Condiciones y limites de conocimiento según Kant

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EL CONOCIMIENTO:
Kant quiere mostrar cuáles son el origen, los límites y la posibilidad del conocimiento científico. En su análisis del conocimiento, distingue dos facultades de conocimiento en el ser humano: sensibilidad y entendimiento. La sensibilidad es la capacidad de captar los fenómenos a través de los sentidos produciendo sensaciones, a las que Kant llama intuiciones. Las intuiciones pueden ser de dos tipos. Las intuiciones empíricas que son los datos de la experiencia, por tanto, a posteriori (colores, sabores, sonidos, formas…etc.). Y las intuiciones puras, a priori y transcendentales que son el espacio y el tiempo. El entendimiento es la facultad de pensar y explicar los fenómenos que capta la sensibilidad a través de los conceptos. Éstos pueden también ser de dos tipos. Los conceptos empíricos que se forman por el proceso de abstracción, y que son por tanto, a posteriori. Y los conceptos puros, a priori y transcendentales a los que Kant llama categorías (son doce, sustancia, causa, existencia, unidad, posibilidad...Etc.). Tanto el espacio-tiempo como las categorías tienen tres carácterísticas: son a priori, es decir no los extraemos de la experiencia, son trascendentales, es decir son innatos, el propio sujeto los produce de forma espontánea cuando capta y piensa el mundo exterior Historia de la Filosofía 2º Bachillerato IES Francisco Giner de los Ríos Unidad 8 4 y son puros, es decir, vacíos de contenido empírico porque no describen nada que exista en el mundo exterior como una cosa. Kant deja claro que si no hay datos empíricos a los que aplicar el esquema espaciotiempo, entonces, éste no actúa, permanece inactivo. Y del mismo modo si aplicamos las categorías a algo de lo que no hay experiencia entonces no obtenemos verdadero conocimiento científico (esta es la causa de que la metafísica sea imposible como ciencia). En el conocimiento que el ser humano tiene del mundo, por tanto, hay una parte que procede del propio mundo, los datos empíricos, pero hay otra que procede de la estructura cognitiva del sujeto, nos referimos al espacio, al tiempo y a las categorías. Esto lleva a Kant a distinguir entre fenómeno y noúmeno. Los noúmenos son las cosas tal como serían en sí mismas, sin que las modificásemos con nuestro esquema espaciotemporal y categorial. Los fenómenos son esas mismas cosas en tanto que captadas por la sensibilidad en el espacio-tiempo y pensadas por el entendimiento con las categorías, por tanto, modificadas por nuestro aparato cognitivo, espacio, tiempo y categorías. Como es obvio los noúmenos son incognoscibles pues al intentar captarlos inmediatamente los modificamos convirtiéndolos en fenómenos. La teoría del conocimiento elaborada por Kant ha recibido el nombre de idealismo trascendental y se presenta como una síntesis entre Empirismo y Racionalismo, puesto que afirma que el conocimiento es una composición de lo que recibimos del mundo a través de la experiencia, y lo que nuestras facultades de conocimiento imponen a esa experiencia de forma innata: espacio-tiempo y categorías. A partir de esta teoría del conocimiento, Kant puede explicar cómo es posible el conocimiento científico. Según Kant los juicios o leyes científicas deben ser juicios sintéticos a priori, porque deben aumentar nuestro conocimiento del mundo y deben tener validez universal y necesaria. En las matemáticas son posibles los juicios sintéticos a priori porque los axiomas de la matemática son juicios acerca del espacio y del tiempo, y dado que espacio y tiempo son a priori, los juicios de la matemática también son a priori. En la física son posibles los juicios sintéticos a priori porque las leyes de la física están basadas en las categorías y dado que éstas son a priori, las leyes de la física también lo son. Queda por averiguar si la metafísica es o no ciencia, es decir, si en ella son posibles los juicios sintéticos a priori. Por metafísica entendemos el conocimiento de todo lo Historia de la Filosofía 2º Bachillerato IES Francisco Giner de los Ríos Unidad 8 5 relativo a Dios (si existe y cómo es), al alma (si existe y cómo es) y al Universo como totalidad (si en él existe o no la libertad humana, si es finito o infinito, si tiene un origen en el tiempo o es eterno). Como se ve son tres ideas de las que no hay experiencia. La metafísica intenta establecer leyes acerca de estas tres ideas, leyes que deben estar basadas en las categorías. Pero las categorías sólo proporcionan conocimiento científico si se aplican a la experiencia. La metafísica, por tanto, hace un uso ilegítimo de las categorías al aplicarlas a algo que queda más allá de toda experiencia y, por ello, no es una ciencia. Sin embargo, Kant añade que hacer metafísica, es una tendencia inevitable de la razón humana que desea encontrar leyes cada vez más generales hasta que no quede nada por explicar, aún cuando eso implique ir más allá de la experiencia. Queremos explicar todos los fenómenos físicos con teorías sobre el Universo como totalidad. Queremos explicar todos los fenómenos psicológicos con teorías sobre el alma. Y queremos explicar unos y otros por medio de una causa suprema de ambos, Dios. Dios, alma y mundo son tres ideas de la razón, acerca de las cuales construimos teorías que se pueden refutar y demostrar al mismo tiempo utilizando argumentos racionales. No obstante, Dios, alma y mundo, son tres ideas útiles, porque señalán los límites del conocimiento e impulsan la investigación. Por otro lado, la existencia de Dios, del alma y de la libertad en el mundo son postulados de la razón práctica: algo cuya existencia es indemostrable científicamente pero que debe ser supuesta como condición de la moral. 2. ÉTICA: Kant pretende establecer una ética que tenga validez universal y necesaria, por tanto a priori. Todas las éticas construidas hasta el momento son lo que Kant llama éticas materiales carentes de universalidad y necesidad. Frente a ellas Kant construye una ética formal que vale universal y necesariamente. Se caracteriza por: Es una ética formal, carente de contenido: No establece un conjunto de normas que debamos seguir, lo único que establece es la forma general en que debemos actuar sea cual sea la conducta concreta de que se trate: una conducta es buena si está realizada por respeto al deber, y es mala si está realizada por otras razones como el interés, el temor al castigo y la inclinación. Por tanto, lo que hace buena una conducta es la buena voluntad o intención: la buena voluntad es la que obra por respeto al deber. Historia de la Filosofía 2º Bachillerato IES Francisco Giner de los Ríos Unidad 8 6 Obrar por deber es reconocer que se algo debe hacerse porque la ley moral lo exige y ésta debe ser respetada aún en contra de mis intereses. Además el deber se conoce a priori, no se obtiene de la experiencia. El deber se recoge en el imperativo categórico que es una norma absoluta, universal y necesaria, que no depende de las circunstancias o de los fines que persigamos, manda incondicionalmente. El imperativo categórico nos dice: Obra siempre de tal manera que puedas desear que la norma de tu conducta se torne ley universal. La ética kantiana es una ética autónoma pues es el sujeto quien, con su conciencia, en cada caso aplica el imperativo categórico y establece el deber. Por último digamos que Dios, Alma y Mundo son tres ideas de la razón acerca de las cuales construimos teorías que no pueden ser confirmadas ni refutadas por la experiencia, por tanto, quedan fuera del ámbito de la ciencia. Pero desde el punto de vista de moral, Dios, Alma y la Libertad en el Universo, son postulados: algo cuya existencia es indemostrable científicamente pero que debe ser supuesta como condición de la moral. La libertad es un postulado de la moral porque sólo si somos libres de escoger entre el bien y mal tiene sentido hacer esa distinción. La existencia de Dios y la inmortalidad del alma son postulados de la moral porque son la única garantía de que algún día lograremos la uníón de perfección moral y felicidad imposible de realizar en esta vida. 3. EL PROBLEMA DE Dios: Kant nunca negó la inmortalidad del alma o la existencia de Dios. Se limitó a establecer que el alma y Dios no son asequibles al conocimiento científico ya que el alma y Dios no son fenómenos que se den en la experiencia. El lugar adecuado en el que ha de plantearse el tema de Dios no es la razón teórica, el ámbito de la ciencia, sino la razón práctica, el ámbito de la ética. La existencia de Dios es un postulado de la razón práctica, es decir, se trata de algo no demostrable pero que debe suponerse como condición de la moral misma. Kant afirma que la disconformidad que encontramos entre cómo es el mundo y cómo debería ser, exige la existencia de Dios como realidad en quien ambas cosas se identifican y en quien se da una uníón perfecta de virtud y felicidad. No obstante, el filósofo alemán rechaza todas las demostraciones clásicas de la existencia divina. Historia de la Filosofía 2º Bachillerato IES Francisco Giner de los Ríos Unidad 8 7 4. El SER HUMANO, POLÍTICA Y SOCIEDAD: El ser humano, considerado como fenómeno, está sometido a las leyes físico-biológicas, es decir, es un objeto más entre los objetos del mundo físico. Pero en tanto que noúmeno, el ser humano, ser libre, pertenece al ámbito de la razón práctica (ética). Por tanto en el ser humano encontramos una cierta dualidad, por un lado posee una dimensión empíricosensible, por otro, una dimensión ético-social. La primera indica su componente individual y egoísta, como una cosa más entre las cosas. La segunda refiere al reino de los fines y de la moralidad, como perteneciente a una comunidad de personas. Según esta dimensión, puede y debe hablarse de la sociabilidad del hombre. Kant, pues, concibe al hombre como un ser que encierra en sí una paradójica complejidad: una “insociable sociabilidad”. En cuanto a la política Kant afirma que el ser humano debe salir de lo que él denomina “su minoría de edad” y debe atreverse a pensar por sí mismo, así conquistará su verdadera libertad y su conciencia no estará sometida a las constricciones de la religión, la tradición y la autoridad. Atreverse a pensar significa que el ser humano debe llevar a cabo el ejercicio crítico de la razón, y el ejercicio público de la razón debe ser protegido e impulsado por el poder político

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