El Cogito Cartesiano: Duda Metódica y el Criterio de Verdad

Resumen

Este fragmento de la cuarta parte del Discurso del método de Descartes aborda la incertidumbre en la moral y la búsqueda filosófica de la verdad a través de la duda. Descartes rechaza los sentidos como fuente de conocimiento confiable debido a su naturaleza engañosa, argumentando que las experiencias en la vigilia pueden ser indistinguibles de los sueños.

Nociones: Duda y Certeza

La duda metódica cartesiana, una herramienta para acercarse a la verdad, no es escepticismo. Busca descartar todo aquello susceptible de duda. Descartes duda primero de los sentidos, luego de la razón (debido a la posibilidad de error, incluso en matemáticas), y finalmente de la realidad misma, dada la indistinguibilidad entre sueño y vigilia. De esta duda radical surge la primera verdad indubitable: "Pienso, luego existo" (Cogito ergo sum).

Mientras que la verdad es una afirmación objetiva universal, la certeza es el estado subjetivo de afirmar la verdad. Una idea puede ser clara (distinguible de otras) y distinta (con componentes distinguibles), pero no viceversa. Descartes confía en la razón universal: "Lo que concibo como verdadero es universal, porque todos tienen una y la misma razón".

El Cogito y el Criterio de Verdad

Descartes, con una sólida formación clásica, filosófica y científica, buscaba un conocimiento seguro. Insatisfecho con la cultura filosófico-científica de su época, y admirando la certeza matemática, buscó un principio indubitable como base para el conocimiento.

Este principio, la primera verdad, sería el fundamento de un saber metódico construido según las reglas cartesianas:

1. Evidencia: Aceptar solo ideas claras y distintas.
2. Análisis: Descomponer ideas complejas en partes simples para verificar su claridad y distinción.
3. Síntesis: Reconstruir el conocimiento a partir de las ideas simples.
4. Enumeración: Revisar el proceso para asegurar la exhaustividad.

Descartes aplica la duda metódica para encontrar esta primera verdad. Duda de los sentidos, de la razón (propensa al error), y de la realidad. De ahí surge el "Pienso, luego existo".

Este Cogito tiene dos consecuencias:

1. Define al "yo" como una sustancia pensante (res cogitans), un alma.
2. Establece la claridad y distinción como criterio de verdad y certeza.

Para Descartes, certeza y verdad son equivalentes, ya que la razón es universal. Lo que una mente concibe como verdadero debe serlo para todas.