Que comercializaban los griegos

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EL DRAMA EN Grecia: TRAGEDIA Y COMEDIA
I INTRODUCCIÓN
El origen del teatro en Grecia se remonta a unos cantos y bailes que realizaban un grupo de personas con motivo de una festividad o celebración. Poco a poco estas danzas fueron acompañadas de gestos o intervenciones de algunos personajes entre quienes surgíó la figura del protagonista.
Los subgéneros del teatro son la tragedia y la comedia aunque también existían los dramas satíricos.
Para algunos autores, tragedia y comedia tuvieron orígenes diferentes. La tragedia derivaría del ditirambo, canto en honor de Dioniso, y la comedia de los cantos fálicos, cantos entonados durante unas procesiones, en honor también de Dioniso, en que se portaba un falo, símbolo de fecundidad, en medio de cantos y danzas. Esta teoría es la más tradicional y parte de Aristóteles. Para explicar la etimología de la palabra tragedia, τραγῳδία (τράγ&ómicron;ς, macho cabrío, ᾠδή, canto), canto del macho cabrío, se supone que el coro que cantaba el ditirambo debía estar formado por sátiros disfrazados de machos cabríos (τράγ&ómicron;ι). Respecto a la comedia, Aristóteles la deriva del κῶμ&ómicron;ς (κωμῳδία), cortejo que cantaba en las fiestas dionisíacas.
II LA TRAGEDIA: ESQUILO, SÓFOCLES Y EURÍPIDES
La tragedia escenificaba un conflicto entre el individuo y la sociedad, entre el ser humano y la divinidad o un conflicto interno del hombre consigo mismo. Este conflicto se ejemplarizaba en un personaje mítico.
Desde el punto de vista formal constaba de un prólogo, el canto inicial del coro (párodo), los episodios (suelen ser cuatro), los cantos del coro a modo de entreacto después de cada episodio (estásimo) y la salida del mismo cantando (éxodo).
Los personajes son el protagonista, el antagonista y los secundarios, ajustados a una tipología (mensajeros, nodrizas, sirvientes...).
Los principales representantes de la Tragedia en Grecia son Esquilo, Sófocles y Eurípides.
Esquilo (siglos VI/V a.C.) Aumentó el número de personajes a dos y fue el introductor en el teatro de la Trilogía, tres obras de un mismo tema, tratado cronológicamente. El elemento fundamental de sus obras es el coro, integrado por doce coreutas, que ocupaba casi la mitad de cada una de sus obras. Ello hace que la acción en sus obras sea lenta, al estar subordinados los diálogos entre los actores a los cantos líricos del coro. Su obra está marcada por un hondo sentimiento religioso, donde la justicia de Zeus preside el orden del mundo frente al atrevimiento del ser humano que lo hace caer en u(/brijque lo arrastra a un inevitable castigo, no sólo a él, sino también a sus descendientes a manos de Δίκη, vinculada al destino, Μ&ómicron;ῖρα. Esquilo propone la σωφρ&ómicron;σύνη, la prudencia, como ideal de vida. La divinidad es el motor del mundo frente al hombre. Esquilo es un autor difícil de leer y entender tanto por su elevado lenguaje como por las expresiones oscuras. Conservamos siete tragedias suyas, Persas, única que trata un tema histórico y primera tragedia griega conocida, tres que pertenecen a otras trilogías, Siete contra Tebas, Suplicantes, Prometeo encadenado y la trilogía Orestia, que escenifica los sucesos desde el regreso de Agamenón de Troya, su asesinato a manos de su esposa Clitemnestra y su amante Egisto, la llegada de su hijo Orestes que da muerte a los asesinos y la posterior persecución del matricida a manos de las Erinias hasta que es
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absuelto en el Areópago por Atenea. En esta obra aparece en alto grado el pa/Joj, el dolor y el sufrimiento del protagonista.
Sófocles (siglo V a.C.) Vivíó en la época de Pericles y la guerra del Peloponeso, que supuso el fin de la hegemonía ateniense sobre Grecia. Participó activamente en la vida pública de Atenas y mantuvo amistad con la elite intelectual y política del momento. Es el introductor del tercer actor en escena lo que provoca una mayor fluidez en el diálogo y aumentó el número de coreutas a quince, a la vez que disminuía la importancia del coro. Se le ha atribuido la creación de la σκην&ómicron;γραφία, es decir, la preocupación por dotar a sus obras de unos decorados adecuados a las mismas. Se le atribuyeron ciento veintitrés tragedias pero en la actualidad sólo se conservan siete, Áyax, Filoctetes, Edipo Rey, Edipo en Colono, Antígona, Electra y Traquinias. Todas ellas pertenecen al ciclo troyano y tebano. Este autor avanza con respecto al primero otorgándole a los héroes un papel más equilibrado con respecto a la divinidad, creando al héroe trágico, un ser humano que sirve de modelo a los demás pero que, cuando alcanza su mayor fama, se precipita a las mayores desgracias, debíéndolas afrontar en medio de una gran soledad. En sus obras trata la honra, el amor filial sobre el legal, la búsqueda de la verdad y las obligaciones de los hijos; asimismo resaltan el papel de las mujeres, que alcanzan la misma dignidad que los hombres.
Eurípides (siglo V a. C:) Es unos años mayor que el anterior pero fue un adelantado para su época dándole un gran impulso al teatro en el que el centro es el hombre frente a la divinidad que, a veces incluso, se manifiesta injusta por lo que critica a la religión tradicional. Sus personajes se debaten en conflictos psicológicos. Se conservan de sus noventa y cuatro tragedias, dieciocho y un drama satírico, El Cíclope, aunque dos de sus piezas, Helena y Alcestis, pueden considerarse también dramas. Sus obras pueden clasificarse en varios grupos según su temática: Tragedias de tema amoroso (Medea, Alcestis, Hipólito), de tema bélico (Ifigenia en Áulide, Ifigenia en Táuride, Helena, Reso, Electra, Orestes, Andrómaca, Hécabe, Troyanas, pertenecientes al ciclo troyano, y Suplicantes y Fenicias, al tebano), de tema legendario (Heracles, Heraclidas, Ión, Bacantes). El prólogo se convierte en él en un elemento bien definido, casi independiente del resto de la obra. Su función es poner en antecedentes al espectador y a veces incluso adelantar el desenlace. Es expuesto por un solo personaje. De aquí proceden los prólogos explicativos que veremos en la comedia. Eurípides se mostró en cierta medida pacifista cuando Atenas y Esparta estaban inmersas en la guerra del Peloponeso. Disminuye aún más la importancia del coro, que se convierte casi en un intermedio musical. Utilizó con frecuencia el procedimiento deus ex machina. Demostró un gran dominio en la creación de caracteres. Sus personajes no son figuras ideales, sino que son seres cambiantes. Dio a la mujer un protagonismo mucho mayor del que había tenido antes; las heroínas trágicas son comparables a los héroes. En cuanto a la lengua, la suya es una lengua natural y fluida con expresiones coloquiales.
III LA COMEDIA: ARISTÓFANES Y MENANDRO
La Comedia se cultivó más tarde que la Tragedia, desde el siglo V hasta mediados del III a. C. Y sufríó una serie de cambios al igual que la situación política. Se suele distinguir entre Comedia Antigua y Nueva; de la primera el mayor representante es Aristófanes y de la segunda Menandro.
La Comedia Antigua coincidíó con la democracia ateniense y fue política, en la que se trataban temas de forma cómica que afectaban a la vida ciudadana y denunciaba a personas o situaciones del momento. Aristófanes (siglos V/IV a. C.) destacó por el empleo de la ironía y el humor; sus temas preferidos fueron el pacifismo, la lucha de
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sexos, el feminismo, la utopía, las desigualdades económicas, la educación, la parodia a políticos, como Cleón, o poetas, como Eurípides, en especial por atacar a las mujeres, y la sexualidad. Utilizó un vocabulario que nos permite conocer numerosas profesiones, mercancías, pescados, verduras y aves; emplea los juegos de palabras para provocar la risa, la grosería y numerosos términos para las diversas necesidades fisiológicas. De su abundante producción se han conservado once comedias, Acarnienses, Caballeros, Las nubes, Las avispas, La paz, Las aves, Lisístrata, Tesmoforias, Las ranas, Asambleístas y Pluto. En Aristófanes el papel del coro pierde importancia.
La Comedia Nueva coincidíó con la hegemonía de Filipo y Alejandro en detrimento de Atenas. Al aparecer la censura, la comedia no podía tratar temas sociales y políticos sino que se redujo a la vida cotidiana e intrascendente. Es la comedia de enredo, que trataba sobre los engaños de los sirvientes a sus amos, los amoríos de los jóvenes, las discusiones familiares. Aparecen personajes prototipos, el adulador, el enamorado, el misántropo, el misógino, el esclavo astuto, entre otros. El coro pierde importancia en ella irrumpiendo para danzar y separar la obra en actos. Se consolidó un tipo de prólogo explicativo, expuesto por un personaje que luego ya no volvía a aparecer en la obra. En ella se abandona también el lenguaje vulgar y obsceno propio de la Comedia Antigua y es sustituido por un tipo de habla urbana, en la que no faltan normas de buena conducta. A Menandro (siglos IV/III a. C.) se le atribuyeron más de cien comedias aunque están todas perdidas, conservándose fragmentos de Arbitraje, Escudo, La trasquilada, el misántropo y Samia.
La Comedia Nueva ejercíó una gran influencia en la literatura romana en autores como Plauto y Terencio que nos permiten conocer la trama de las mismas.


LA ÉPICA EN Grecia: Homero Y HESÍODO
I INTRODUCCIÓN
La épica en Grecia es uno de los géneros literarios de mayor antigüedad y a ella pertenecen las primeras obras de la literatura clásica europea.
Se remonta a una tradición oral del Siglo XII a.C. En la época micénica, pero, al no existir todavía una literatura y una lengua formada, estos poemas, que eran cantados, se transmitían mediante los aedos. Posteriormente con la adaptación del alfabeto fenicio por parte de los griegos a partir del siglo VIII a.C. Empezaron a ser recitados al ritmo de un bastón por los rapsodas y además empezaron a escribirse.
Los primeros poetas reconocidos fueron Homero y Hesíodo.
II Homero
Se ha dudado de la existencia de Homero como personaje histórico. A él se le han atribuido una serie de obras pertenecientes al ciclo troyano pero en la actualidad sólo hay constancia de su paternidad en la Ilíada y en la Odisea.
La poesía de Homero tiene todas las carácterísticas de la épica clásica, tanto en forma como en contenido. Formalmente, sus obras comienzan con una invocación a las musas; presenta epítetos prototipos de héroes o dioses, por ejemplo para designar los ojos de la diosa Atenea emplea el adjetivo “de ojos glaucos”, para explicar la velocidad de Aquiles “el de los pies ligeros” o define a Odiseo como “de mucho ingenio” o de “muy astuto”; estos procedimientos eran muy utilizados en la poesía de transmisión oral. Aparecen escenas repetidas, que se ajustan al mismo esquema (combates singulares, banquetes, juegos fúnebres, realización de sacrificios...). El metro empleado por la épica a partir de Homero será el hexámetro.
La temática de la épica era resaltar el papel de la raza de los héroes, que eran mortales, pero que, aun sabiendo ellos que iban a morir en combate, buscaban la gloria y la fama con las armas. Otro rasgo importante de la épica es la intervención de los dioses que hacen de los héroes simples marionetas ya que no son dueños de su destino. La escenificación de los combates siguen un mismo modelo, la preparación del mismo, el desarrollo del combate, a veces singular, y su resultado.
La crítica tradicional ha dividido estas dos obras en veinticuatro rapsodias o cantos.
La Ilíada trata de la cólera de Aquiles que en el último año de la guerra de Troya decide por rencor abandonar a sus compañeros en la lucha porque había sido ofendido por el rey Agamenón al arrebatarle a su cautiva-amante Briseida. Aquiles solo volverá al combate cuando Héctor acabe con Patroclo, su amigo, que había decidido aparecer en el combate con las armas de su amigo para detener la derrota griega. Aquiles para vengarlo matará a Héctor en el combate y. A su pesar, habrá de devolver su cuerpo a su padre Príamo. Los personajes en el bando griego más importantes son Aquiles, buscador de gloria pero a veces ciego por su soberbia, pero sin caer en la u(/brij, y sobresalía por su fidelidad con sus amigos; Agamenón, jefe de la expedición que buscaba sobre todo el poder que ejercía a veces de forma tiránica; Menelao, esposo de
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Helena que sin embargo no participaba activamente en las batallas y a veces se muestra cobarde, estando siempre a la sombra de su hermano Agamenón; Patroclo destacado por su bondad y sacrificio hacia los suyos; Áyax Telamonio que sobresalía por su fuerza en la lucha; Néstor, el más anciano, destacado por su sabiduría en las asambleas y por sus consejos; Diomedes, muy valeroso y audaz llegando incluso a herir a la diosa Afrodita, es el complemento de Áyax y Odiseo que sobresale por el manejo de su lanza y por su sagacidad e interviene para evitar la retirada de los griegos.
En el bando troyano destacan el rey Príamo, que, pese a no intervenir en ninguna batalla por su avanzada edad, está atormentado cada vez más al ver la muerte de sus súbditos y de su propia familia; Héctor, convertido en el sostén de Troya y, aunque sospecha que su muerte está próxima, se enfrenta a Aquiles; París que tiene una actitud muy semejante a la de Menelao, rehúye el combate y está a la sombra de su hermano Héctor; Hécabe, esposa del rey Príamo, que siente temor por la muerte de sus hijos y Andrómaca, esposa de Héctor que antepone su amor hacia su esposo, que presagia y llora su muerte.
La figura de Helena permanece siempre pasiva, a merced del destino.
Por parte de los dioses, Apolo, Poseidón y Afrodita favorecen a los troyanos mientras que Hera y Atenea a los griegos y Zeus se mantiene neutral, haciendo cumplir el destino.
La Odisea narra las aventuras de Odiseo en el Mediterráneo cuando regresaba a su patria tras la victoria en Troya, el viaje de su hijo Telémaco en busca de noticias de su padre (Telemaquia) y la venganza de ambos dando muerte en Ítaca a los pretendientes de Penélope. Algunos piensan que en realidad es una obra que refunde los tres bloques, en principio independientes. Estaría enmarcada dentro del grupo de obras que tratarían el regreso de los héroes, los Nostoi. El poema comienza in medias res, en el palacio de Calipso. Los personajes más relevantes son los protagonistas Odiseo y su hijo Telémaco. El primero sobresale por su astucia, en especial en los episodios con el brutal Polifemo, los lestrigones y las Sirenas; ante todo desea regresar a su patria para vivir con su esposa Penélope incluso despreciando la inmortalidad que le ofrecíó la ninfa Calipso si permanecía con ella. También evitó los hechizos de la maga Circe, que le aconsejó que visitara los infiernos, donde conocería mediante el adivino Tiresias su destino. Con su habilidad sorteó los peligros de Escila, Caribdis y las Sirenas mientras que supera las tentaciones en el país de los comedores de loto y no come la carne de las vacas de Helios. Tiene una gran capacidad para resistir las adversidades, dolores físicos y morales. Telémaco interviene en la obra primero averiguando el paradero de su padre, ya que su reino era dilapidado por los pretendientes que intentaban casarse con Penélope y en la segunda parte de la obra ayuda a su padre a dar muerte a los pretendientes que, entregados al festín y a la vida placentera en palacio representan a los principales nobles de las islas próximas a Ítaca, y a los sirvientes que lo habían traicionado (Melantio). Otros, en cambio, se han mantenido fieles (Eumeo, Filetio y Euriclea). Penélope, la esposa de Odiseo, es presentada como el prototipo de fidelidad; destaca por su esperanza de volver a ver a su esposo y por su ingenio ya que, para evitar tener que elegir a un pretendiente deshacía la prenda que confeccionaba durante el día
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porque había prometido que elegiría a un pretendiente como esposo cuando terminara esa prenda. Otros personajes secundarios son el rey de los feacios Alcínoo, en cuyo palacio el héroe relata sus peripecias, y su hija Nausícaa que ayudaron a Odiseo a regresar a su patria. En cuanto a los dioses Atenea favorece y protege a Telémaco y a Odiseo, Eolo trata de ayudarlo mientras que Poseidón intentará destruir al héroe para vengar a su hijo Polifemo, provocando tempestades.
III HESÍODO
Hesíodo vivíó en la misma época que Homero e incluso hubo un certamen entre ellos. Es el autor de una Teogonía de la que conservamos alrededor de mil versos. Se puede dividir en varias partes; un Proemio (nacimiento de las Musas), una Cosmogonía (Caos, Gea y sus descendientes), una Teogonía primaria (los Titanes y su descendencia) y otra secundaria (los descendientes de Zeus), y el triunfo de Zeus.
Su obra comprende desde el nacimiento de los primeros dioses hasta la toma del poder por parte de Zeus destronando a su padre Cronos. La Teogonía está llena de genealogías y es considerada el primer manual de mitología. También conservamos de modo fragmentario el Catalogo de Mujeres o Eeas, que parecían haber sido la continuación de la Teogonía, donde aparecían genealogías de heroínas.
Hesíodo además compuso Los trabajos y los días aunque está encuadrada dentro de la poesía didáctica.
IV INFLUENCIA DE LA ÉPICA GRIEGA
La influencia de la épica de Homero es trascendental en este género literario pues toda la poesía épica griega posterior sigue sus modelos como la Argonautica de Apolonio de Rodas. En Roma ejercíó su influencia en Virgilio y en la Edad Media circularon versiones sobre la guerra de Troya, principalmente en Francia, entre las que destaca Le Román de Troie de Benoit. Incluso la temática de Troya se divide en tres bloques, Antehomerica, Homérica y Posthomerica, las primeras obras tratarían desde las causas de la guerra hasta la cólera de Aquiles. El segundo apartado abarcaría el espacio de la Ilíada y el tercero desde la muerte de Héctor hasta la caída de Troya.


LA LÍRICA EN Grecia
I INTRODUCCIÓN
En la Ilíada y Odisea ya aparecen elementos de una lírica popular de transmisión oral, como el peán en honor de Apolo, el treno en el funeral de Héctor, las monodias cantadas por Nausícaa o el aedo Demódoco, que celebraba el adulterio de Afrodita y Ares. En un principio estos aedos simultaneaban épica y lírica hasta que se especializaron en la última.
La Lírica, que deriva de la lira, el instrumento musical que acompañaba al canto, se desarrolla desde el siglo –VII hasta finales del –VI. En los concursos de las fiestas de ciudades importantes se dieron a conocer los artistas que crearon la lírica griega. Esta lírica nace en contacto con Asía Menor, como demuestra que los poetas míticos, Olimpo, Orfeo o Támiris, eran originarios de aquellos lugares.
Es una poesía que se conserva en la mayoría de los casos fragmentariamente y que en ocasiones era de encargo por lo que el poeta se aleja de la intención actual. Tradicionalmente la Lírica se ha dividido en dos bloques, la Monódica y la Coral.
II LÍRICA MONÓDICA
Como su nombre indica, era cantada por un solo intérprete durante los banquetes o reuniones de amigos. La monodia fue lo primero que se fijó por escrito.
Se divide en tres grupos, mélica, yámbica y elegíaca.
Los poetas más representativos de la mélica son Safo de Mitilene, Alceo, vinculados a Lesbos, que emplean el dialecto eolio, y Anacreonte de Teos, exponente principal de la poesía mélica jónica, que utiliza el jonio. Estaba acompañada de la lira.
Safo (siglo –VI), es considerada la primera poetisa de Occidente. De su poesía, destinada a las reuniones de mujeres de su círculo, se conservan algunos fragmentos y su Himno a Afrodita. Su biografía está repleta de datos legendarios como su supuesto suicidio por un fracaso amoroso. Safo trató del amor, la presencia o ausencia de la persona amada, los celos enfermizos, la infidelidad, la desesperación y la nostalgia. También se defendía de sus rivales, entre quienes estaba Andrómeda. Ejercíó una gran influencia en la lírica latina, en especial en Catulo.
De Alceo, contemporáneo de Safo, se conservan algunos fragmentos. Ataca a sus rivales y describe el ambiente aristocrático. Ejercíó su influencia en el romano Horacio. Anacreonte (siglos –VI/-V) vivíó casi noventa años y compuso poesía como medio de vida. Su obra trata sobre los placeres de la vida, los problemas de la vejez, los banquetes y el vino y el amor; también era partidario de mantener la estructura social tradicional, encabezada por la aristocracia, y recelaba del ascenso de otras clases.
La yámbica, llamada así por el metro empleado, el yambo, iba acompañada de la flauta. Empleaba el dialecto jonio. Los poemas son breves y su temática variada, consejos,
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burlas, reproches, alabanzas a los dioses y sentimientos amorosos. Sus principales cultivadores son Arquíloco, Semónides e Hiponacte de Éfeso.
Arquíloco (siglo –VII) estuvo muy influenciado por Homero pero rompíó con los héroes épicos.
De Semónides (siglo –VI) se conserva el Yambo a las mujeres en el que desarrolló su extrema misoginia al comparar los diversos tipos de mujeres con animales, siendo la única virtuosa la comparable a la abeja.
Hiponacte (siglo VI) defendíó a los marginados y a las capas más bajas de la sociedad, lo que representaba una gran diferencia con el resto de poetas. Su lenguaje estaba salpicado de palabras procedentes de Asía Menor, de donde procedía.
La poesía elegíaca iba acompañada también de la flauta y el metro utilizado es el dístico dactílico por lo que puede derivar de la épica. Su temática es muy variada, desde los consejos y reflexiones éticos hasta la exaltación a la guerra. Entre sus representantes destacan Tirteo, Solón, Mimnermo y Teognis.
Tirteo (siglo –VII) defendía la fama, la muerte gloriosa, el ejemplo de los antepasados, el apoyo al compañero, temas que representaban los ideales de su natal Esparta.
Solón (siglos –VII/-VI) fue un poeta, legislador y político ateniense. Sus versos animaban al diálogo, a la moderación y al equilibrio. Justifica sus actuaciones políticas e ideales, pidiendo a las Musas protección para Atenas. Consideraba la vejez como la culminación de experiencias y dividía la vida en diez etapas de siete años cada una, explicando los rasgos de cada una de ellas.
Mimnermo (siglo –VI) trataba sobre la fugacidad de la vida, de la juventud perdida y de la terrible vejez, que la consideraba peor que la muerte. Era opuesto, así pues, a Solón. Teognis (siglo –VI) compónía sobre el odio, el vino, la amistad, la patria y los valores tradicionales de la aristocracia frente a los nuevos ricos, incultos y ambiciosos. Se le atribuyen unos 1500 versos aunque algunos son de fecha posterior.
III LÍRICA CORAL
Cantada por un coro, estaba destinada a las festividades. Su elemento básico era el mito. Existían varios subgrupos según el motivo de la composición o del Dios o héroe a la que estaba dedicada:
Peanes. Himnos en honor del Dios Apolo.
Ditirambos. Cantos acompañados de danzas en honor de Dioniso. Partenios. Cantos procesionales de muchachas.
Epitalamios. Cantos nupciales.
Epinicios. Odas en honor de los vencedores en competiciones atléticas. Trenos. Cantos de dolor.
El dialecto empleado era el dorio, asociado al Peloponeso y sus metros son muy complejos.
Los principales representantes son Alcmán, Estésícoro, Íbico, Simónides, Píndaro y Baquílides.
Alcmán (siglo –VII) representaba el lado delicado de Esparta, opuesto a Tirteo. En los


Estésícoro (siglo –VII) es considerado como un poeta puente entre la lírica, la épica y la tragedia por la temática de sus fragmentos. El mito está en el centro de su obra, como lo demuestran algunos títulos de sus composiciones, Helena, Gerioneida, Destrucción de Troya, Cerbero y la Caza del jabalí de Calidón. El mito le interesa en la medida en que forma parte de la tradición y se aprovecha en las fiestas y celebraciones populares.
Íbico (siglo –VI) de sus primeros poemas de temática mítica pasó a una poesía erótica e íntima.
Simónides (siglos –VI/-V) mostró gran variedad de temas y trató todos los tipos de lírica coral, siendo el iniciador del epinicio. Conjugó el ideal aristocrático con el pre- democrático.
Píndaro (siglos –VI/-V) es el único poeta del que conservamos obras completas. El dialecto que empleó es el dórico y su métrica muy complicada al igual que su lengua. Su obra Epinicios está dividida en cuatro partes, según la competición aludida, Olímpicas, Píticas, Nemeas e Ístmicas, los juegos Olímpicos, los Píticos, Nemeos e Ístmicos. Todos sus cantos guardaban la misma estructura; al principio aparece una referencia al vencedor y su familia, luego trataba de relacionarlo con algún personaje mitológico y por último había una sentencia (gnw/mh) en la que aconsejaba la sensatez
y la virtud a los mortales para no caer en u(/brijporque los dioses rigen la vida de los humanos. Para él los hombres habían de tener pensamientos de mortales. Su personaje favorito fue Heracles.
De Baquílides (siglo –V) se conservan quince epinicios y seis ditirambos. 


LA HISTORIOGRAFÍA GRIEGA
INTRODUCCIÓN
En el siglo –VI en Jonia, en Asía Menor, surgieron los primeros historiadores griegos, llamados logógrafos, que crearon relatos en prosa de carácter genealógico, historias locales, descripciones geográficas, reelaboraciones de mitos y sucesiones de hechos pasados; todo ello carecía de rigor contrastado aunque predominaba cierto afán racionalista. Conocemos algunos nombres, Hecateo, Helánico, Acusilao y Ferécides, entre otros, de los que conservamos escasos fragmentos.
Otros predecesores de los historiadores fueron los escritores de periplos, descripciones geográficas mezcladas con anécdotas.
Los griegos no tuvieron conciencia colectiva hasta que hubieron de enfrentarse a un enemigo común, los persas, lo que les permitíó escribir los comienzos de su historia.
HERÓDOTO (Siglo –V)
La primera obra histórica que conservamos es Historias ( (Istori/ai) de Heródoto de Halicarnaso, título otorgado por Cicerón, que compartía los métodos de los logógrafos pero concibió una obra a mayor escala. Se inspiró en la épica de Homero, recordando las hazañas más importantes que habían llevado a cabo los hombres.
Heródoto, enemigo de la tiranía por lo que hubo de exiliarse en Samos, defendía los regíMenes en los que había libertad. Viajó por Egipto, Fenicia, Mesopotamia, Magna Grecia, el Peloponeso y el Ática, teniendo una amplia visión del mundo griego y de su entorno.
Su obra, dividida en nueve libros en época alejandrina, que recibieron el nombre de cada una de las nueve Musas, constituye una enciclopedia del mundo conocido en su época. En los cuatro primeros se describen casi todos los pueblos, en especial de Egipto (libros II y parte del III) que gozaba de gran fama entre los griegos por su sabiduría. El hilo conductor de su relato es el surgimiento y consolidación del Imperio persa en Asía Menor, sofocando las sublevaciones en Jonia (libro V), hasta su enfrentamiento con los griegos, las guerras médicas, al que dedica la mitad final de su obra (libros VI-IX).
La obra, compuesta en un estilo claro y sencillo, está repleta de emocionantes relatos, descripciones geográficas y de las costumbres de los pueblos, curiosidades, anécdotas y explicaciones de oráculos.
Heródoto utilizó fuentes escritas y orales. Entre las primeras están los datos de poetas (Hesíodo, Arquíloco, Píndaro, Esquilo...), de quienes desconfiaba, e inscripciones, oráculos y documentos oficiales. Aunque aporta más rigor que las fuentes de las que parte y él mismo advierte que lo que cuenta él no lo ha presenciado para intentar ser lo más objetivo posible, reconoce la poderosa influencia de los poderes sobrenaturales que dominan a la humanidad. Incluso no elimina elementos de la mitología griega, como las amazonas.
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El método de Heródoto se sustenta en tres elementos: o)/yij (observación personal en sus viajes), is( tori/a (búsqueda de información que puede ser escrita u oral) y gnw/mh
(facultad para diferenciar lo creíble de lo que no es).
En cuanto al criterio cronológico, Heródoto utiliza el método de generaciones, la fecha comienza con la guerra de Troya. Para fechas más recientes utilizó la medición a través de los gobiernos de los arcontes. Él es el primero en utilizar esta forma de datar.
Su obra, escrita en dialecto jonio, que aprendíó en Samos, está repleta de aticismos y homerismos. Su léxico y sintaxis son sencillos.
TUCÍDIDES (Siglo –V)
A diferencia de Heródoto, cuyos intereses eran muy amplios y abarcaban todo el orbe, la única obra de Tucídides, Historia de la Guerra del Peloponeso ( (Istori/a tou= Pelloponnhsikou= Pole/mou), se centra en un episodio concreto, la guerra entre Atenas y Esparta.
El propio autor, perteneciente a la aristocracia, participó en dicha guerra en la que fracasó como general por lo que se exilió de su patria veinte años, lo que le conllevó a escribir con cierta imparcialidad sobre los acontecimientos que se produjeron porque, al recorrer el Peloponeso, recopiló fuentes del otro bando.
Su obra está dividida en ocho libros. En los cinco primeros se relata la primera fase de la guerra, hasta la Paz de Nicias (-421). En los libros VI y VII la expedición a Sicilia y la derrota ateniense. En el último, la segunda fase de la guerra con la abolición de la democracia y los avances espartanos, poniendo fin a su obra en el año -411.
Su estilo es escueto y cortante, más complicado que el de su predecesor, con más de cuarenta discursos en estilo directo, puestos en boca de los principales personajes, que a veces responden a un punto de vista contrapuesto.
Es el primer autor que efectúa una rigurosa crítica de las fuentes y busca los motivos de los hechos en el carácter de los hombres, apartando explicaciones de tipo religioso o psicológico, proponiendo su historia como tema de estudio y de reflexión. Tucídides distinguía entre causa (ai)ti/a) y pretexto (pro/fasij) al igual que entre causas inmediatas y causas remotas. En cierta medida reflejó la decadencia moral y espiritual de su época.
Las incidencias de la guerra están narradas anualmente y más concretamente por estaciones. Tucídides es considerado el creador de la Historia como ciencia por su rigor científico. Es considerado un historiador imparcial, racionalista y humano porque cree que la historia puede explicarse sin tener que recurrir a sueños, profecías, oráculos e intervenciones sobrenaturales.
Pretendía que la historia fuera magistra vitae, creyendo que dejaría un bien para siempre, kth=ma ei)j aie) i/.
Emplea el ático aunque utiliza arcaísmos y términos poéticos, prefiriendo el período largo desde el punto de vista sintáctico. Ejercíó gran influencia en Salustio y Tácito.


JENOFONTE (siglos –V/-IV)
Su obra de carácter histórico se centra en el relato de su propia experiencia militar como mercenario en la Anábasis y en la continuación de la historia de Grecia desde donde lo había dejado Tucídides en las Helénicas ( (Ellhnika/), que relataba los sucesos desde la instauración del gobierno oligárquico de los Treinta Tiranos en Atenas (-411) hasta la muerte del beocio Epaminondas (-362) en Mantinea. Está dividida en siete libros. En ella se omiten algunos acontecimientos importantes, por desconocimiento o por ser poco favorables a los espartanos, mientras que en otros, que carecen de interés, se extiende. Tampoco le interesan los regíMenes políticos de las ciudades y muestra poca simpatía por los tebanos.
Jenofonte no alcanza la profundidad en el análisis de las causas y consecuencias históricas de su predecesor y se suele perder en ocasiones en la acumulación yuxtapuesta de episodios y discursos sin lógica, salvo la sucesión cronológica; además, pese a ser ateniense, muestra cierta simpatía por Esparta, que lo nombró Próxeno, en especial por su rey Agesilao cuya biografía escribíó, donde vivíó tras ser desterrado de Atenas.
La Anábasis (Ku/rou a)na/basij), en la que narraba la expedición de diez mil griegos a Persia al frente de Ciro para recuperar el trono que le había arrebatado su hermano
Artajerjes, su posterior desastre y penosa retirada de los griegos hasta el Ponto Euxino, está dividida en siete libros. En ella cuida los ritos religiosos, consulta los oráculos y tiene en cuenta las palabras de los sacerdotes que acompañaban a la expedición.
Frente al Racionalismo extremo de Tucídides, Jenofonte se presenta cercano a las creencias careciendo de imparcialidad y método científico riguroso.
También escribíó la considerada primera novela histórica, la Ciropedia (Ku/rou paidei/a), la educación de Ciro, fundador del Imperio persa, en la que se mezcla ficción
con realidad.
Su prosa, fácil y elegante aunque repetitiva a veces, exenta de períodos largos, es considerada por los propios críticos griegos como el modelo perfecto de prosa ática y tuvo buena acogida en la época helenística y luego entre los romanos, en especial por Quintiliano.

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