Crisis de 1917 en España: Triple Crisis de la Restauración

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Obrero Este fragmento de texto es una fuente primaria procedente de un manifiesto realizado por la UGT y CNT con motivo de la huelga general de 1917. Los firmantes de este escrito: Francisco Largo Caballero, Julián Besteiro, Daniel Anguiano y Andrés Saborit, eran destacados líderes socialistas, tanto de la UGT como del PSOE. Todos ellos formaban parte del Comité Directivo de la Huelga. El texto es de carácter narrativo y tiene un destinatario público, concretamente en su encabezamiento expresa que este manifiesto va dirigido tanto a los obreros, como a toda la opinión pública española, ya que se busca el apoyo de ambos las demandas que contiene en este escrito. El texto se estructura en tres párrafos, en el primero se alude a la oposición al sistema de la Restauración que existe en el país tanto a nivel político como militar y social. En el segundo habla de la huelga de ferroviarios de 1917 que derivó en una huelga general y de las reclamaciones que se piden para poner fin a esta situación. En el último párrafo se anima a los obreros a mantener la huelga. Así, la idea general del texto sería la crítica a los problemas que presenta España (económicos, sociales, políticos...) y la llamada a mantener la huelga si no se cede ante sus reclamaciones. Como ideas secundarias podemos añadir que esa necesidad de cambio se ha reclamado desde varios “importantes organismos nacionales, desde la enérgica afirmación de la existencia de las Juntas de Defensa del Arma de Infantería,hasta la Asamblea de Parlamentarios celebrada en Barcelona”. Además, se pide la formación de un Gobierno Provisional que se encargue de realizar unas elecciones limpias, libre de manipulaciones electorales aludiendo así al fenómeno del “pucherazo”. •\• Este texto se enmarca en 1917 momento en el que se da la llamada “Triple Crisis” de la Restauración. Tras el fracaso de Maura y Canalejas en su intento de realizar ciertas reformas en el sistema, se inició una etapa de inestabilidad e incertidumbres. Los gobiernos de estos años parecían desbordados por los problemas y tuvieron una duración media de unos 9 meses. La crisis de 1917 coincide en el tiempo con la Primera Guerra Mundial en la cual España se declaró país neutral. Los beneficios económicos generados por los negocios durante los años de la guerra fueron muy desigualmente distribuidos desde el punto de vista social. Mientras la burguesía y los empresarios se enriquecían rápidamente, las clases populares y el proletariado resultaron perjudicados por la escasez y el incremento de precios. Mientras que el coste de la vida aumentaba, los salarios de los obreros no crecieron al mismo ritmo. Atodo ello se le suma las noticias que llegan a España relacionadas con la Revolución Rusa de 1917 que alientan a las clases populares. •\• Además, se produjo la convergencia de tres problemas diferentes, pero cronológicamente coincidentes: la crisis militar, la crisis política y la crisis social.

Crisis Militar

La crisis militar tiene su origen en la precaria situación económica del Ejército y la política de ascensos. Existía un enfrentamiento entre los militares “africanistas”, partidarios de los ascensos por méritos de guerra, y los “peninsulares”, defensores de los ascensos por antigüedad. La situación llevó a la creación en 1916 de las Juntas Militares de Defensa, una especie de sindicato militar, que reclamaban el aumento salarial y se oponían a los ascensos por méritos de guerra. El gabinete del conservador Eduardo Dato aprobó de la Ley del Ejército, que trajo la subida de los sueldos y la regulación de los ascensos. Lograda la petición, el Ejército volvió a convertirse en pilar fundamental de la monarquía y del gobierno. •\• En cuanto a la crisis política, esta tiene su origen en 1916 cuando los progresistas, ante las quejas del resto de grupos políticos, decidieron cerrar las Cortes. En 1917, los conservadores, presididos por Eduardo Dato llegan al poder y varios grupos de diputados de la oposición reclamaron la apertura de las Cortes. El gobierno se negó y declaró el estado de excepción y la censura en la prensa. Como protesta, se organizó en Barcelona una Asamblea de Parlamentarios catalanes que exigió la formación de un Gobierno provisional, concesión del régimen autonómico para Cataluña, una nueva Constitución que sustituyera a la de 1876 y la reforma del sistema político. La Asamblea atrajo solamente a 71 diputados y fue disuelta por la Guardia Civil. El movimiento parlamentario no tuvo continuidad y desapareció sin haber conseguido la reforma constitucional. •\• En cuanto a la crisis social, en marzo de 1917, UGT y CNT acordaron firmar un manifiesto en el que se instaba al Gobierno a intervenir para contener los precios. El gobierno de Dato se negó y se convocó una huelga general pacífica, extendida por todo el país y que se prolongaría lo que fuera necesario. El inicio se dio en Valencia cuando una huelga de ferroviarios y tranvías acabó en despidos por parte de la Compañía del Norte sin posibilidad de readmisión. A partir de ese momento empezaron las respuestas en cadena: huelgas en las principales poblaciones industriales; fuerte represión por parte del Ejército; muertos y heridos en Madrid, Barcelona, País Vasco y Asturias. Pese a la durísima actitud del Ejército, la huelga tardó en ser dominada; y dejó más de 70 muertos y aproximadamente 2000 detenidos. El factor esencial para el fracaso de la huelga fue el Ejército que actuó al lado del Gobierno para demostrar su fidelidad a la Monarquía frente a los políticos. La huelga contribuyó a debilitar al régimen y en los años siguientes el sistema político de la Restauración entró en su crisis definitiva. •\ • En conclusión, el texto pone de manifiesto los problemas del régimen de la Restauración. Tras las crisis de 1917 el régimen canovista seguía vivo, pero no había salido ileso. El sistema político se encontraba en proceso de descomposición interna por la división entre los viejos partidos, la reacción del rey inclinado a apoyar a los militares frente al poder civil por miedo a una radicalización social y, por último, porque el sistema era incapaz de renovarse y de integrar a las nuevas fuerzas sociales y políticas. En 1923 el régimen verá su fin con el golpe de Estado de Primo de Rivera y el establecimiento de una dictadura con predominancia de los militares.

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