Contexto social del Modernismo
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1. LUCES DE BOHEMIA EN EL CONTEXTO HISTÓRICO Y LITERARIO DE LA ÉPOCA
El final del Siglo XIX trajo consigo una crisis cultural, social, política y económica muy grave para España. Las diferentes ideologías, remarcadas debido a la mala situación del país, provocaron continuos problemas de convivencia. La decadencia nacional culmina con la pérdida de las últimas colonias, Filipinas y Cuba en 1898.
El Siglo XX comenzó con el reinado de Alfonso XIII; y durante este periodo se produjo un palpable desarrollo industrial, en la que la clase proletaria se consolida, ocasiónándose enfrentamientos sociales y continuas crisis ministeriales.
En 1923, Primo de Rivera se hace con el poder, instaurando una dictadura que concentra el poder e intenta resolver la “depresión” española. Logró ciertos logros, sin embargo, el régimen acabó fracasando.
La miseria, aún generalizada, además de la organización política obrera (uníón de las izquierdas), culminaron en la instauración de la II República en 1931. Esta comenzó con buenas intenciones, pero se vio superada por los problemas endémicos del país. Los enfrentamientos sociales y las luchas ideológicas se agravaron: huelgas, disturbios y revoluciones, además, la tendencia laicista de la sociedad se hace cada vez más patente.
En 1936, Franco se subleva contra la república, iniciando la Guerra Civil.
En torno a 1910, dos movimientos alcanzan su máximo desarrollo: el Modernismo y la Gen. Del 98. Ambos surgen en el mismo periodo histórico y revelan la insatisfacción, el pesimismo del autor ante la realidad del mundo mediante la preocupación por el lenguaje en obras intimistas y melancólicas; pero con talantes muy diferenciados.
El Modernismo surge en Latinoamérica y se extiende a España (s.XX). Busca la belleza, huyendo de la realidad (evocando lugares y épocas lejanas). Utiliza la retórica, un lenguaje en verso, sonoro y recargado, muy estético. La Gen. Del 98’, en cambio, nace en España de la mano de autores como Machado o Unamuno. Busca respuestas a los problemas de España (la “verdad”), rechaza el retoricismo y se acerca a lo popular, decantándose por la narrativa.
Pese a esto, la separación no es tan clara (a Machado o a Valle-Inclán se les puede incluir en varias tendencias según sus obras).
El jóven Valle-Inclán de finales del XIX cultiva el Modernismo (“Sonatas”), pero los acontecimientos histórico-políticos marcan su trayectoria ideológica, pasando a defender a las clases más desposeídas durante los años 20. Valle-Inclán vivíó una de las épocas más conflictivas de la historia de España, adoptando una postura formal, absorbiendo las críticas y preocupaciones de la Gen. 98’, barajándolas en su estilo propio e inimitable.