Características del profesor de religión

Explicar con claridad y profundidad:

6.1. Cada una de las carácterísticas que, desde el punto de vista pedagógico, deben adornar al profesor de ERE…

• Educador más que docente

El ser <<educador>> es una dimensión común a todo profesor, sobretodo de Primaria. Nuestra reflexión aquí pretende resaltar esta condición de <<educador>> que debe adornar al profesor de religión.
Este a pasado por una crisis de identidad, debido al desconcierto sobre cual deberá ser la naturaleza de la clase de religión. Una vez reconocido y aceptado que todo proceso de enseñanza-aprendizaje es en su esencia un proceso <<educativo>>, porque afecta al educando en su integridad.

• Integrado en la dinámica pedagógica de la LOGSE.

Un peligro del profesor de religión, es la de caminar a su aire y al margen de las exigencias pedagógicas y didácticas que rigen la actividad académica del Colegio. Es tarea del profesor de religión, la de trabajar en la elaboración del Plan de Centro, en particular en la elaboración del Proyecto Curricular del Centro.

• Relación Educativa fundamentalmente activa.

Una carácterística elemental del profesor de Primaria es la de propiciar una pedagogía activa. De caer en dos tentaciones: una, dirigir y desarrollar él toda la clase; otra, dejar hacer al alumno como una actividad de distracción.

• La globalización como criterio y actitud didácticos.

Siendo la globalización el criterio pedagógico-didáctico base en la Primaria, también el profesor de religión ha de mantener una actitud globalizadora en su actividad educativa.
Dicha actitud consiste en ayudar al niño a abrirse a los valores espirituales y transcendentes a partir de la propia experiencia humana.

6.2. Cada una de las carácterísticas que, desde el punto de vista humano, deben adornar al profesor de ERE

• La dimensión humana del profesor juega un papel fundamental en el proceso educativo, sobretodo, con alumnos de Infantil y Primaria. De ahí que resaltemos también algunos de sus rasgos elementales.
• Actitud de cercanía.
  El profesor de religión ha de vivir la cercanía educativa no solo como necesidad pedagógica, sino también por exigencia teológica. Su misión de <<enviado>> le constituye en mediador y cauce de un mensaje que básicamente es <<encarnación>> Jesucristo el <<Emmanuel>> (Dios con nosotros). La cercanía, por tanto, del profesor de religión es portadora de la cercanía de Dios al hombre.
• Actitud de bondad y de amor.

Esta actitud podría ser considerada como una carácterística más de la de <<cercanía>>, pero es tan significativa que merece un tratamiento específico. Es una actitud de alteridad que libera y ayuda al alumno en su propia realización y maduración personal. La actitud de amor y de bondad son los ejes de un proyecto educativo frente a una cultura del egoísmo, del bienestar materialista, del <<yo>>. Tal proyecto educativo lo testimonia el profesor con su actitud educativa y también lo oferta como clave de una relación personal más humana y humanizadora.

• Actitud optimista y alegre. No es la alegría una simple cualidad humana, es también una virtud, cuando emana de la razón misma de la fe y de la experiencia de confianza en el amor paternal de Dios. Pero es además un criterio pedagógico.

6.3. Cada una de las carácterísticas que, desde el punto de vista pastoral, deben adornar al profesor de ERE

• Testigo vital del mensaje que transmite. Es, sin duda, la carácterística más comprometida para el profesor de religión. El verdadero educador es el que educa, enseña, desde la propia experiencia, con el propio testimonio.
• Apóstol desde el ministerio de la Palabra. Lo profesional del profesor de religión no va en menoscabo de la dimensión apostólica que tiene su función educadora de la fe.
• Colaborador en las tareas pastorales de la Iglesia. La labor apostólica del profesor de religión no debiera quedar reducida al interior del marco escolar, sino que el peso específico de la tal actividad transciende los muros de la escuela y conecta con esa otra plataforma de acción evangelizadora que es comunidad parroquial.