La caída de la monarquía y el nacimiento de la II República Española
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La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
a) El Establecimiento de la Dictadura
El capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, tomó el poder al frente de un Directorio Militar que suspendió la Constitución, las Cortes y la actividad de los partidos políticos. El gobierno de las provincias fue encomendado a generales de brigada y la Mancomunidad de Cataluña fue disuelta. El Directorio logró restablecer el orden público y obtuvo un gran triunfo en Marruecos con la rendición de Abd-el-Krim tras el desembarco de Alhucemas en 1925.
En los primeros años de la dictadura, la política se basó en el personalismo del dictador, el pragmatismo político y la influencia del fascismo italiano. Posteriormente, Primo de Rivera intentó institucionalizar su régimen creando un partido único, la Unión Patriótica, y una Cámara parlamentaria, la Asamblea Nacional Consultiva. Simultáneamente, se crearon los Comités Paritarios, con participación de patronos y obreros.
En 1925, el Directorio Militar fue reemplazado por un Directorio Civil, integrado por personalidades de la Unión Patriótica y técnicos independientes. Este desplegó una activa política económica, pero la oposición a la Dictadura creció. A los políticos monárquicos se unieron intelectuales, estudiantes, la burguesía catalanista e incluso sectores del Ejército (Sanjuanada, 1926; movimiento de Valencia, 1929). El conflicto de Primo de Rivera con el Cuerpo de Artilleros agravó la situación, llevando a su renuncia en enero de 1930.
b) Caída de la Monarquía (1930-1931)
El rey encargó al general Berenguer la formación de un nuevo gobierno. Berenguer creía que la solución era la vuelta a la normalidad constitucional anterior a la dictadura (Constitución de 1876, turno de partidos) mediante Cortes ordinarias, como si nada hubiera ocurrido.
Ante este programa, las fuerzas republicanas, unidas por el Pacto de San Sebastián, junto con la izquierda catalana y el Partido Socialista, formularon un programa conjunto.
El Gobierno Berenguer controló la sublevación militar de Jaca, liderada por Galán y García Hernández, pero no sobrevivió al rechazo político. Un nuevo gobierno, presidido por el almirante Aznar, convocó elecciones municipales. El 12 de abril de 1931, las candidaturas republicanas triunfaron en casi todas las capitales de provincia. Aunque los monárquicos obtuvieron más votos en total, los republicanos consideraron el triunfo urbano como definitivo. Los monárquicos aceptaron este punto de vista y, el 14 de abril, el rey partió al exilio, proclamándose la República.
La Segunda República Española
1. El Gobierno Provisional y la Constitución de 1931
Proclamada la República el 14 de abril de 1931, en un clima de ilusión popular, el Gobierno provisional, presidido por Alcalá Zamora, inició su labor.
El gobierno, siguiendo las directrices del Pacto de San Sebastián en un difícil equilibrio entre tendencias, afrontó dos cuestiones:
- Francesc Macià proclamó el Estat Català en Barcelona el 14 de abril. Se resolvió con una autonomía provisional para Cataluña hasta la aprobación del Estatuto definitivo por las Cortes.
- La agitación anticlerical, como respuesta a la pastoral del cardenal Segura (elogio a la Monarquía) y a incidentes en la inauguración de un Círculo Monárquico en Madrid. Desde mayo, ocurrieron desórdenes e incendios de iglesias y conventos en Madrid y otras ciudades.
La Constitución: El objetivo principal era la reunión de Cortes Constituyentes para dar soporte jurídico y político al nuevo régimen. Las elecciones del 28 de junio dieron un claro triunfo a la coalición republicano-socialista.
La Constitución, aprobada el 9 de diciembre, definía a España como una República democrática de trabajadores de toda clase, organizada en un régimen de libertad y justicia, compatible con la autonomía de municipios y regiones.
La Presidencia de la República se elegía por seis años, y el jefe del Gobierno era responsable ante las Cortes, con una sola cámara, el Congreso de los Diputados, elegido por sufragio universal. La Constitución aseguraba la separación de poderes y establecía un Tribunal de Garantías para resolver infracciones constitucionales y conflictos entre la Administración central y las regiones autónomas. Proclamaba la igualdad ante la ley y recogía una amplia declaración de derechos individuales.
Los artículos 26 y 27 establecían la separación de Iglesia y Estado, suprimían la retribución del clero y la enseñanza religiosa, y permitían disolver órdenes como la Compañía de Jesús. La cuestión religiosa provocó la primera crisis, con la dimisión de los católicos Alcalá Zamora y Miguel Maura.
Tras la aprobación de la Constitución, las Cortes eligieron a Alcalá Zamora como presidente de la República, y se formó un Gobierno presidido por Manuel Azaña, de composición republicano-socialista.