Conceptos Clave de la Religión Católica: Desde la Trinidad hasta el Concilio Vaticano II

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Etapas de la Vida y su Significado Espiritual

Desde la Concepción hasta los 6 Años

Esta etapa es crucial, ya que en ella se cimientan las bases de la personalidad. Aunque apenas recordamos eventos específicos de este periodo, su influencia en nuestra forma de ser es profunda y duradera.

Desde los 12 hasta los 14 Años

Esta fase corresponde a la pubertad o preadolescencia, un periodo intenso de cambios físicos significativos. La nueva situación corporal lleva al preadolescente a un repliegue hacia su interior, descubriendo un mundo interno que aún no puede interpretar completamente. Generalmente, es una época de conflictos, donde se rechaza el mundo infantil, pero la inseguridad psicológica provoca la persistencia de algunos comportamientos infantiles.

A Partir de los 14 Años

Comienza la adolescencia, una etapa llena de vitalidad en la que culmina el proceso biológico iniciado en la pubertad. El adolescente busca encontrar su propia identidad y alcanzar su independencia y autonomía personales.

La Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo

Dios, en su grandeza, es un misterio. Su comprensión absoluta nos supera, y cualquier palabra que usemos para describirlo es limitada. Lo importante no es el nombre, sino la realidad: de Jesús, los discípulos aprendieron que Dios es un amor que busca encontrarse siempre con los hombres. Ese amor se desborda:

  • Como Padre: Dios ama como Padre, del mismo modo que amó a Jesús.
  • Como Hijo, en la persona de Jesús: Dios ama como Hijo, del mismo modo que Jesús amó a sus discípulos.
  • Como Espíritu Santo: Dios ama como Espíritu, del mismo modo que Jesús vivió la fuerza del Espíritu.

En este único Dios hay tres personas distintas entre sí, pero que forman una unidad indivisible. Este amor absoluto fluye de la Trinidad hacia los hombres y se manifiesta en todas las acciones que Dios ha llevado a cabo a lo largo de la historia a favor de la humanidad. Así, se dice que:

  • Es propio del Padre: ser origen de todo, la creación, el envío de Jesús al mundo, resucitar a Jesús y enviar el Espíritu Santo.
  • Es propio del Hijo: hacerse hombre, pasar por el mundo haciendo el bien, morir y resucitar por nosotros y estar presente en el mundo por medio del Espíritu.
  • Es propio del Espíritu Santo: ser guía e impulso en la vida de Jesús.

La Biblia: Antiguo y Nuevo Testamento

La Biblia es una auténtica biblioteca que contiene 73 libros diversos, escritos en hebreo y griego. Está dividida en dos partes:

  • El Antiguo Testamento: consta de 46 libros y recoge la historia del pueblo de Israel desde sus orígenes hasta una época cercana a Jesús.
  • El Nuevo Testamento: consta de 27 libros y narra la vida y el mensaje de Jesús, así como el nacimiento de la Iglesia.

Lo más importante de la Biblia es el mensaje religioso que transmite.

Los Cuatro Evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan

Mateo

Escrito por uno de los doce apóstoles de Jesús, un cristiano de origen judío que conocía bien el ambiente social de Palestina y las Escrituras. Se redactó hacia el año 85 en Antioquía. El evangelista muestra que los seguidores de Jesús son el verdadero Pueblo de Dios anunciado en el Antiguo Testamento. Ataca con firmeza a los fariseos y muestra cómo en Jesús se cumplen las Escrituras. Su símbolo es el hombre.

Marcos

El autor acompañó a Pablo en su primer viaje. Fue escrito hacia el año 70 en Roma. Con un lenguaje sencillo, intenta hacernos ver que Jesús es el Hijo de Dios a través de sus milagros, su forma de actuar y su autoridad. Su símbolo es el león.

Lucas

El autor acompañó a Pablo en su viaje a Mileto y Roma. Fue escrito en griego hacia el año 85 para paganos convertidos al cristianismo que conocían poco las Escrituras y las costumbres judías. Se preocupa por enseñárselas. Es el que más insiste en la bondad de Jesús, su perdón y misericordia. Su símbolo es el toro.

Juan

Se escribió entre el año 95 y 100. Nos muestra a Jesús como un retrato de Dios. Usa un lenguaje muy simbólico para revelarnos quién es Jesús. Su símbolo es el águila.

El Concilio Vaticano II: Renovación de la Iglesia

El Concilio Vaticano II es el acontecimiento más importante de la Iglesia del siglo XX. Durante tres años (1962-1965), los 250,000 padres conciliares se esforzaron en darle un nuevo rostro a la Iglesia. Los documentos del Concilio contienen cuatro constituciones y tres declaraciones. Tras el Concilio, se inició una serie de cambios importantes en la vida de la Iglesia. El Concilio renovó la imagen de la Iglesia de cara a sí misma y de cara al mundo:

  • Ante sí misma, la Iglesia aparece como Pueblo de Dios.
  • Ante el mundo, la Iglesia no se limita a anunciar el Evangelio desentendiéndose de los problemas de las personas. El Concilio enseña que la Iglesia se siente solidaria y cercana a todos los sufrimientos y las alegrías de los hombres y mujeres de nuestro tiempo.

Los Monasterios: Centros de Fe, Cultura y Reforma

Durante la Alta Edad Media (siglos V al XI), los monasterios benedictinos ejercieron una importante labor tanto en la vida religiosa como en la social y cultural. Fueron los evangelizadores de las poblaciones de Francia, Inglaterra, Alemania y de pueblos más alejados. Enseñaron a los campesinos a cultivar las tierras y fueron los guardianes de la cultura clásica. Se enriquecieron notablemente, y sus abades se convirtieron en auténticos señores feudales. Era necesaria una auténtica reforma, y esta se produjo en los siglos X y XI. Dos fueron los focos principales de esta reforma:

La Abadía de Cluny (910)

Sus monjes comenzaron por restaurar los grandes principios de la Regla de San Benito. Para ello, se independizaron del poder temporal y reformaron profundamente las costumbres que se habían introducido en los monasterios. Los monasterios dependientes de Cluny se extendieron por toda Europa, llevando consigo el arte románico.

La Abadía de Cîteaux o Císter (1098)

Los monjes de Cluny también fueron cayendo en algunos de los errores que cometieron sus antecesores. Por eso, Roberto de Molesmes intentó volver al primitivo rigor de Cluny y fundó la abadía de Cîteaux o Císter. Un monje cisterciense, Bernardo, fundó una comunidad en Claraval que se convirtió en uno de los monasterios más importantes de Europa.

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