Castillo de Monteagudo y Castillejo: Historia, Arquitectura y Legado Nazarí

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Castillo de Monteagudo y Castillejo: Historia y Arquitectura

Castillo de Monteagudo

El Castillo de Monteagudo es el monumento más interesante de la zona. Se adapta al terreno sobre el que se asienta, aprovechando los elementos defensivos del cerro. Se divide en dos espacios bien diferenciados:

  • Uno que rodea la parte inferior del pico y que cuenta con 12 torres cuadradas o rectangulares.
  • Otro que constituye el castillo propiamente dicho, sin torre del Homenaje ni patio de armas, y del que se conservan 5 torres en uno de sus lados.

Un aspecto destacado de la fortaleza son sus torres, caracterizadas por la proximidad entre ellas, por lo poco que sobresalen de los muros y por su similitud en altura a éstos. En la parte más inferior se conservan 12 torres, mientras que en el castillo se mantienen 5 formando parte de uno de los muros. Estas torres son de enorme grosor y muy macizas. Otro aspecto importante de la fortaleza, además de su color rojizo, es el impresionante Cristo del Sagrado Corazón de Jesús que la corona. Para transportar los materiales de construcción de esta impresionante imagen, se agujereó uno de los muros del castillo.

Castillejo de Monteagudo

Al lado del castillo hay unas ruinas que reciben el nombre de Castillejo, y que en época musulmana constituían un espacio torreado con forma de rectángulo, utilizado como sitio de recreo para los reyes taifas y otros dirigentes musulmanes. Existen unas dependencias que sobresalen del patio y pequeños canales de agua, antecedente del Patio de los Leones en la Alhambra.

Materiales de Construcción

El Castillo de Monteagudo se caracteriza por su color rojizo, color que le proporciona el tapial con el que fue construido. El tapial es un material que se hace más duro con el paso del tiempo, como el cemento. El uso de este tipo de material fue difundido por los almohades. Fue construido por orden de Ibn Mardanis, el Rey Lobo, de quien se dice que construyó asombrosas alcazabas y grandes paseos y jardines en Murcia. Desgraciadamente, el interés que despertó el edificio entre los especialistas no impidió su parcial destrucción a mediados del siglo XX, antes de concluirse su estudio arqueológico.

Es un recinto rectangular reforzado por fuertes torreones que acogen en su interior estancias palatinas. Las estancias del palacio se organizan en torno a un patio de crucero con sendas albercas en los lados menores. Junto a ellas se localizan los salones más importantes. El andén transversal, que une las salas de los lados mayores, es más ancho para facilitar la circulación interna del palacio. El torreón situado en el centro de cada lado, unidos entre sí por los andenes del patio, hacía las funciones de mirador. Una terraza ajardinada se situaba a un nivel inferior en el flanco occidental, dominada por el torreón-mirador de ese lado.

La planta de este palacio tiene sus paralelos más cercanos en dos palacios cercanos, el zirí de Ashir (Argelia), del siglo X, y la Zisa de Palermo, de mediados del siglo XII. El Castillejo de Monteagudo estaba rodeado de una serie de fincas provistas de grandes albercas y de huertos, como el citado Castillo de Larache, y de emplazamientos defensivos como el propio Castillo de Monteagudo, situado en otro monte cercano.

Descripción y Características del Castillejo

Se trata de una construcción rectangular de 68 por 38 metros fortificada al exterior mediante torreones cuadrangulares, que alberga en su interior un gran patio de crucero de 33 por 18 metros, con una serie de estancias articuladas en torno suyo, que responde a un tipo de almunia palatina de larga tradición en el mundo islámico. El palacio se sitúa dentro de la tradición arquitectónica en la que se funden la recreación del oasis y la evocación del paraíso, con abundante vegetación y agua, rodeado por jardines, albercas y pequeñas construcciones de recreo. Las estancias del palacio se organizan en torno al patio de crucero, con sendas albercas en los lados menores. Junto a ellas se localizan los salones más importantes.

El andén transversal, que une las salas de los lados mayores, es más ancho para facilitar la circulación interna del palacio. El torreón situado en el centro de cada lado, unidos entre sí por los andenes del patio, hacía las funciones de mirador. Una terraza ajardinada se situaba a un nivel inferior en el flanco occidental, dominada por el torreón-mirador de ese lado. La planta de este palacio tiene sus paralelos más cercanos en dos palacios cercanos, el zirí de Ashir (Argelia), del siglo X, y la Zisa de Palermo, de mediados del siglo XII.

El Periodo Almohade y la Alhambra

El período almohade durará hasta 1212, año en que son derrotados por las tropas cristianas en la batalla de las Navas de Tolosa. Sólo un reducto queda del mundo árabe, el reino que fundó en Granada, en 1238, Muhhamad ibn Nasr, perteneciente a una familia noble que da origen a la dinastía Nazarí y que pervive hasta 1492. Amplio período debido a la barrera que suponía el Sistema Penibético y que impedía ser invadida, y por otra parte, ha de tenerse en cuenta la astucia con la que actuaba, estableciendo pactos diplomáticos, declarándose vasallos del rey de Castilla. Es este un momento de gran esplendor cultural que acompaña a una interesante prosperidad económica basada en la perfecta organización de la agricultura y el comercio de artesanía con el Mediterráneo. A pesar de estas circunstancias tan favorables, comienzan a sucederse una serie de conflictos políticos que desembocan en el hecho de que el día de la Epifanía de 1492, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla entraran en la Alhambra, tomando la que había sido la última ciudad islámica en la península, Granada.

La Alhambra: Ciudad Palatina

La Alhambra es una ciudad palatina andalusí. Se trata de un rico complejo palaciego y fortaleza que alojaba al monarca y a la corte del Reino nazarí de Granada. Su verdadero atractivo, como en otras obras musulmanas de la época, no sólo radica en los interiores, cuya decoración está entre las cumbres del arte andalusí, sino también en su localización y adaptación, generando un paisaje nuevo pero totalmente integrado con la naturaleza preexistente. Es una ciudad amurallada que ocupa la mayor parte del cerro de La Sabika. La Granada musulmana tenía su propio sistema de amurallamiento, por tanto la Alhambra podía funcionar con autonomía respecto a la ciudad. En la Alhambra se encontraban todos los servicios propios y necesarios para la población que vivía allí: palacio real, mezquitas, escuelas, talleres, etc. Ben Al-Ahmar (Mohamed Ben Nazar) construyó el primer núcleo del palacio. Su hijo Mohamed II, que fue amigo de Alfonso X el Sabio, lo fortificó. A mediados del siglo XIV con Yusuf I, que construyó la Torre de Comares, y con Mohamed V, quien edificaría el Patio de los Leones.

En 1492, con la conquista de Granada por los Reyes Católicos, la Alhambra pasa a ser palacio real. La ocupación napoleónica supuso un episodio negativo para la Alhambra, por la voladura producida en 1812, al retirarse el ejército francés. Sólo el arrojo de un soldado español pudo evitar casi su total destrucción. El Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco declaró la Alhambra y el Generalife de Granada como Patrimonio Cultural de la Humanidad el 2 de noviembre de 1984.

Estructura de la Alhambra

Distinguimos varias unidades, como La Alcazaba (para la guarnición), los Palacios Nazaríes propiamente dichos: Los palacios nazaríes son el conjunto formado por el Palacio de Comares, construido en primer lugar, y el Palacio de los Leones. Cronológicamente fueron levantados después de la Alcazaba, el Generalife y el Partal, siendo su construcción del primer tercio del siglo XIV. Constituía la sede de las funciones administrativas, de la corte, protocolo y retiro y disfrute privado. El resto de dependencias civiles musulmanas (la ciudadela) y las construcciones cristianas entre las que destaca el Palacio de Carlos V.

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