La construcción cultural de género según Simone de Beauvoir

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Factor cultural 1:

Según Simone de Beauvoir los varones no nacen siendo valientes, decididos, duros y fríos emocionalmente. Ni las mujeres nacen siendo cobardes, indecisas, sensibles, flojas y sentimentales. Se les educa para que sean así, y como todo el entorno les transmite el mismo mensaje y espera de ellas iguales conductas, llegan a la edad adulta moldeadas como seres femeninos. Lo que sea varón y lo que es una mujer es un producto cultural que se fabrica desde el nacimiento hasta la edad adulta, es decir, la noción de género como una construcción cultural.

El género se relaciona con los diferentes roles o papeles que la sociedad reserva a hombres y mujeres que implican distintos modos de comportarse y distintas actitudes. Digamos que el sexo hace referencia a las diferencias que establecen la naturaleza entre machos y hembras de una especie, mientras que el género hace referencia a diferencias establecidas por la cultura y la sociedad. Una de estas diferencias es la que se establece en la educación. La educación que reciben niños y niñas es diferente, desde la infancia hasta la edad adulta se educan a las mujeres en la subordinación, y cuando ya son mayores y tienen bien aprendido el papel, se espera que lo continúen transmitiendo a sus hijas y nietas.

Factor cultural 2:

A los niños y a las niñas se les educa de formas distintas. A las niñas se les colma de caricias, arrumacos y se les da una muñeca para que la cuiden como la madre hace con ellas. Mientras a los niños se les comenta desde el principio la independencia y la represión de los sentimientos como “los niños no lloran”, “los niños no se miran a los espejos”... Para las niñas, la feminidad es un aprendizaje, como lo es para los niños la virilidad. Pero, para ellas, desde el punto de partida hay un conflicto entre su existencia autónoma y su “ser otra”. Se les enseña que para gustar han de hacerse objeto, y por tanto, tienen que renunciar a su libertad; se les encierra en un círculo vicioso de que cuanto menos ejerzan la libertad para comprender, captar y descubrir el mundo que les rodea, menos el curso se encontrarán en él y menos se atreverán a afirmarse como sujetos. Todos les estimulan la vocación de madre y las rodean de muñecas para facilitar el adoctrinamiento. Y como las muñecas son cosas de niñas a la niña le parece que los niños son cosas de mujeres. La educación sexual también es diferente, como diferente es la vivencia de la sexualidad, no solamente por razones biológicas, sino por razones sociales y psicológicas que la confinan a un papel pasivo y repetitivo, coartan su iniciativa y la expansión de su afectividad.

Factor cultural 3:

Beauvoir señala que, desde el punto de vista de la filosofía existencialista, en el grupo conyugal es el varón quién ejerce la transcendencia; a la mujer se le asigna la inmanencia. En cuanto a la maternidad, la desmitifica como institución desmontando mitos, no es cierto que la maternidad baste para colmar a una mujer; no es cierto que para la mujer poder engendrar hijos sea un privilegio, ni tampoco asegura la felicidad. En nuestra sociedad patriarcal los mitos sobre la maternidad tienen el fin de hacer creer a las mujeres que en el papel de madres alcanzarán su plenitud como mujer, estos mitos según Beauvoir son una trampa.

Dialéctica 1:

La explicación que nos hace Beauvoir sobre la relación de dependencia recíproca, desigual y jerárquica entre hombres y mujeres, la compara con los amos y sus esclavos, ya que aquí existe una relación dinámica en la que los dos elementos entran en juego y que los dos se necesitan mutuamente. En primer lugar, Simone nos describe la falta de simetría entre hombres y mujeres que crea esta desigualdad, comenzando con una constatación de la desigualdad enraizada en todas las sociedades conocidas. Esta desigualdad, se manifiesta incluso en el hecho de que para las mujeres, parece necesario presentarse como mujeres antes que mediante cualquier otra característica, ya que a las mujeres se las considera como algo específico, como si tuviera que actuar siguiendo unos parámetros. En cambio la perspectiva del varón se considera como la perspectiva del ser humano en general, objetiva, neutra, que no requiere justificación. Esta diferente consideración entre hombres y mujeres que hace Beauvoir afirma que hombres y mujeres no constituyen dos categorías humanas simétricamente definibles, pero tampoco son polos opuestos, sin embargo, la relación que hay entre los dos es que la mujer ha sido concebida como la Otra, la Alteridad, por el varón, el cual se considera al mismo tiempo como 'el Mismo' frente a 'la Otra' que es la mujer. Esta categoría de 'la Otra' que utiliza Simone, para referirse a la mujer, es de origen hegeliano, y la utiliza para poder constituir dos posiciones de poder desiguales, referidas al hombre y a la mujer, el hombre definido como la humanidad, y la mujer como inferioridad con respecto a este.

Dialéctica 2:

Simone de Beauvoir, explica esta relación, con la explicación de que la mujer no se ha afirmado como sujeto, porque no se ha reconocido como uno mismo, ya que si hubiese hecho esto, ella no sería la otra, ya que todo individuo consciente de que el es uno mismo es 'el otro' para los demás. Para compara la situación que tiene la mujer y el hombre, Beauvoir realiza un paralelismo con la relación entre los amos y sus esclavos, en este caso, los hombre someten a otros seres humanos para que trabajen para ellos y estos, esclavizados por la fuerza, reconocen el poder del amo y le dan su trabajo a cambio de protección. El paralelismo que tiene la de el amo y el esclavo con el hombre y la mujer, es que el esclavo no puede afirmarse como sujeto ya que perdería los privilegios que tiene al vivir con su amo, eso mismo le pasa a la mujer, entre ella y el hombre a desaparecido la relación hombre.-mujer y la reversibilidad, por lo tanto la mujer no opera la inversión de afirmarse como sujeto, sino que aparece como una conciencia dependiente, esclava, en el seno de una totalidad en la que hombre y mujeres se necesitan recíprocamente. Por otra parte, Simone también hace una referencia a lo que es el prestigio que el varón ha obtenido por acciones que ha podido llevar a cabo y lo cual le posibilitó ejercer este poder sobre las mujeres, así pues como antes se ha mencionado, las mujeres reconocen a los hombres como sujetos y dependen de ellos, tal y como dice la dialéctica hegeliana del amo y el esclavo.

Dialéctica 3:

Esta relación que existe entre hombre y mujer, según Beauvoir es debida a una relación de vasallaje, puesto que las mujeres viven en desventaja con respecto al hombre, y esta alianza con el hombre les aporta muchas ventajas, con la única desventaja que sería perder el papel de Alteridad, la condición de ser la otra con respecto al hombre, y así es establecida, la mencionada relación de vasallaje. Esta relación, entre hombre y mujeres, es difícil abolirla, puesto que las mujeres viven dispersas entre los hombres, unidas a ellos, solo podría ser abolida si las mujeres se afirman como sujetos, modifican la relación que tienen con estos y así tener lugar el reconocimiento recíproco, pero como los hombres les proporcionan a las mujeres unas ventajas no solo materiales, sino además existenciales, hace que no todas las mujeres quieran llevar a cabo esta emancipación de la mujer.

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