Consecuencias sociales de la Revolución Industrial

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La sociedad industrial y sociedad urbana

El crecimiento de las ciudades: en el contexto económico de la Revolución Industrial, tuvo lugar un importante proceso de creación y asentamiento de fábricas en los núcleos urbanos. Millones de personas en toda Europa abandonaron sus viviendas y trabajos en el campo para desplazarse a las ciudades, atraídas por la creciente demanda de mano de obra en las fábricas y en el sector de la construcción. El proceso de concentración urbana no fue el mismo en todo el continente, algunas ciudades experimentaron un crecimiento enorme en cuanto al número de habitantes, convirtiéndose en los centros económicos por excelencia.

Los planes de ensanche

El crecimiento de la población y las nuevas actividades que se desarrollaron en las ciudades empujaron las remodelaciones urbanísticas. En diversas ciudades europeas como París y Berlín se llevaron a cabo planes de ensanche, diseñados por arquitectos e ingenieros. Se derribaron las antiguas murallas medievales, se eliminaron las estrechas callejuelas, se trazaron amplias avenidas y bulevares para facilitar el acceso a las estaciones del ferrocarril y a los nuevos medios de transporte como el tranvía o el metro, y se proyectaron nuevas áreas residenciales para la burguesía que abandonaba los degradados centros históricos donde se hacinaba la clase obrera. Uno de los graves problemas que supuso el rápido y caótico crecimiento de las ciudades fue la precariedad de las condiciones higiénicas. Para afrontar este problema surgió el higienismo, una corriente de pensamiento nacida en el seno de la medicina. En algunos casos, las medidas urbanísticas respondieron a criterios de control social.

La sociedad de clases

La sociedad que surgió de la Revolución Industrial poco tenía que ver con la del antiguo régimen.

Burguesía

Era la clase social emergente y gozaba de una situación económica acomodada. La alta burguesía estaba integrada por los propietarios de las fábricas y los grandes comerciantes. La pequeña burguesía estaba integrada por pequeños comerciantes y artesanos tradicionales que intentaban adaptarse con dificultades a las nuevas condiciones económicas. El ciudadano burgués solía tener formación académica, era cultivado intelectualmente y activo en la vida política.

Proletariado industrial

Fue una clase social heterogénea, compuesta en sus inicios por trabajadores del campo emigrados a la ciudad y antiguos artesanos que no habían podido competir con el sistema fabril y tuvieron que incorporarse al trabajo en la industria. El proletariado únicamente disponía de su fuerza de trabajo, que vendía a cambio de un salario con condiciones de vida precarias. La mayor parte del sueldo de una familia obrera se destinaba a la compra de alimentos y a la vivienda, casi siempre de alquiler.

Aristocracia

La antigua nobleza compartió su espacio de privilegio con la burguesía. Aunque perdió derechos señoriales a raíz de la Revolución Francesa y de las revoluciones de 1830 y 1848, mantuvo propiedades urbanas y rurales de las que obtenía grandes rentas. Su influencia se sintió especialmente en el mundo rural, donde los grandes terratenientes mantuvieron un estricto control político, social y económico en sus posesiones.

Campesinado

El trabajo en el campo seguía ocupando la mayor parte de la población. Las formas de vida del campesinado variaron menos y se mantuvieron prácticamente iguales a las de la época preindustrial. Existían algunas diferencias en la situación del campesinado europeo, en función de la mayor o menor vigencia del régimen señorial.

La mujer en la sociedad industrial

La mujer burguesa

En los sectores más acomodados de la burguesía, el rol femenino estaba determinado por un estricto código de conducta. La mujer no trabajaba fuera de su hogar y en este solo se dedicaba a coordinar a la servidumbre. El matrimonio era la base sobre la que asentaba la vida social de la mujer burguesa y su propia identidad, de manera que la mujer quedaba completamente ligada a su posición y al prestigio social de su marido.

La mujer obrera

La industrialización favoreció la incorporación de las mujeres al trabajo en las fábricas, aunque lo hicieron en unas condiciones de gran explotación. La mujer proletaria estaba sometida a larguísimas jornadas en la fábrica o en el servicio doméstico de las clases dominantes, a cambio de un salario inferior al que percibía un hombre.

El movimiento sufragista

Sobre todo en países anglosajones, colectivos de mujeres burguesas empezaron a reclamar el derecho a voto. La primera manifestación colectiva del deseo de conseguir equiparación política y social con los hombres tuvo lugar en la Convención de Seneca Falls. También cabe destacar la labor de la activista Kate Sheppard, que tuvo mucha influencia en otros países.

Los problemas sociales de la industrialización

Las condiciones laborales

La clase obrera tuvo que soportar durante todo el siglo XIX unas pésimas condiciones de vida y una precariedad laboral extrema, fruto de la deshumanización del trabajo industrial. Los salarios, excepto en trabajos especializados, eran muy bajos y no existía una legislación que diera cobertura en caso de enfermedad. El trabajo infantil era muy habitual.

Las condiciones higiénicas

El alojamiento del proletariado carecía de toda comodidad o medida higiénica. Las familias se hacinaban en barracas o en edificios de pisos mal ventilados y de reducidas dimensiones, que frecuentemente tenían que compartir con otras personas. Solían disponer solo de una pequeña cocina. Con ello, la insalubridad se extendía por todo el barrio obrero y las enfermedades infecciosas como el cólera o las fiebres tifoideas hacían estragos entre la población.

La transformación familiar

Las malas condiciones de vida de la clase obrera repercutieron en la estructura familiar. Las tasas de soltería se incrementaron y también se acentuaron numerosos problemas sociales vinculados a las dificultades económicas. A todo ello se añadía el gran choque cultural que suponía el paso de la vida en el campo a las durísimas condiciones de la vida en la ciudad.

Los inicios del movimiento obrero

Fue la respuesta del proletariado a las pésimas condiciones laborales y de vida en las que se encontraba.

Las revueltas luditas

La introducción de maquinaria en el proceso de producción industrial agraria creó puestos de trabajo, pero en un principio se prescindiría de mano de obra. El descontento se canalizó mediante la destrucción de máquinas y el incendio de fábricas. En Inglaterra, entre 1811 y 1817, también se extendieron a la Europa continental a medida que la Revolución Industrial se consolidaba.

El sindicalismo

A principios del siglo XIX, la clase obrera se fue convenciendo de la necesidad de dotarse de organismos estables que velasen por sus intereses frente a los de la burguesía. Asociaciones obreras de socorro mutuo, cobertura económica al trabajador si enfermaba. A partir de mediados de la década de 1820, fueron articulándose en trade unions (uniones de oficios) con la intención de defender los derechos laborales de sus integrantes. En el año 1830 tuvo lugar la confluencia de los diferentes sindicatos de oficio en la Great Trade Unions, que pronto contó con más de medio millón de afiliados.

El cartismo

Se planteó la posibilidad de participar activamente en las actividades políticas. En 1836 fue fundada por la Working Men's Association, organización que dos años más tarde presentaría la Carta del Pueblo al parlamentarismo del Reino Unido. Se reclamaba el sufragio universal masculino y se solicitaba la abolición del requisito de propiedad para ser parlamentario. El movimiento cartista no fue homogéneo, una moderada por Robert Owen y William Lovett de carácter reformista y partidaria de llegar a acuerdos con las burguesías, y otras más radical capitaneada por el irlandés que promulgaba la realización de acciones contundentes como huelgas y levantamientos violentos.

Las corrientes ideológicas del movimiento obrero

Empezaron a difundirse las primeras reflexiones de los intelectuales que criticaban las injusticias del capitalismo y formulaban modelos alternativos. Las primeras teorías de reforma social se conocen como socialismo utópico.

Socialismo utópico

Los primeros fueron una serie de pensadores mayoritariamente británicos y franceses, no formaron parte de ninguna escuela común. Propugnaban la necesidad de implantar reformas legislativas que velaran por el bienestar de los trabajadores. Henri de Saint-Simon no negaba la propiedad privada, pero postulaba que esta debía existir solo como fruto del trabajo personal. Robert Owen redujo la jornada laboral, limitó el trabajo infantil y femenino e impulsó la educación de los trabajadores. Charles Fourier propuso la creación de falansterios, comunidades donde el trabajo y las relaciones sociales fueran armónicas. Louis Blanc defendió la igualdad salarial y la unión de los intereses particulares para conseguir el bien común.

Socialismo científico

Karl Marx y Friedrich Engels no solo planteaban la manera de combatir el sistema capitalista, sino que elaboraron posteriormente el marxismo. No solo pretendía interpretar el mundo en el que vivían, sino que también trataban de proporcionar al proletariado una suerte de herramientas con las que transformar una realidad. Tres ejes analizó: el pasado, criticó el presente y proyectó una idea de futuro.

Análisis del pasado: el materialismo histórico

La historia es un proceso constante de cambio y desarrollo en el que el tipo de sistema económico es lo que determina la organización política. El motor de la historia es la lucha de clases, de manera que los cambios históricos se producen debido al antagonismo entre las clases sociales. El enfrentamiento entre las clases dominantes y dominadas es una constante y es lo que provoca el paso de una fase histórica a otra. Tres grandes modelos productivos: el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo.

Crítica del presente: el análisis del capitalismo

Marx diseccionó el sistema de producción capitalista y señaló el elemento causante de la explotación de los trabajadores. Marx consideraba que la plusvalía era la única fuente del enriquecimiento capitalista y el origen de las desigualdades sociales y del inevitable enfrentamiento entre la burguesía y el proletariado.

Proyecto de futuro: la sociedad comunista

Pretendía destruir el capitalismo y llegar a la sociedad comunista.

El anarquismo

La corriente anarquista, libertaria o ácrata, no obstante, defendía la libertad humana y apostaba por un modelo de sociedad sin dios, sin estado y sin patrón. Los métodos para llegar a la nueva sociedad eran la revolución y la lucha espontánea. Pierre-Joseph Proudhon fue el primer teórico que se declaró manifiestamente anarquista. La obra que le otorgó el reconocimiento inmediato y mucha influencia en el obrerismo fue '¿Qué es la propiedad?'. La propiedad solo era legítima cuando de esta se extraía un provecho mediante un trabajo directo y personal. Mijaíl Bakunin, considerado en su tiempo el prototipo de revolucionario y agitador político. Piotr Kropotkin, pensador ruso que concebía una sociedad sin estado en la que el trabajo manual y el intelectual estaban intrínsecamente relacionados.

El movimiento internacionalista

El movimiento obrero había adquirido experiencia suficiente para constatar que la problemática que padecía el proletariado era común en todos los países industrializados.

Anarquismo

Corriente ideológica del movimiento obrero desarrollada en la segunda mitad del siglo XIX que defendía la libertad humana y creía en un modelo de sociedad en la que no hubiera ningún tipo de autoridad.

Ludismo

Nombre que reciben las primeras manifestaciones del movimiento obrero dirigidas contra la mecanización. Se desarrolló principalmente entre 1800 y 1830.

Socialismo científico o marxismo

Corriente ideológica del movimiento obrero desarrollada en la segunda mitad del siglo XIX que trataba de interpretar la realidad del capitalismo y, a la vez, proporcionar herramientas al proletariado con las que destruirlo.

Socialdemocracia

Tendencia política que propugnaba una vía democrática hacia el socialismo, por lo que rechazaba la revolución proletaria y adoptaba políticas reformistas. El primer partido socialdemócrata fue el alemán.

Sociedad de clases

Nueva estructura de la sociedad nacida con la industrialización y el capitalismo, en la que la posición social venía dada por la riqueza y no por los privilegios como en la sociedad estamental del antiguo régimen.

Sufragismo

Movimiento que en la segunda mitad del siglo XIX reivindicaba el derecho al voto de las mujeres como paso previo a la igualdad de derechos con los hombres.

Trade unions

Asociaciones sindicales británicas que agruparon trabajadores del mismo oficio y localidad y lucharon por ampliar los objetivos de las sociedades de socorro mutuo.

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