Club Dumas

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Lucas Corso es un bibliófilo profesional, cazador de libros antiguos por los que aristócratas pagan una fortuna por tenerlos en su colección privada. El último encargo que ha recibido por parte de Varo Borja, poseedor de una magnífica colección de libros, es averiguar si su ejemplar de Las Nueve Puertas Del Reino De Las Sombras (de la que solo existen tres ejemplares, sobrevivientes a la hoguera de la Inquisición), es original y no una falsificación. A la misma vez, Corso debe de encargarse de unmanuscrito de Dumas, El vino de Anjou, cuyo último poseedor era Enrique Taillefer, recientemente suicidado.

Corso debe viajar a Portugal para poder inspeccionar uno de los ejemplares de Las Nueve Puertas. Pero empiezan a sucederla cosas extrañas. Un tipo raro, al que denomina Rochefort, le persigue allá donde vaya, y también una joven estudiante. Para colmo de males, el dueño de Las Nueve Puertas de Portugal es asesinado, y el libro destruido. A Lucas no le queda otra opción que ir a Francia a examinar el otro ejemplar. Allí se alía con la misteriosa joven estudiante, y ella le salva el pellejo cuando le ataca Rochefort intentando apoderarse de Las Nueve Puertas de Varo Borja. La dueña del ejemplar francés también es asesinada y destruido el libro. Corso encuentra una relación entre Liana Taillefer, viuda de Enrique, El vino de Anjou, Los Tres Mosqueteros y Las Nueve Puertas.

Estas pistas lo conducen hasta el Club Dumas, una selecta sociedad de amantes de la literatura de Alejandro Dumas; y descubre que ellos no querían Las Nueve Puertas, sino el Vino de Anjou. Corso vuelve a España, y cuando visita a Varo Borja para darle los resultados de su análisis, y descubre que el que estaba detrás de todo era él. Él había asesinado a los otros dueños de Las Nueve Puertas para poder hacerse con las nueve láminas correctas que permitían invocar al Señor de las Sombras, pues en cada ejemplar había solo tres originales.

Corso intenta que Varo Borja le pague por su trabajo, pero éste no le hace caso y comienza el ritual de invocación. Pero algo falla, y Varo Borja acaba resultando muerto, pues una de las láminas que él creía la correcta había sido falsificada por los hermanos Ceniza, unos expertos falsificadores.

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