváez nombró a González Bravo presidente del gobierno, reprimió con dureza los levantamientos progresistas, aumentó el número de policías y creó la guardia civil. Con el regreso de María Cristina a mediados de 1844, cesó este gobierno y Narváez tomó las riendas del poder un mes en ese mismo año.

Los gobiernos del general Narváez y sus conflictos:

La década moderada es la etapa de predominio de este partido entre 1844 y 1854. Narváez presidió hasta 1850, y lo relevó González Bravo. Durante la década los problemas en el seno del partido moderado fueron frecuentes, Narváez modeló un Estado centralizado y uniforme a través de una legislación:
  • Se suspendió la venta de bienes desamortizados y se devolvieron a sus propietarios los bienes sin vender.
  • El plan Pidal (1845), estableció el modelo educativo en España con tres niveles: primaria, secundaria y universidad.
  • La nueva constitución (1845), era de corte moderado, cuya discusión mostró las divisiones internas del moderantismo, estaba basada en el liberalismo más conservador, estableció la soberanía compartida, la unidad católica de España, el sufragio censitario y la supresión de la Milicia Nacional, El senado pasó a ser por designación real.
  • Las leyes de administración local y provincial (1845), los ayuntamientos pasaron a ser elegidos solo por los mayores contribuyentes, y la corona podía designar a los alcaldes. El gobierno era quien controlaba el poder local y las elecciones, cuya vigencia fue hasta 1870.
  • La nueva Ley de Hacienda (1845), simplificó el sistema tributario e intentó arreglar la deuda con la reducción de intereses.
  • Creación de la comisión nacional de codificación, surgieron a los largo del siglo XIX los códigos de la nueva administración del Estado.
Con estos cambios se dio lugar a la nueva administración y al aumento de la cantidad de funcionarios. Narváez tuvo que enfrentarse además de a los progresistas y demócratas, también se enfrentó a rebeliones militares, motines urbanos, una segunda guerra carlista y a las camarillas de la reina y las de sus compañeros de partido.
En su partido había tres tendencias: Una de centro, otra más conservadora y autoritaria y una más progresista con base social en las clases medias.
Tras el breve gobierno de Pacheco, Narváez volvió a gobernar con más poder, creó los gobernadores civiles y perfeccionó el sistema de corrupción electoral, pero durante su gobierno tuvo que enfrentarse al contagio de la revolución parisina. Comenzó con un pronunciamiento en Madrid y se extendió a otras ciudades, pero fracasó. Dichos acontecimientos coincidieron con el final de la segunda guerra carlista (1846-1849), que acentuó el autoritarismo en el gobierno de Narváez, convertido de hecho en dictador con el voto de confianza del Congreso. La razón de esta rebelión carlista estuvo en la oposición al posible matrimonio entre Isabel II y don Carlos Luis.

Bravo Murillo y el moderantismo tecnocrático:

Desde comienzos de 1851 hasta finales del año siguiente Juan Bravo Murillo presidió el gobierno y fue ministro de Hacienda, el principal objetivo que tenía era sanear la deuda pública y además modernizar la administración. Durante este gobierno se firmó el Concordato de 1851 con la Santa Sede, por lo que se restablecieron las relaciones entre ambos Estados. El fracaso de un intento de reforma constitucional y la desconfianza de la reina hizo que Bravo Murillo presentase la dimisión a finales de 185. Hasta mediados de 1854 hubo tres gobiernos que fueron incapaces de frenar el desgaste de los moderados lo que hizo que se reforzaran los progresistas.
Respecto a los casos de corrupción y la existencia de una corriente iberista partidaria de unir las coronas de España y Portugal alimentaron la desconfianza en el sistema, en ese clima político se fraguó la sublevación de 1854, que dio paso al bienio progresista.

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