Cuales son las consecuencias de la primera república
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6.2. EL REINADO DE Isabel II (1833-1868): LAS DESAMORTIZACIONES DE
MENDIZÁBAL Y Madoz.
La reforma agraria liberal:
La desamortización eclesiástica.
Hasta 1833, la agricultura continuaba siendo la base de la economía. Los mayores obstáculos al desarrollo y a la modernización de la agricultura eran el exceso de tierras de manos muertas, la carencia de libertades económicas y la desigual distribución de la propiedad de la tierra.
Después de desmontar el régimen absolutista, los liberales impulsaron diversas iniciativas con el propósito de reformar la agricultura: la eliminación de los mayorazgos, la abolición de la Mesta , la introducción de la libertad de producción y comercio , la supresión de los derechos señoriales y la desamortización eclesiástica.
Mendizábal pretendía alcanzar tres objetivos con la desamortización eclesiástica
- El objetivo prioritario era de carácter financiero: conseguir ingresos extraordinarios para pagar las deudas contraídas por el Estado con los bancos extranjeros y con los ciudadanos españoles que habían adquirido títulos de la deuda pública. Con el dinero recaudado se pretendían resolver los problemas hacendísticos, y además se obténían nuevos fondos para costear la guerra contra los carlistas.
- El objetivo político de la desamortización consistía en ampliar el número de simpatizantes del liberalismo, ya que los compradores de bienes eclesiásticos desamortizados perderían las tierras adquiridas en caso de una victoria del bando carlista, porque los ultracatólicos partidarios de Don Carlos habían anunciado su disposición de devolver las propiedades al clero.
- La creación de una clase media agraria de campesinos propietarios era el objetivo social sin embargo, esta desamortización sólo sirvió para aliviar parcialmente el abultado déficit público estatal. Además, los liberales vieron como aumentaban sus enemigos entre los españoles más católicos, para quienes la desamortización era un robo y un ataque contra sus convicciones religiosas y contra la Iglesia.
Entre los compradores de tierras desamortizadas destacaron los latifundistas y los ricos hombres de negocios residentes en Madrid y Barcelona , pero también hubo muchos pequeños agricultores y modestos campesinos. Tampoco faltaron los fraudes en las operaciones de compraventa, y los decretos de Mendizábal que ordenaban la subdivisión de las grandes fincas en pequeñas parcelas –para facilitar su adquisición a un mayor número de compradores en las subastasfueron burlados con frecuencia.
Sin duda, el desmantelamiento de los fundamentos materiales del poder económico de la Iglesia y el aumento del distanciamiento entre el clero y el nuevo régimen liberal fueron dos de las principales consecuencias de la desamortización. El clero católico -que también había perdido el diezmo en base a una ley aprobada en 1837-fue despojado de casi todas sus propiedades, tierras, edificios y fincas urbanas.
A esta primera gran desamortización que afectó a los bienes del clero regular siguió, durante la regencia de Espartero, otra de menor intensidad que expropió y vendíó muchas de las propiedades del clero secular y años después, durante el Bienio Progresista una tercera de diferentes carácterísticas: la de Pascual Madoz.
La Ley de Desamortización propuesta por Madoz completaba la obra de Mendizábal.
Con esta ley se pretendía concluir la venta de bienes del clero, interrumpida por los moderados, compensando a la Iglesia con títulos de la deuda, y autorizar la enajenación de los bienes de propios y baldíos de los ayuntamientos. La venta de estos bienes se destinaría a amortizar la deuda del Estado y a financiar las obras públicas. El proyecto aparecía, pues, ligado a la desastrosa situación financiera.
La reforma agraria liberal:
La desamortización eclesiástica.
Hasta 1833, la agricultura continuaba siendo la base de la economía. Los mayores obstáculos al desarrollo y a la modernización de la agricultura eran el exceso de tierras de manos muertas, la carencia de libertades económicas y la desigual distribución de la propiedad de la tierra.
Después de desmontar el régimen absolutista, los liberales impulsaron diversas iniciativas con el propósito de reformar la agricultura: la eliminación de los mayorazgos, la abolición de la Mesta , la introducción de la libertad de producción y comercio , la supresión de los derechos señoriales y la desamortización eclesiástica.
Mendizábal pretendía alcanzar tres objetivos con la desamortización eclesiástica
- El objetivo prioritario era de carácter financiero: conseguir ingresos extraordinarios para pagar las deudas contraídas por el Estado con los bancos extranjeros y con los ciudadanos españoles que habían adquirido títulos de la deuda pública. Con el dinero recaudado se pretendían resolver los problemas hacendísticos, y además se obténían nuevos fondos para costear la guerra contra los carlistas.
- El objetivo político de la desamortización consistía en ampliar el número de simpatizantes del liberalismo, ya que los compradores de bienes eclesiásticos desamortizados perderían las tierras adquiridas en caso de una victoria del bando carlista, porque los ultracatólicos partidarios de Don Carlos habían anunciado su disposición de devolver las propiedades al clero.
- La creación de una clase media agraria de campesinos propietarios era el objetivo social sin embargo, esta desamortización sólo sirvió para aliviar parcialmente el abultado déficit público estatal. Además, los liberales vieron como aumentaban sus enemigos entre los españoles más católicos, para quienes la desamortización era un robo y un ataque contra sus convicciones religiosas y contra la Iglesia.
Entre los compradores de tierras desamortizadas destacaron los latifundistas y los ricos hombres de negocios residentes en Madrid y Barcelona , pero también hubo muchos pequeños agricultores y modestos campesinos. Tampoco faltaron los fraudes en las operaciones de compraventa, y los decretos de Mendizábal que ordenaban la subdivisión de las grandes fincas en pequeñas parcelas –para facilitar su adquisición a un mayor número de compradores en las subastasfueron burlados con frecuencia.
Sin duda, el desmantelamiento de los fundamentos materiales del poder económico de la Iglesia y el aumento del distanciamiento entre el clero y el nuevo régimen liberal fueron dos de las principales consecuencias de la desamortización. El clero católico -que también había perdido el diezmo en base a una ley aprobada en 1837-fue despojado de casi todas sus propiedades, tierras, edificios y fincas urbanas.
A esta primera gran desamortización que afectó a los bienes del clero regular siguió, durante la regencia de Espartero, otra de menor intensidad que expropió y vendíó muchas de las propiedades del clero secular y años después, durante el Bienio Progresista una tercera de diferentes carácterísticas: la de Pascual Madoz.
La Ley de Desamortización propuesta por Madoz completaba la obra de Mendizábal.
Con esta ley se pretendía concluir la venta de bienes del clero, interrumpida por los moderados, compensando a la Iglesia con títulos de la deuda, y autorizar la enajenación de los bienes de propios y baldíos de los ayuntamientos. La venta de estos bienes se destinaría a amortizar la deuda del Estado y a financiar las obras públicas. El proyecto aparecía, pues, ligado a la desastrosa situación financiera.