Bocio difuso hipocaptante

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BOCIO- Nódulo TIROIDEO

BOCIO significa aumento del tamaño tiroideo. El peso tiroideo normal máximo se encuentra en alrededor de los 20 gramos y, si bien es imposible medirlo mediante una maniobra semiológica, los endocrinólogos y los expertos en medicina nuclear suelen estimarlo, hablando, por ejemplo, de “una glándula tiroides de 40-45 gramos” Naturalmente, esta estimación es aproximada; sin embargo, cuando la realizan en forma sistemática médicos habituados a examinar a gran número de pacientes, se muestra comparable entre diferentes especialistas y permite, en una observación secuencial, apreciar eventuales cambios del tamaño tiroideo, espontáneos o inducidos por un determinado tratamiento.

El bocio puede ser difuso o nodular, y este último puede ser uninodular o multinodular. Un nódulo tiroideo puede definirse palpatoriamente como una formación circunscrita, dentro de la glándula tiroides, con límites propios, diferenciable del parénquima circundante Hay diversos tipos de bocio;
En algunos existen factores etiopatogénicos relativamente conocidos, aunque en otros estos aún son oscuros. Sean cuales fueren, se admite universalmente el papel que desempeñan una carencia relativa de yodo y el efecto de la TSH en el desarrollo nodular, avalado en forma indirecta por la eficacia de tratamientos supresores de esa hormona con tiroxina, en el manejo de algunos bocios nodulares benignos y en el cáncer tiroideo..

ENFOQUE DIAGNÓSTICO

Un paciente con un nódulo tiroideo se debe al hallazgo de una protuberancia en la cara anterior del cuello que se desplaza visiblemente con los movimientos deglutorios.

La glándula tiroides debe palparse en el examen físico .Es el único órgano endocrino accesible a la exploración física directa en ambos sexos.

Su examen entre otras cosas permite:

-- detectar bocios y nódulos que tienen alta prevalencia en la población;

--- por lo anterior, realizar la detección precoz del cáncer tiroi-

-- un trastorno de la fertilidad o de alteraciones del ciclo menstrual;

--  un trastorno caracterizado por cansancio crónico, con signos depresivos u otros signos inespecíficos (cambios en la piel frío, constipación, hipercolesterolemia, etc.), cuando se trata de un hipotiroidismo no diagnosticado.

Durante la palpación tiroidea es necesario completar la semiología visual y palpatoria del cuello, y se debe establecer:

— la estimación del tamaño tiroideo;

—la presencia de bocio difuso o nodular

—la dureza y/o irregularidad de la superficie del bocio o nódulo

—el dolor a la palpación (intenso en una tiroiditis subaguda);

— la fijación de la tiroides a planos musculares y/o profundos (en un carcinoma o en la tiroiditis de Riedel);

—la movilidad vertical de la tiroides con la deglución;

—la posibilidad de delimitar el borde inferior tiroideo para investigar la posible proyección intratorácica de los grandes bocios;

--la movilidad y desplazamiento de la tráquea;

--la presencia de adenopatías de las cadenas yugular, carotidea y de los huecos supraclaviculares;

---la existencia de dilatación de las venas yugulares, especialmente al elevar los brazos (signo de compresión vascular por un bocio intratoràcico)

Clasificación DE LOS  BOCIO

*BOCIO NO TÓXICO

--Endémico (deficiencia de yodo)

--Simple difuso

--Multinodular no tóxico

--Secundario a bociógenos (tiocianatos, pcrcloraro.Tioureas, SuJfámidas, yoduros)

--Defectos hereditarios de la biosíniesis de hormonas tiroideas I

--Tiroiditis autoinmune

--Tiroiditis no autoinmune (aguda, subaguda, leñosa de Ricdel)

--Neoplasias benignas y malignas

--Quistes tiroideos

*BOCIO TÓXICO

--Enfermedad de Graves-Basedow

--Nodular tóxico o enfermedad de Plummer


Los nódulos tiroideos en general son palpables cuando son mayores de 0,5-1 cm.

Cuando el médico enfoca el estudio diagnóstico de un nódulo tiroideo, surge una pregunta fundamental: ¿se trata de un cáncer tiroideo? La mayor parte (alrededor del 95%) de todos los nódulos corresponden a una patología tiroidea benigna (adenoma folicular, bocio multi-nodular, tiroiditis autoinmune, etc.). Si bien en algunos pacientes la semiología brinda datos muy sugestivos de malignidad (dureza, fijación, disfonía o disfagia asociadas, etc.), en la inmensa mayoría de los casos de cáncer tiroideo este es diferenciado (papilar, folicular) y suele presentarse simplemente como un nódulo único o a veces dominante en un bocio multinodular.

Existen, sin embargo, algunos antecedentes que aumentan la probabilidad de que el nódulo en evaluación corresponda a un carcinoma tiroideo. Por ejemplo, el grado de sospecha debe ser mayor si se trata de un hombre joven, con un nódulo único, o de reciente aparición y crecimiento progresivo (en semanas a meses), o con antecedentes de irradiación de la cabeza y el cuello en la infancia (por adenoides, amigdalitis, acné, etc.). La existencia de antecedentes familiares (o en el paciente) de feocromocitoma, carcinoma medular tiroideo o hiperparatiroidismo debe incrementar la sospecha de una neoplasia endocrina múltiple (NEM) de tipo Ila vinculable con un eventual cáncer medular en el paciente. También pueden existir algunos signos sugestivos como la presencia de adenopatías cervicales. Si bien clásicamente se ha considerado que los nódulos únicos tienen mayor probabilidad de ser malignos que los bocios multinodulares.

También debe acotarse que muchos bocios con nódulos ‘‘únicos” a la palpación se reclasifican como multinodulares luego de una ecografía que muestra otros, de menor tamaño, que no es fácil identificar con la palpación.

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