El Consumismo en la Adolescencia

El Consumismo en la Adolescencia (Bauman, Z.)

1. ¿Cómo ha cambiado la forma de considerar los objetos de deseo?

Los adolescentes de la década de 1970 se sentían atraídos por objetos de deseo mucho más caros y menos accesibles que las versiones actuales. Tales objetos de deseo se consideraban lujos, y su posesión se veía como un golpe de suerte, no como derecho o deber. Ahora que los objetos deseados son más baratos, y pasan a estar al alcance de cualquier bolsillo, su adquisición tiende a ser una parte rutinaria de la vida de cualquier persona normal y corriente y ya no un acontecimiento extraordinario.

2. ¿Qué efecto ha tenido este cambio?

Este efecto inesperado es que el vínculo emocional con el objeto adquirido brilla casi por su ausencia: lo que verdaderamente cuenta es el momento de la adquisición. La moda de los objetos pasa tan rápido como llega, casi nada destaca como una pertenencia querida para el corazón, y si algo alcanza ese estatus, pronto lo pierde. Es el estilo lo que debe mantenerse vivo, y ese estilo requiere que se sucedan los accesorios a un ritmo cada vez más vertiginoso.

3. Además de los mensajes publicitarios ubicuos, insistentes e insidiosos, ¿qué otro tipo de presión experimentan en mayor medida los adolescentes?

Los mensajes comerciales son ubicuos, insistentes e insidiosos, aunque su poder más formidable proviene de que la mayoría de sus destinatarios intentan seguir sus órdenes e instrucciones. De este modo, no es solo la presión de los anuncios, sino también la presión del entorno social, de los estándares que los adolescentes luchan por alcanzar y esperan que alcancen los demás miembros del grupo, la que uno debe acostumbrarse a desoír, y superar estas presiones sociales requiere grandes dosis de valentía.

4. Según Bauman, además de la propi Siobhan Healey, la joven de la tarjeta de crédito, quien más es responsable de un elevado endeudamiento?

Otro factor que afectó al endeudamiento de la deuda de Siobhan, fue el seguir el ejemplo de sus amigos, pidiendo prestado más dinero para poder financiar un viaje transoceánico, aumentando de esta forma su deuda, de forma que se dio cuenta de que tenía escasas posibilidades de salir sola de esta situación y al final tuvo que cambiar su mentalidad y aprender a ahorrar para comprar. De esta forma, contrató a un asesor financiero y visitó a un administrador del contrato de deuda para que la ayudaran a desendeudarse, aunque lo más probable es que Siobhan tenga que afrontar una dura etapa de penurias.

5. ¿Por qué en la transición de la infancia a la edad adulta las personas somos más vulnerables?

En el momento en que las personas son más vulnerables, es la transición de la infancia a la edad adulta, cuando todavía perduran las costumbres infantiles. El niño está acostumbrado a que las cosas lleguen como regalos, y el dinero que recibe no es para que lo devuelva con intereses, sino que es un gesto de amor. Los padres concederán o denegarán al hijo otro regalo en función de la urgencia de las necesidades no según la capacidad de devolución que éstos tengan. Sin embargo, tarde o temprano, de manera inevitable, llega un momento en que los jóvenes, que ya no son niños pero tampoco adultos, quieren tomar decisiones y escoger sus propias prioridades, y para las entidades crediticias, éste es un momento maravilloso para atacar y dan en el blanco. El lugar que ocupaban los pares queda vacante para los prestamistas, y en una multitud cada individuo tiende, inconscientemente, a comportarse como todos los demás en lugar de asumir la pesadez y los riesgos de pensar por sí mismo.

6. ¿Qué supone el consumismo para los seres humanos?

El consumo es una necesidad. En cambio, el consumismo es un producto social de la evolución biológica. El consumismo es más que mero consumo, persigue muchos fines. Es un fenómeno multiusos y multifuncional, la transformación de los seres humanos en consumidores y la degradación de todos los demás aspectos a un rango secundario. Es también el reciclaje de la necesidad biológica para transformarla en capital comercial, y a veces también en capital político.