crónica

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- Personajes activos

A) Con principios éticos

Asel es uno de los personajes más complejos del teatro de Buero. Al igual que Tulio ha superado, como hombre de acción, los límites de los “activos” y, como los “contemplativos”, es capaz de soñar con un mundo mejor e intentar transmitir sus deseos a los demás.

Coincide con “los activos” en:

• Su Realismo. En lugar de evadirse de las realidades desagradables (como Tomás) él las analiza para buscar soluciones. Por ejemplo, estudia la estructura de la cárcel para localizar el lugar propicio para excavar un túnel.

• Sus dotes de persuasión y manipulación que lo han convertido en el líder del grupo. Asel es quien impulsa la acción dramática: es él el que ha ideado la terapia para que Tomás vuelva a la realidad, y es él quien ha preparado el proyecto de fuga.

• La lucha por alcanzar la meta: la libertad. No sólo ha diseñado el plan de fuga y conseguido colaboradores, sino que, en el momento de la máxima tensión dramática, Asel decide suicidarse para no hablar y hacer posible aún la fuga de sus compañeros Tomás y Lino.

• La falta de escrúpulos para conseguir esa meta. Asel defiende el recurso a la mentira en dos circunstancias. Primero, para no causar más sufrimiento al protagonista, actúa y hace actuar a sus compañeros conforme a las fantasías de Tomás. En segundo lugar, miente a los guardianes para sobrevivir y sacar adelante su plan: quiere que los trasladen a las celdas de castigo para intentar la fuga.

Al igual que los “contemplativos”:

• Se rige por unos principios éticos basados en la comprensión, la generosidad y el rechazo de la violencia. Vemos cómo los pone en práctica con Tomás. Aunque este sea el culpable de que estén todos en la cárcel, no sólo no toma represalias contra él, sino que lo ayuda a recuperarse. Ahora bien, Asel confiesa en la segunda parte que él no es un héroe, ya que también ha delatado a sus compañeros en el pasado y eso costó, al menos, una vida.

• Sueña con un mundo mejor. La actitud final de Asel, al igual que la de Tulio, parecen contagiadas por la fantasía de Tomás, como si de un proceso de “quijotización” se tratase. Asel afirma dos veces que el paisaje que veía Tomás es verdadero. El propósito de esto es sugerirnos que debemos soñar por ese mundo idílico, que debemos luchar por esa aspiración a algo absoluto e imposible, tal como han hecho siempre los “contemplativos” en las obras de Buero.

TULIO es, en un principio, colérico, caracterizado por su intransigencia. Se nos presenta con una primera impresión engañosa, ya que al principio se muestra reacio a seguirle la corriente a Tomás, pero acaba siendo el que en mayor grado se identifica con él al final de la historia, por lo que, dada su humanidad, su ejecución resulta más dolorosa. Antes de que Tomás haya asumido la verdad definitivamente se lo llevan para ejecutarlo, justo en el momento en que fantaseaba con un futuro mejor.

b) Activos sin escrúpulos :Max tiene un carácter tranquilo y bromista al principio y defiende a Tomás; pero cuando descubren que hay un delator entre ellos y sospechan todos de Tomás, Max empieza a atacarlo. Al final sabemos que es Max quien traiciona a sus compañeros por un poco de comida y algunas comodidades. Esta traición no queda disculpada en la obra, puesto que es un “vulgar confidente”, en palabras de Asel. No ha sido un momento de debilidad, como la de Tomás o la que en el pasado tuvo Asel, porque Max no ha sido torturado y vende a sus compañeros por poca cosa. Por eso paga su bajeza moral con la muerte a manos de Lino.

Lino es al principio el personaje que pasa más desapercibido, por ser un hombre taciturno y aparentemente pasivo. Pero esta actitud cambia completamente cuando informa al resto de la traición de Max y decide asesinarlo. Tomás no lo aprueba, por ser algo cruel e innecesario (aunque llega a aceptarlo , desde el “posibilismo “de la obra. V/temas), y al final de la obra Lino reconoce su error.

Un personaje especial es el de Berta, fruto exclusivo de la alucinación de Tomás, que solo existe en su imaginación (a pesar de ser percibida por el público como un ser tan “real” como Tomás, por lo que es uno de los elementos clave para la “inmersión” del espectador). El verdadero sentido de los diálogos de Tomás y Berta no puede ser entendido por el público hasta el final de la obra. En realidad Berta es un desdoblamiento de la personalidad de Tomás, es un reflejo de su subconsciente, que presenta los primeros atisbos de acercamiento a la realidad. Así Berta dice, por ejemplo, que “aborrece la fundación”, y dice del ratón, al que llama “Tomás” y define como su “novio”, que intentará salvarlo. Este es un símbolo fácilmente explicable: el ratón no es sino Tomás, y su salvación supone su regreso a la realidad y la esperanza de eludir la pena que le espera.


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