Concepto de esperanza de vida al nacimiento eo numero de hijos por mujer DF

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En los últimos años, tras el inicio de la crisis económica, los medios de comunicación se han hecho eco de una emigración masiva de españoles al extranjero, producto de la falta de oportunidades en España. Más de dos millones de personas se fueron de España entre 2008 y Julio de 2013, y dese este año hasta el actual ha descendido progresivamente, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los datos oficiales de migraciones indican que los mas de dos millones de personas que se marccharon en los años que coinciden con la crisis, el 80% era extranjeras y casi el 12% eran españoles. Esto es el equivalente al 0,6% de la población española. Pero, según el propio INE, estos datos infrarrepresentan la realidad, ya que, otros estudios muestran cifras bien distintas. Desde que empezó́ la crisis, la emigración española se ha dirigido fundamentalmente a otros países de la Uníón Europea. El destino preferido es el Reino Unido. La emigración de la crisis es principalmente la salida de extranjeros nacionalizados que llegaron durante los años de bonanza económica y que ahora vuelven a sus países de origen o prueban fortuna en otros destinos. En torno a las cifras ha habido en cualquier caso mucha confusión. Parte de esta proviene de que las cifras sobre españoles emigrados que se han manejado con carácter publico incluían a los inmigrantes con nacionalidad española, particularmente latinoamericanos, que habrían retornado a sus países de origen o se habrían desplazado a otros países. El análisis detenido distingue, entre los autóctonos (nacidos en España) de aquellos con nacionalidad española pero nacidos en el extranjero, mostraría en una primera lectura que la emigración de españoles al extranjero, si bien ha ido en aumento en los últimos años, no arroja cifras significativas. Existe una opinión generalizada de que los que se van son los jóvenes más cualificados, con lo que ello supondría una “fuga de cerebros” para el país.
La preocupación sobre este hecho aumentó cuando, en 2011, la información demográfica señalaba un descenso en las cifras de la población española y,

por primera vez en más de una década, apuntó a la existencia de un saldo migratorio negativo, el cual solo en parte se explicaba por el creciente retorno de inmigrantes a su país de origen como consecuencia de la crisis económica. Este hecho persiste en 2012. Así el porcentaje en España de personas de entre 24 y 34 años con educación superior es del 44% para las mujeres y del 34% para los hombres. Sabiendo que la tendencia a emigrar generalmente aumenta con el nivel de instrucción, es de esperar que la mayoría de la emigración española reciente esté compuesta por emigración cualificada. El colectivo de los migrantes cualificados está caracterizado por una cierta invisibilidad, tanto a nivel internacional como nacional, siendo muy pocos los países que disponen de un registro de sus profesionales cualificados residiendo en el exterior o prestando sus servicios para empresas o instituciones extranjeras. España, a consecuencia de la actual coyuntura económica y del agotamiento de su modelo productivo, está sufriendo una descapitalización profesional de la que se desconoce en gran medida su dimensión e implicaciones, sin embargo, algunos datos generales nos informan que son los profesionales españoles de las áreas de sanidad (preferentemente médicos, enfermeros y fisioterapeutas), arquitectura e ingeniería (principalmente ingenieros superiores industriales, mecánicos, electrónicos, aeronáuticos, informáticos, de obras publicas, especialistas en TIC) los que están experimentando una mayor demanda internacional. A ellos habría que añadir los perfiles científicos e investigadores que, con una trayectoria emigratoria de más larga, continúan su éxodo profesional también en la actualidad. Existen tantas razones para la movilidad como tipos de migraciones internacionales, siendo la migración laboral la más significativa e influyente. Se estima que este tipo representa un 30% de la emigración económica, y las previsiones indican que irá en aumento. España no es ajena a esta realidad internacional; mucho menos en tanto la coyuntura económica que desde hace unos años marca la realidad nacional con altas tasas de desempleo, disparadas en determinados sectores profesionales y en los grupos de edad más jóvenes; ajustes presupuestarios que dejan escaso margen a la inversión en ciencia, educación e investigación; y lentas previsiones de recuperación deja poco margen de maniobra para aquellos que buscan una salida y desarrollo profesional en España. La migración cualificada tiene un impacto que va mucho más alá́ de lo económico. En una situación de equilibrio internacional, donde los desplazamientos se hicieran por cuestiones de oportunidad, la movilidad internacional cualificada serviría para generar equidad y cohesión social. De hecho, el conocimiento y la experiencia adquiridos en el exterior, además del factor idioma, son un valor agregado que debiera ser tenido en cuenta en el acceso a un puesto de trabajo, tanto en el sector publico como en el privado; ya que no solo mejora la competitividad empresarial, sino que promueve el intercambio de técnicas y conocimiento. Lamentablemente, ese equilibrio

internacional aún no existe, y son pocos los casos de países que son considerados a la vez país de “origen” y “destino”. Hoy en día, en la mayoría de los casos, suele haber países receptores y países emisores de mano de obra cualificada, y esos movimientos internacionales suelen ocurrir por las circunstancias de desigualdades sociales de los países emisores. Así el país receptor, con un flujo sostenido de entrada de mano de obra cualificada vendría a aumentar las ventajas comparativas respecto de los países de origen. Los países emisores, la existencia de un “fuga” continuada de profesionales cualifi T.A.4. EL FUTURO DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA. España está experimentando profundas transformaciones de ser un país natalista, joven y emigratorio, ha pasado a convertirse un país con la tasa de natalidad más baja del mundo, envejecido e inmigratorio. Estos cambios conllevan otros de orden económico, social y cultural. Por ello los expertos realizan diversas proyecciones de futuro, para poder planificar temas como la necesidad de plazas escolares o de residencias para la tercera edad, la cuantía del gasto sanitario, etc.Respecto a la natalidad, algunos especialistas señalán que es posible que se produzca una recuperación, igual que en otros países europeos. De hecho, desde 1998 la tasas de natalidad y el número de hijos por mujer se han incrementado ligeramente, interrumpíéndose por primera vez el descenso continuado desde 1970. No obstante desde 2016 se aprecia que el crecimiento vegetativo en España es negativo, siendo la natalidad inferior a la mortalidad cuestión que a pesar de la superior fecundidad de la población inmigrante, no cabe esperar una recuperación de la natalidad. Para ello se apoyan, en primer lugar, en que no se produjo incremento coincidiendo con la buena situación económica de la segunda mitad de los años ochenta, ni en los años noventa en que correspondía procrear a las generaciones más numerosas del baby boom, cuestión que si sucede pero muy leve en los primeros años del s.XXI. En segundo lugar, afirman que no se han modificado las causas que provocaron el descenso de la natalidad: La tardía despenalización de los anticonceptivos y la nueva educación permite suponer que las nuevas generaciones, mejor informadas, los usarán en mayor medida. La mujer sigue incrementando su participación en el mundo laboral, sin contar, como en otros países del entorno, con suficiente oferta de empleo a tiempo parcial y de guarderías que permita compatibilizar la actividad laboral con el cuidado de los hijos. Tampoco se observan signos de inversión en el descenso de la nupcialidad, debido a las dificultades laborales y al alto precio de la vivienda. Las recientes medidas económicas de apoyo a la natalidad no son suficientes para producir su incremento, pues se basan en ayudas directas a la natalidad y no en políticas sociales (como pueden ser las facilidades para la adquisición de vivienda, el fomento del trabajo a tiempo parcial, etc.).Respecto a la mortalidad, se prevé un incremento de la tasa por el creciente envejecimiento de la población. La esperanza de vida seguirá aumentando, aunque con menor intensidad, dado que ya se encuentra en niveles altos. Respecto a las migraciones, la emigración al exterior se paralizará y aumentará la inmigración, sobre todo de personas del continente africano, de reagrupamiento familiar y de jubilados hacia las zonas turísticas.Respecto al crecimiento de la población, las cifras se incrementarán hasta 2016. Desde aquí y con la vista en el 2050 ira descendiendo debido al envejecimiento demográfico. En la estructura por sexo seguirá habiendo más ancianas, por la mayor esperanza de vida de las mujeres; pero se acortará la diferencia con los hombres porque, al adoptar las mujeres hábitos hasta hace poco típicamente masculinos, disminuirá el ritmo de aumento de su esperanza de vida. En la estructura por edad, hacia el año 2050 España será uno de los países más envejecidos del mundo, con un escaso porcentaje de jóvenes (12,6%) y un elevado porcentaje de ancianos (31,1%). En la estructura económica, según las últimas tendencias y por la leve recuperación económica, podemos presuponer que la tasa de actividad crecerá, sobre todo la femenina, y desde entonces disminuirá al incorporarse menos activos al mercado laboral. Será necesario recurrir a población inmigrante para poder mantener las pensiones y el actual nivel de bienestar. Por otra parte, el incremento de la tercerización de la actividad económica aumentará el porcentaje de población empleada en el sector terciario, a costa de los otros dos. P.A.2. Evolución del índice de natalidad y mortalidad en España (1940- 2015). 1. Describe la gráfica. Nos encontramos ante un gráfico lineal con dos variables que representa la evolución del índice de natalidad (línea de color azul) y mortalidad (línea

de color rojo) en España de 1940-2015. La gráfica, cuya fuente nos es desconocida, pone en relación dos variables que son las tasas de natalidad y mortalidad. En el eje de ordenadas nos aparece los valores a expresar que van, desde 0 a 30, en intervalos de 5, aunque no nos aparece a que se refieren esos valores; al tratarse de una gráfica que expresa los índices de natalidad y mortalidad debemos de entender que se trata de tantos por mil. En el eje horizontal o de abscisas tenemos los años desde 1940 a 2010 en un rango de 5 en 5 años. La tendencia principal que observamos en la gráfica es negativa hasta en los últimos años representados que se presenta más estable, más acusada en la línea que representa a la natalidad que el de la mortalidad, que se muestra más estable desde prácticamente los años 60. En el índice de natalidad podemos destacar tres periodos: Aparece descendiendo hasta el año 1950, que con un 20%o comienza un repunte de la natalidad hasta el año 1960, donde se alcanza un 21%o, periodo determinado por lo que se viene llamando el Baby Boom debido al buen momento económico que se vivía y a las políticas natalistas del gobierno franquista entre otros. A pesar de lo anterior el índice de natalidad empieza a descender paulatinamente hasta el año 1975 donde se produce un violento descenso. Esto es debido a diversos factores políticos, económicos y sociales, que van relacionado con la llegada de la democracia, el cambio de mentalidad (incorporación de la mujer al trabajo, la planificación familiar, normalización de los métodos anticonceptivos, despenalización del aborto etc..) y a las motivaciones económicas derivadas de la situación de crisis mundial vividas desde 1973, ya que se encarece la vida y con ello la manutención de los hijos, etc.. Este descenso lo observamos hasta el año 1995. Así desde 1995 hasta el año 2010 se muestra un disimulado crecimiento, sobre todo por la llegada de inmigrantes provenientes de países con una cultura más tradicional y mas proclive a tener hijos. Finalmente desde 2010 hasta el 2015 podemos ver como la natalidad desciende hasta un 9 %o que es la tasa de natalidad más baja que aparece representada en la gráfica. El índice de mortalidad apreciamos una disminución progresiva de la mortalidad que ya venia desde principio del Siglo XX. Sin embargo, sus tasas se mantienen en torno al 7-8‰ desde los años 60, habiendo un leve repunte en 2000 que es del 9‰, descendiendo también muy levemente hasta el año 2010 donde comienza a ascender hasta 2015 donde supera la natalidad. Ello determina que la población sea cada vez más anciana, que incide en un aumento de la mortalidad, a pesar de las mejoras sanitarias. Para concluir, debemos analizar la diferencia que se aprecia entre el índice de natalidad y de mortalidad, esto es, el crecimiento vegetativo o crecimiento natural que existe un periodo, durante los años sesenta, de crecimiento natural alto relacionado con el desarrollismo del periodo franquista, incremento de la natalidad y disminución de la mortalidad. A partir de los años ochenta se produce una tendencia clara de disminución del crecimiento vegetativo que pone en peligro el relevo generacional. La causa es un descenso muy acusado de la natalidad y una tasa baja de mortalidad, que se incrementa debido al envejecimiento de la población. MORTALIDAD. Se observa cómo desciende de forma casi continua entre los años 1940 y 1985. En los primeros años el descenso de la mortalidad es importante fruto del fin de la Guerra Civil (1936-1939) que, lógicamente, tuvo que elevar la mortalidad. Así, en treinta años (1940-1970) la mortalidad baja hasta la mitad: del 16,5%o de 1940 al 8,3%o de 1970. Entre 1970 y 1975 hay un pequeñísimo repunte de 1 décima (sube del 8,3%o al 8,4%o) que coincide con la crisis de 1973. Luego continúa bajando

hasta 1980 año en que llega a su punto más bajo: 7,9‰ Todo este proceso es reflejo de una mejora considerable de las condiciones de vida en España, marcados por el Estado de Bienestar (la implantación de la seguridad social) y los evidentes mejores en materia de sanidad, higiene o alimentación. A partir de 1985 y hasta el año 2000 la mortalidad aumenta ligeramente: era patente el envejecimiento de nuestro país con una natalidad que caía en picado hasta situarse entre las más bajas del mundo. Desde 1985 hasta el 2000 la T.M. Aumentó en 8 décimas (del 8,1‰ al 9‰). España envejecía tal vez sin prisa, a un ritmo lento, pero, desde luego, sin pausa. La mortalidad era debida a que la población anciana iba falleciendo, aunque la Esperanza de Vida en nuestro país es alta (de unos 80 años, siendo de 82 para las mujeres y 78 para los hombres), pero pese a ello si hay mucha población anciana por lo que la mortalidad aumenta irremediablemente, aunque no de forma exponencial. A partir del año 2000 la tasa de mortalidad vuelve a descender ligeramente: desde el 9%o del año 2000 al 8,2%o del año 2010, volviendo a las cifras de mortalidad de 1985. Las causas sin duda hay que buscarlas en la inmigración. El “boom del ladrillo” atrajo a millones de personas jóvenes de países con pautas reproductivas como las nuestras en los años 60: muchos hijos. Por tanto, la población total española aumentó con población joven lo que automáticamente hizo descender la T. M. Sirva esto de reflexión para valorar el aporte demográfico de los inmigrantes. No cabe duda de que la convivencia intercultural puede generar conflictos, pero igualmente la inmigración legal y controlada otorga efectos positivos, entre otros, la reposición de población joven, como podemos ver en este gráfico y tabla que no ofrecen lugar a dudas. Cabe destacar que las principales causas de mortalidad en la actualidad se suelen corresponde con las denominadas “tres ces” esto es; cáncer, coche y corazón, que son consecuencia directa de un modo de vida urbano, en donde el estrés, el sedentarismo y los hábitos alimenticios poco saludables favorecen la aparición de enfermedades cardiovasculares o cánceres. Asimismo, los accidentes de tráfico son una de las principales causas de muerte en España, a pesar de las campañas preventivas de la Dirección General del país. NATALIDAD. Cabe destacar que entre los años 1940 y 1950 hay un descenso evidente de 4 puntos: bajamos del 245,3%o al 20%o. Son los denominados “años de plomo” de la posguerra, del estraperlo, de la cartilla de racionamiento, del hambre, del aislamiento mundial a un gobierno fascista, de la miseria de un país salido de una Guerra Civil cruenta (1936- 1939) que también se ve afectado por los estragos de la II Guerra Mundial. Son tiempos

amargos, marcados por la autarquía económica y la pobreza, lo cual generará un retraso en el tejido productivo y social del país, obligando a muchos españoles a realizar un “éxodo urbano” tras la desaparición o destrucción de muchas ciudades, apelando así al campo para trabajar y sobrevivir, alternativa que tampoco ofrecería muchas esperanzas. Entre los años 1950 y 1960 hay un aumento esperanzador de la T.N.: pasamos del 20%o al 21,6%o. España estaba recuperándose de algunos de los efectos de la Guerra Civil y el aislamiento ya no era total: el franquismo jugaba bien sus bazas en el contexto de la guerra fría (anticomunismo y catolicismo conservador) y tanto USA como el Vaticano entendieron que el régimen franquista podría convertirse en aliado para hacer frente al comunismo en expansión. Tanto Estados Unidos como el Vaticano van abriendo las puertas al régimen franquista en el mundo, favoreciendo así la entrada de España a la ONU en 1955. Con ello, hay una mejora económica y ello se traduce en una mayor tasa de natalidad, favoreciendo que el aumento de matrimonios por parte de los españoles, así como el de número de hijos por mujer (con una media de más de 2,5), que se verá también favorecido por la política pro-natalista del Régimen franquista. A partir de los años 60, tras el “baby boom” de los sesenta, coincidiendo con el desarrollismo español y la consolidación tardía del Estado de Bienestar, la natalidad sufre un gran desplome que se cristaliza en el año 1995, que con un 9,3 por mil, en una de las más bajas del mundo. La caída es especialmente considerable a partir de 1975, año de la muerte del dictador Franco. Se trata de un contexto en donde España se estaba modernizando, la población española iba tomando pautas demográficas “europeas” como el control de natalidad, planificación familiar, el uso de métodos anticonceptivos, la mejora de la educación, inserción laboral de la mujer que veía otras alternativas que no fuera el ser sólo madre, etc. Eso trajo también consigo un cambio de mentalidad y la consideración de que el mantenimiento de un hijo en el espacio urbano se convierte en una realidad que conlleva importantes gastos. Desde 1995 hasta 2007 vemos un repunte de la T.N. Al ascender desde el 9,3%o al 10,7%o. Las razones que lo explican se ven brevemente en el efecto 2000 (voluntad de tener el primer hijo en el Siglo XXI) pero sobre todo debido al “boom

inmobiliario” que generó puestos de trabajo y atrajo a una gran población inmigrante joven con pautas natalistas como las de España en los años sesenta, esto es; muchos hijos por mujer. Son especialmente las parejas inmigrantes las que hacen subir la T.N. Las parejas españolas casi no aportan nada vuelvo a llamar la atención hacia los efectos positivos de la inmigración controlada y legal. A partir del 2005 y hasta 2010 la natalidad vuelve a descender: la crisis económica y la coyuntura socioeconómica de la época se deja notar también en la demografía, aumentando la precariedad y por ende las condiciones para casarse o tener una familia. CRECIMIENTO NATURAL. Si miramos el gráfico y vemos la distancia (espacio libre) que queda entre la línea azul de la natalidad y al línea roja de la mortalidad, podemos ver que la mayor distancia, esto es, el mayor crecimiento natural se da en el año 1960. Entre 1950 y 1960, aumenta el crecimiento natural hasta llegar al “baby boom” de los años 60 . A partir de ahí, la T.C.N. Disminuye hasta llegar al mínimo de 1995. Luego, hay un pequeño y corto aumento hasta 2005, para luego volver a caer ligeramente, coincidiendo con los años de la crisis económica, alcanzando un valor muy bajo (del 8,2 por mil en 2010) para subir ligeramente en 2015 con poco más de nueve nacimientos por cada mil habitantes. CAMBIOS RECIENTES. En el futuro próximo, según los datos estadísticos y como consecuencia de la grave crisis económica iniciada en 2007 la tendencia de la población en España es la disminución del total de la población bajando en Julio de 2015 a unos 46, 5 millones de habitantes. Esta tendencia se debe fundamentalmente a varios aspectos: &Desde el inicio de la crisis actual un número importante de inmigrantes han vuelto a sus países de origen al no encontrar trabajo. &Los jóvenes españoles, especialmente los más cualificados, están emigrando a otros países de Europa en busca de trabajo (el paro es el principal problema al que se está enfrentando nuestro país en la actualidad; más de 4 millones de parados). &También se contempla el incremento

del envejecimiento demográfico por el aumento de la esperanza de vida y crecerá la tasa de mortalidad por el envejecimiento. &El crecimiento natural debido al descenso de la tasa de natalidad y el aumento de la mortalidad se volverá negativo en pocos años. &Las consecuencias de una estructura demográfica envejecida afectan a la actividad económica y al gasto en pensiones, sanidad y cuidados para los ancianos. El incremento del gasto sanitario deriva de que los ancianos consumen más medicamentos y realizan más visitas médicas, creación de residencias de la 3ª edad... Los cuidados y atenciones a la población anciana suponen un aumento de las cargas familiares. P.A.3. Pirámide actual de población de Canarias y comparación con 1960 Pirámide de edades de Canarias. 1960 En los tramos altos de la pirámide que corresponden a la población de más de 60 años, por tanto a los nacidos antes de 1900, el número de mujeres es sensiblemente mayor que el número de hombres. El hecho es general y tiene por causa la sobremortalidad masculina. En el grupo adulto (15 a 59 años), que es el de los nacidos entre 1901 y 1945, la relación de sexos es más equilibrada. Sólo destaca el entrante del tramo de los hombres de 40 a 44 años, que nacieron entre 1916 y 1921 y que fueron movilizados en la Guerra Civil de 1936 a 1939. Son las mismas generaciones que en los años cincuenta del siglo pasado participaron de la corriente emigratoria a América, en especial a Venezuela. El efecto cíclico de la crisis bélica aparece en el grupo de 20 a 24 años, en el que el déficit de nacimientos aparece con claridad en el lado de las mujeres; pero no en el de los hombres. El grupo joven (menores de 15 años), muy numeroso, es resultado de tasas de natalida mantenidas con una fecundidad elevada y que responde al ciclo de política natalista del período de la Dictadura franquista. Se trata de una pirámide propia de una población joven, apoyada sobre una base cada vez más amplia debida a una tasa de natalidad alta, y cuyos tramos superiores se acortan con rapidez como consecuencia de tasas de mortalidad entre el grupo viejo que aún pueden disminuir. Es también una pirámide simétrica en su conjunto, lo que significa que la población está constituida por un número similar de hombres y de mujeres, y en cuyo perfil no aparecen grandes irregularidades. Pirámide de edades de Canarias. 2015 Por su aspecto general es

la pirámide de una población con tasas de natalidad bajas y de mortalidad altas. Corresponde a una población en proceso de envejecimiento por descenso simultáneo de las tasas de natalidad y el aumento de la mortalidad. En relación a los nacimientos su disminución es continua y muy acusada desde 1976 de modo que la pirámide descansa sobre una base que se reduce progresivamente a partir del tramo 20 a 24 años que es el de los nacidos entre 1976 y 1980. La disminución de la tasa de natalidad ha hecho que el grupo joven se haya reducido proporcionalmente. A su vez, las tasas de mortalidad bajas en el grupo viejo alargan los tramos de edades desde los 65 a 69 años en adelante. Es en este grupo donde aparecen las mayores disimetrías en el perfil de la pirámide, lo que es debido siempre a una mayor mortalidad entre los hombres que entre las mujeres. Esta disimetría se compensa con otras menores en los grupos adulto y joven, de manera que en el total de la población el número de hombres y de mujeres es muy similar y, por tanto, la pirámide es simétrica. Finalmente vemos un aumento en las edades de 80 o más y es debido al aumento de la esperanza de vida en España que es superior en mujeres que en hombres y provoca que haya una población envejecida que va en aumento tal y como demuestra las distintas proyecciones de población que se viene realizando. En su perfil no se aprecia huella de ningún hecho demográfico relevante toda vez que los efectos cíclicos de la Guerra Civil se han diluido en el tiempo. Las consecuencias de sobre la población de este tipo pirámide son las siguientes: &La financiación de las pensiones bajo el régimen de la Seguridad Social sufrirá una modificación, debido al menor número de personas activas, que sostienen dicho sistema. &Existirá un importante incremento de gastos relacionados con la salud, debido al progresivo crecimiento del número de ancianos. Ello exigirá un nuevo planteamiento de los recursos sociales para cubrir dicha demanda. &Surgirá un problema de atención para los mayores, debido a que cada vez son más los ancianos no que desean ser acogidos por las familias y buscan instalarse en residencias privadas o públicas, que actualmente son insuficientes. Además esto implica una mayor utilización de recursos para dicho número de ancianos. En el futuro cabe esperar las siguientes carácterísticas para la estructura de la población: A)Por sexos. Seguirá habiendo mayor número de ancianos (siendo mayor la cantidad de mujeres por su mayor esperanzada de vida). B)Por edad. Con respecto a la natalidad, el número de nacimiento sufrirá un repunte sobre todo debido a la progresiva integración de los inmigrantes en nuestro país, que tienen un mayor índice de natalidad que los españoles. También es posible una progresiva recuperación de la natalidad nacional como ha ocurrido en otros países. Con respecto a la mortalidad, también se producirá un repunte originado por la mayor cantidad de ancianos y su mayor esperanza de vida

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