Conceptismo y Culteranismo: Dos Tendencias del Barroco en la Poesía Española

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Conceptismo y Culteranismo: Dos Tendencias del Barroco

El ansia de originalidad y el enfrentamiento personal entre Góngora y Quevedo llevó a la crítica a separar en dos tendencias el estilo barroco: la conceptista, representada por Quevedo, y la culterana, representada por Góngora.

El Conceptismo

Se preocupó más del contenido y recurrió a figuras retóricas del pensamiento como antítesis, paradojas, juegos de palabras, metáforas racionales y, sobre todo, agudezas de ingenio.

El Culteranismo

Persiguió la belleza y la expresión de la forma, por lo que ocultó los contenidos y recurrió a metáforas sensibles, hipérbatos, cultismos y alusiones mitológicas.

Góngora utilizó una base conceptista, utilizando conceptos como antítesis, paradojas, etc. Los conceptistas, por su parte, junto al mayor afecto por las figuras de pensamiento, también recurrieron a los cultismos y a las alusiones mitológicas siempre que les fueron útiles.

Tendencias de la Poesía Culta en el Barroco

La poesía culta barroca continuó con los metros heredados del Renacimiento y la poesía italianizante, y mantuvo el verso endecasílabo, apto para la expresión lírica, y el soneto y la canción como poemas estróficos más peculiares.

Los poetas, por su parte, formaron dos grupos muy distintos:

  1. Los que rompieron el equilibrio clásico entre el contenido y la expresión, es decir, los culteranos, los conceptistas y los que, como Lope de Vega, armonizaron ambas tendencias.
  2. Los que mantuvieron el ideal estético de naturalidad y selección propio del clasicismo renacentista.

Suelen distinguirse en la poesía barroca, por lo tanto, tres tendencias: culterana, clasicista y conceptista.

Lope de Vega: Un Maestro del Barroco

Lope de Vega (1562-1635) recurrió a las formas más diversas, armonizando la brillantez culterana y la sutileza conceptista. Compartió con Góngora y Quevedo la grandeza barroca. De profunda formación humanística, Lope tuvo una existencia llena de desasosiegos, provocados por sus pasiones amorosas, humanas o religiosas. Mientras en su época se disociaba la creación poética de la experiencia vital, él fundió en una realidad la vida y la poesía.

Su amplia obra poética fue variada:

  • La poesía lírica: de gran belleza formal, síntesis de la tradición culta de los cancioneros y la renacentista latinizante. Destacó en los temas religiosos: Soliloquios, Rimas Sacras, Triunfos divinos.
  • La poesía épica: La Dragontea, La hermosura de Angélica o La Jerusalén conquistada.
  • La poesía satírica y burlesca: como muestran Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos.
  • La lírica de tipo popular: de gran riqueza rítmica y perfección en la sencillez y la espontaneidad.

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