Comportamiento y trato adecuado con caballos

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Qué significa que el caballo es un animal gregario

El espíritu gregario o instinto de manada que posee este animal. En su estado salvaje y natural iban en grupos numerosos.

Comenta cómo puede afectar en el trato con el caballo sus características siguientes:

La inteligencia ha derivado en la especial relación con el ser humano. Además es un animal muy curioso, relaciona cada cosa nueva con experiencias pasadas.

Asustadizo ante cualquier objeto distinto, un gesto nuestro, un charco, levantar la silla, gritar, etc. Esto condiciona en gran medida nuestra relación con él. Nunca debemos imponer nuestra voluntad con métodos agresivos, pues no nos va a hacer caso.

Necesidad de aprecio para que confíe en nosotros, demostrándole que nosotros le mandamos, pero no bruscamente.

Su sistema nervioso en la parte delantera de su cuerpo, más racional. En cambio la posterior está ligada a una parte más instintiva, provocado por la poca percepción que tiene éste de esta parte, al no verla. Eso provoca respuestas más irreflexivas (coces), cuando se siente amenazado por detrás. Incluso la naturaleza ha dotado.

Su capacidad de aburrimiento intentando así asemejarse lo más posible a su estado natural de libertad. De esta forma no se desequilibraría psicológicamente, teniendo conductas extrañas y posibilidad de enfermar.

Cómo debe ser nuestro trato correcto con el caballo

Hablar con tranquilidad y no chillar en el box.

Tratarlo con suavidad pero con firmeza a la vez.

Evitar movimientos bruscos, pues se asustan con facilidad.

Hablarle antes de tocar al caballo o de acercarnos.

Repetir mucho las palabras, pues se familiariza pronto con lo que se le dice con frecuencia.

Al acercarse, no lo haremos por detrás, sino por la espalda y lo acariciaremos.

No dejar nunca libre un caballo, siempre con la cabezada correcta.

Llevarlo del lado izquierdo es decir por nuestra derecha, también pondremos la silla y la cabezada por la izquierda.

Demostrar cariño al equino en las tareas comunes.

Describe brevemente las capacidades sensoriales del caballo:

Vista: El caballo distingue bien colores y movimientos, pero no las sombras. No ven demasiado bien de cerca, en cambio, pueden detectar un pequeñísimo movimiento en el horizonte, pues podría ser un depredador acechando. Sus lentes no enfocan igual que nosotros, sino que cambia la posición de la cabeza para ver de cerca o de lejos.

Oído: Es muy agudo y distingue los tonos de voz. Tiene miedo a los ruidos fuertes (gritos, disparos), que le pueden hacer tener una respuesta rápida y difícil de controlar. Las orejas tienen movimiento independiente y una posibilidad de giro de 180 º.

Tacto: El caballo posee gran sensibilidad en cuello, costillas, extremidades y sobre todo en la cabeza. Por ello hay que poner especial cuidado al cepillar y lavar. Pero donde más tienen es en la lengua y labios. Por ello la persona que monta depende de su sentido del tacto, ya que éstos responden al aplique o retirada de presión en diferentes zonas de su cuerpo. Con las piernas pasamos de un aire a otro y con la embocadura giramos o lo detenemos. Puede ocurrir que si aplicamos demasiada presión que le haga incluso daño, el caballo aprende a ignorar el dolor (“sordo” a la presión) y se empeora su comportamiento.

Olfato y Gusto: Estos sentidos están muy relacionados. Conocen a la gente y a sus similares por el olor y detestan ligeros cambios en el sabor. Huelen además su casa desde una gran distancia.

Equilibrio: Superior al del ser humano. Tiene mucho peso repartido en apoyos muy pequeños.

Navegación: Posee un gran sentido de orientación, pudiendo volver al recinto de forma fácil.

Describe cómo se pueden interpretar estas actitudes o comportamientos del caballo:

a. Cólico: Se revuelca sin parar, está inquieto, se tumba y se levanta continuamente, no come. Se mira la barriga de forma constante. Si tiene los ojos apagados puede estar enfermo.

b. Relajado: Su belfo está suelto y colgando.

c. Inquieto: Si relincha.

d. Según la posición de la cola: Levantada o en movimiento, nervioso. Metida desde el ano, miedo. De lado y levantada, inquieto por insectos o moscas. Si está caída, relajación. Si hace el “caballito” postura de ataque.

Describe las posibles reacciones del caballo según la posición de sus orejas.

Orejas hacia delante relajadas: Caballo interesado en lo que hay en frente de él.

Orejas hacia atrás, pero relajadas: Prestando atención al jinete o a algo de detrás.

Orejas rígidas hacia el frente: Está nervioso y preocupado por lo que pueda haber delante.

Orejas caídas y relajadas: Muy calmado o incluso durmiendo.

Orejas pegadas a la nuca: ¡Violentamente enfadado y dispuesto a la pelea!

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