Características Narrativas del Siglo XX

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Héroe: es el concepto que más cambia a lo largo de la historia de Occidente. -Desde el héroe homérico: semidiós con cualidades excepcionales. Edad Media: se identifica con el personaje que representa los valores del cristianismo. Siglo 19: en pleno desarrollo del capitalismo y predominio de la burguesía, el héroe es un personaje que busca posicionarse estratégicamente en la sociedad escalando hasta lo más alto de la pirámide social; muchas veces dejando los valores éticos y morales para rendirse al valor del dinero que es el nuevo 'dios'. Siglo 20: el héroe debe considerarse un anti-héroe porque no tiene ningún rasgo excepcional como el épico. Es un personaje anónimo, víctima de la sociedad regida por los valores materialistas, de ahí que se ubique muchas veces al margen de la sociedad, presenta un descreimiento religioso, aunque viva en una ciudad se siente solo e incomunicado. (Muchas veces el héroe pierde su perfil para representar conductas arquetipos de la sociedad actual)

Acción: Narrativa tradicional: la acción es central, se define como 'sucesión de hechos que se relacionan entre sí y constituyen el núcleo de otros sucesos secundarios. Las acciones van tejiendo la trama narrativa que permite avanzar en el desarrollo narrativo. Generalmente hay un planteo, desarrollo y desenlace de la acción que cierra la historia. Ejemplo: Don Quijote se enfrenta a distintos obstáculos, cada uno constituye una aventura, en este caso una acción. Siglo 20: la acción es secundaria, en muchos casos puede decirse inexistente o pre-textual, es decir, anterior a la narración. No avanza en los pasos tradicionales: planteo, desarrollo y desenlace. Es muy frecuente que el planteo sea un comienzo abrupto y que el final sea abierto, así como también es frecuente que el relato comience con el desenlace de la historia. Todo esto se debe al desprecio del narrador por la acción, lo que constituye un desafío para el autor porque deberá atrapar al lector no por el recurso de la curiosidad por conocer las consecuencias sino que el lector deberá estar atento a otros procesos: las preocupaciones existenciales, la psicología del personaje.

Tiempo: Ficción tradicional: el tiempo tiene un sentido lineal, es decir, un suceso sigue al otro como eslabones de una cadena. Siglo 20: se derrumba el esquema lineal por muchos motivos: teoría de la relatividad de Einstein, teoría del psicoanálisis de Freud y la idea del tiempo de Bergson. De esta manera, el relato no cumple el sentido lineal del tiempo, se produce una interrupción o una anacronía. Las alteraciones temporales pueden consistir en un salto hacia el pasado dando lugar al racconto y al flashback, y el salto al futuro premonición y forward.

Espacio: Narrativa tradicional: aparece con frecuencia un espacio o escenario familiar al lector donde ocurren los hechos narrados, puede ser un lugar abierto como una ciudad, un barrio, una pradera o cerrado como una casa, una biblioteca, una sala. También puede aparecer un espacio social en el que se hace referencia a la cultura, la religión, la moral, la economía en los que se sostiene la trama. En la narrativa realista así como en la novela histórica, la reconstrucción del espacio es fiel a la época en cuestión. Siglo 20: generalmente el espacio presentado desestabiliza al lector porque puede ser desconocido. Es muy frecuente que el espacio exterior quede en un segundo plano frente al estado espiritual y psicológico del personaje. Los estados de ánimo, los sentimientos, la sociedad, la incomunicación son los espacios internos en los que se desarrolla el relato. También puede estar presente el espacio social si la obra cuestiona la estructura y valores sociales. Muchas veces no da una visión panorámica del espacio sino que se presenta de manera fragmentada.

Narrador: Narrativa tradicional: el narrador, también llamado 'la voz', adopta una postura omnisciente (lo sabe todo) que el lector considera confiable. Siglo 20: aparece lo que se llama el 'monólogo interior', técnica narrativa que consiste en transmitir directamente el fluir de la conciencia del personaje directamente, sin intermediación del narrador.

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