Consciente, Subconsciente e Inconsciente: Impacto en la Socialización

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Consciente, Subconsciente e Inconsciente

Sigmund Freud fue el primero en postular la existencia de estas tres zonas en la mente humana. El consciente, donde se ubica el "yo", está constituido por los contenidos de los que la persona se da cuenta en un momento determinado. Detallemos cada una de estas partes:

El Consciente

El consciente es una región mental en la que confluyen las sensaciones, percepciones, imágenes e ideas que, gracias a la atención, han sido seleccionadas, interpretadas o reinterpretadas, permitiendo a la persona permanecer alerta en relación con su entorno y consigo misma.

Este estado se caracteriza por:

  1. El darse cuenta o el poder conocer.
  2. La posibilidad de responder a los estímulos.
  3. Todo aquello que pertenece al proceso de estar alerta o que caracteriza la reacción del individuo de darse cuenta.
  4. Aquello que es observable mediante la introspección.
  5. Aquello que es parte de la conciencia conceptual, esto es, la porción del ambiente que se da cuenta del ambiente inmediato.

El Subconsciente

El subconsciente es un puente de conexión entre el consciente y el inconsciente. En él se almacenan los recuerdos, imágenes e ideas que permiten una mejor operación de la mente; por consiguiente, en él reside la imaginación y la memoria.

Su función principal es servir como un área de soporte de la que se puede extraer material de apoyo que ayude en las actividades sensoriales, perceptivas e intelectuales del consciente. Actúa como centro de información al que se puede acudir para interpretar, analizar, idear, crear, confrontar, etc.

Este estado se define como:

  1. Para Freud, es la zona de transición a través de la cual el material reprimido debe pasar en su camino del inconsciente al consciente (en este caso es sinónimo de preconsciente).
  2. Es el conjunto de procesos de los cuales no es consciente el individuo, pero que pueden ser traídos a la conciencia (por ejemplo, el grado de inspiración de la imaginación).
  3. Término que se refiere a los procesos mentales latentes que el sujeto puede llevar a la conciencia, con más o menos facilidad.
  4. Perteneciente a lo que se encuentra en el margen de la atención; perteneciente a aquello que está en la penumbra de la conciencia.

El Inconsciente

El inconsciente es un área inaccesible a los medios normales de atracción de cualquier contenido del ambiente, ya que según Freud, el inconsciente es una especie de receptáculo donde depositamos todos aquellos contenidos mentales que no son elegidos por la persona ni por las normas y costumbres sociales. El método para almacenarlos ahí es el mecanismo de defensa llamado represión, el cual los confía a la fuerza y les impide salir del inconsciente.

Pero, en el inconsciente también encontramos muchos recuerdos gratos y muchos elementos de transmisión cultural que ayudan a modificar y formar la personalidad del individuo. También ahí se encuentra información genética y temperamental del individuo.

Otros puntos de vista sobre el inconsciente son:

  1. Es todo aquello que escapa por completo al conocimiento personal, aquello de lo que no se tiene conciencia.
  2. Caracteriza una actividad para la cual el individuo tiene una razón o motivo.
  3. Perteneciente a todos los procesos psíquicos que no pueden ser traídos a la conciencia por medios ordinarios.
  4. La región de la mente que es el asiento del Id y de la represión.

El Individuo y la Socialización

Terminador: "El que yo sea un hombre, eso lo comparto con otros hombres. El que vea y oiga, y el que y beba, es lo que por igual hacen todos los animales. Pero el que yo sea yo, es mío exclusivamente, y no pertenece a nadie más"  (Maestro Eckhart)

Cuando se consulta en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española la definición de "individuo", esta nos dice que es algo que no puede ser dividido, por lo tanto, corresponde a una unidad. El hombre encierra múltiples características, pero al ser un individuo podemos ver que esas características se aúnan en un solo ser: el ser humano. Pero este ser humano no está solo, sino que comparte con otros individuos, y es ahí donde entra en juego la socialización.

La socialización es un proceso que sucede a lo largo de toda la vida, comenzando en la infancia del individuo, y que le permite una total integración a la sociedad de la cual forma parte.

Los investigadores han postulado que la socialización es un proceso complejo que implica tanto factores personales como ambientales. Por ejemplo, los estudios sobre las tendencias agresivas en los niños han identificado que algunos son más influenciables que otros cuando son expuestos a la violencia televisada o a conductas agresivas por parte de figuras de autoridad en su casa. Sin embargo, algunos niños ciegos y sordos muestran conductas agresivas tales como patalear o gritar, aun cuando nunca hayan tenido la oportunidad de ver o escuchar tales manifestaciones. Por tanto, se ha llegado a la conclusión de que también se deben considerar los factores genéticos como parte del proceso de socialización.

Este proceso se inicia con las interacciones de padres e hijos, cuando los primeros responden a los requerimientos físicos del bebé para conseguir alimento o protección y, al mismo tiempo, estas interacciones le van enseñando al pequeño qué es lo que puede esperar del ambiente y cómo comunicar sus necesidades.

A partir de las investigaciones realizadas, se ha podido constatar que, tal como lo suponía Freud y muchos otros científicos, las primeras experiencias son determinantes para el nivel de ajuste y desarrollo pleno de las relaciones interpersonales en la vida adulta. Solo que, a diferencia de lo originalmente expuesto, las afectaciones aparentemente van mucho más allá de la esfera sexual de la persona. Hoy se cree que estas interacciones tempranas que se dan durante la infancia juegan un papel importante en el ajuste social futuro. El cuidado consistente y sensible ayuda a crear relaciones sanas con otros y a lograr un desarrollo personal normal. Cuando los adultos que cuidan a un bebé son negligentes en la atención de sus necesidades o reprimen los primeros intentos de comunicación, pueden causar serios daños en las interacciones futuras del pequeño.

Este proceso se inicia con las interacciones de padres e hijos, cuando los primeros responden a los requerimientos físicos del bebé para conseguir alimento o protección y, al mismo tiempo, estas interacciones le van enseñando al pequeño qué es lo que puede esperar del ambiente y cómo comunicar sus necesidades.

A partir de las investigaciones realizadas, se ha podido constatar que, tal como lo suponía Freud y muchos otros científicos, las primeras experiencias son determinantes para el nivel de ajuste y desarrollo pleno de las relaciones interpersonales en la vida adulta. Solo que, a diferencia de lo originalmente expuesto, las afectaciones aparentemente van mucho más allá de la esfera sexual de la persona. Hoy se cree que estas interacciones tempranas que se dan durante la infancia juegan un papel importante en el ajuste social futuro. El cuidado consistente y sensible ayuda a crear relaciones sanas con otros y a lograr un desarrollo personal normal. Cuando los adultos que cuidan a un bebé son negligentes en la atención de sus necesidades o reprimen los primeros intentos de comunicación, pueden causar serios daños en las interacciones futuras del pequeño.

En general, la familia es la fuerza más influyente para la socialización. Los padres, abuelos y hermanos transmiten a los infantes y niños pequeños lo que consideran valores importantes, conductas, habilidades y actitudes. Las reglas del hogar gobiernan la conducta. Conforme los niños crecen e interactúan más con el ambiente, otras personas comienzan a desempeñar un papel importante en el proceso de socialización. Los amigos, las instituciones como la iglesia y la escuela, los medios masivos de comunicación (particularmente la televisión) y los compañeros de trabajo se convierten en factores importantes de modelado de las actitudes y conductas de la persona.

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