Comparación Filosofía

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 7,1 KB

Puede extrañar que se compare el pensamiento de dos filósofos tan alejados en el tiempo, sin embargo, entre Platón (s. V-IV a. C.) y Marx (s. XIX), existen varias semejanzas: ambos pensadores son profundamente críticos con la sociedad en que les tocó vivir. También ambos coincidieron en implicarse no sólo teóricamente sino también en la práctica, en las reformas políticas de su tiempo: en el caso de Platón intentando hacer realidad su proyecto político como consejero del rey de Siracusa y en el caso de Marx, compatibilizando sus investigaciones teóricas con la actividad revolucionaria (fundando la Liga de los Comunistas o la Iª Internacional del movimiento obrero, por ejemplo).

Sin embargo, a pesar de las notables diferencias contextuales, ambos autores tienen en común proponer un pensamiento político que promueve una utopía ética del Estado Justo, es decir, aunque con diferencias de planteamientos y formas, ambos coinciden en intentar organizar la sociedad para que reine la justicia, aunque partiendo de dos concepciones diferentes de justicia.

Platón, intenta explicar la realidad recurriendo a su “Teoría de las Ideas": la realidad parte de las esencias inalterables y eternas (Mundo de las Ideas) que son imitadas de forma imperfecta por las cosas concretas, cambiantes y sensibles (Mundo sensible), defendiendo, de este modo, una teoría idealista. Considera, por tanto, las Ideas como principio del ser y del conocer, considerándolas la auténtica realidad. Marx, al contrario, elabora una teoría materialista, tachando a las filosofías idealistas de abstractas e irreales. Él defiende una teoría que parte de las necesidades materiales del hombre real y huye de abstracciones idealistas. Marx pretende hacer ciencia basándose en hechos concretos. En cambio, Platón se basa en las Ideas, imperceptibles a los sentidos, pero auténtica realidad accesible desde la razón y, por tanto, cognoscibles desde la ciencia

En el caso de los conceptos ético-políticos, Platón atribuyó a tales conceptos el estatuto de Ideas, es decir, las acciones justas que realizamos participan de la idea de Justicia, los buenos consejos imitan la idea de Bondad… Marx, por su parte, piensa que la justicia, la bondad, la virtud… son conceptos ideológicos, es decir, deformaciones de la realidad puestas al servicio de los intereses de la clase social dominante. En el caso de la época de Marx tales conceptos, a su juicio, no serían más que manipulaciones de los capitalistas para legitimar su explotación de las clases menos favorecidas. Esto nos permite comparar el falseamiento de la realidad característico de las ideologías (Marx) con las sombras del “mito de la caverna” platónico, que también lleva a confundir lo real con lo falso a todos, salvo al prisionero que se libera de las cadenas (filósofo) para ascender lentamente hacia el conocimiento verdadero, lo que logra, finalmente, al salir fuera de la caverna. Esto nos permite diferenciar, a su vez, la labor del filósofo para Platón y para Marx. Mientras que para el primero, el filósofo debe teorizar para buscar la Verdad y la Felicidad, para el segundo la labor fundamental de filósofo consiste en transformar la realidad, no interpretarla falsamente, para traer la felicidad a la Tierra para todos en condiciones de igualdad (ideal de la sociedad comunista). Resulta curioso observar cómo a pesar de las grandes diferencias ambos consideran la labor política fundamental para lograr la felicidad humana. Sin la política adecuada que organice y/o transforme la sociedad de modo justo no es posible ser feliz.

Platón otorga al filósofo-sabio una función fundamental en la sociedad: se divide la sociedad en tres grupos sociales: el primero, y jerárquicamente superior, es el grupo de los filósofos-sabios cuya función principal es gobernar; a continuación estaba el grupo de los guardianes, que se encargaban de la protección de la sociedad; y, finalmente, un grupo inferior que está formado por los productores (pueblo) que se encargan de proveer a todos de bienes materiales para sobrevivir. Tal división se fundamenta en la naturaleza de cada individuo, dado que Platón parte de la idea de que no somos iguales por naturaleza y, por tanto, debemos cumplir diferentes funciones en la sociedad. De este modo, Platón legitima una sociedad donde reine la desigualdad, pero donde cada grupo social ha de cumplir con su función como parte de un todo. La propuesta filosófica de Marx, en cambio, lucha contra la desigualdad que ha prevalecido en las diferentes etapas de la historia de la humanidad y, especialmente, en la sociedad burguesa. Por eso, frente a la explotación del hombre por el propio hombre, Marx apuesta por la igualdad, como ideal de justicia. Marx, asegura que tenemos diferentes cualidades pero todos somos esencialmente iguales y la sociedad debe organizarse teniendo como base esa igualdad. Rechaza, por tanto, la existencia de clases sociales, porque esto históricamente ha generado la división entre explotadores y explotados y la consiguiente lucha de clases. También rechaza Marx la división entre trabajos intelectuales y manuales, por considerar que son el origen de los falseamientos ideológicos de la realidad. Platón, sin embargo, disiente notablemente de esta idea considerando que los más sabios han de dedicarse al trabajo intelectual y los menos aptos se dedicaran a las labores manuales.

Marx, que considera que el motor de la Historia es la lucha de clases, divide la sociedad capitalista en dos clases enfrentadas, con intereses antagónicos: los explotadores capitalistas, dueños de los medios de producción y los explotados o proletarios. Las actividades de ambos son al igual que su posición, distintas. Tal desigualdad en el trabajo realizado y en el acceso a las propiedades y riquezas es valorada muy negativamente por Marx. La sociedad ideal de Platón, sin embargo, es estructuralmente desigual. A seres de diferente naturaleza les corresponden diferentes funciones sociales, siendo todas necesarias, de igual manera que en un cuerpo la mano necesita del cerebro y viceversa, pero no siendo todos iguales. Por tanto, para que se logre la justicia cada grupo social ha de cumplir con su función propia, evitando el desorden.

Aunque Platón afirme la desigualdad, su modelo de sociedad se caracteriza por ser una aristocracia del conocimiento, que no debe confundirse con una aristocracia de títulos nobiliarios o poder despótico o acaparación de propiedades y riquezas en manos de los poderosos. De hecho, algo en lo que llama la atención la coincidencia entre Marx y Platón es en la supresión de la propiedad privada, aunque en el caso de Platón fuese una medida que sólo afectaría a unas determinadas clases (gobernantes y guardianes), curiosamente, los que tienen poder, para evitar que el egoísmo se apodere de ellos y confundan lo que es de todos con lo suyo. Se trata, por tanto, de una medida que trata de evitar la corrupción política. Marx, por su parte, adopta una posición más radical asegurando que los medios de producción deben ser propiedad colectiva, para evitar la explotación de unos hombres por otros.

Entradas relacionadas: