Atalaya pdf

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Prólogo del atalaya. Primera parte:


La tragedia comienza previo al regreso del héroe de Troya, mientras
que en Argos reina
Clitemnestra junto a Egisto. Cuando comienza la
tragedia, se abre con el prólogo a cargo del atalaya, que se encuentra en lo alto del palacio de Argos, esperando la señal que indique la toma de Troya y el regreso de Agamenón.
Cuando la hoguera se prendiera, se terminaría la guerra y Agamenón
volvería al palacio. Por está razón Clitemnestra tiene en diferentes
ciudades Atalayas, para que cuando la ciudad mas cercana de la señal de
fuego, ella planee la venganza y el discurso para cuando Agamenón
vuelva.
La rapidez con la que ella planeaba como matarlo y lo que hizo para
que su hijo se fuera a otra ciudad, demuestra la inteligencia de
Clitemnestra.
“Pido a los dioses que me liberen de este penoso trabajo”, comienza con
una súplica, un pedido, una invocación a los dioses por parte del Atalaya
en un momento de desesperación. Al referirse a su “penoso trabajo”, le
pone un adjetivo al sustantivo, trabajo que produce lástima, debido a que
ha estado durante diez años haciendo lo mismo. Su trabajo, el que le hace
tener un muy bajo estado de ánimo lleva al Atalaya a que exagere todo lo
que le pasa y lo que vive porque lo único que hace es esperar a que se
prenda la hoguera.
Nos permite ver que la espera fue larga y que vive con la incertidumbre de
no saber cuando todo esto va a tener fin, cuánto tiempo llevará esta espera.
Observamos esto debido a que la guerra aún no tiene fin: “…de esta
guerra sin fin…”.
Se nos da una ubicación cronológica y mitológica. La primera se da en la
noche y la segunda en la leyenda de los Pelópidas, cuando dice: “En lo
alto del palacio de las Atridas”. Se agrega al plantear la ubicación la
noción de tiempo haciendo referencia a todo el año. Para poder explicar
cómo se sintió durante ese tiempo realiza una comparación, utilizando el
“como” (nexo comparante). El Atalaya se compara con un perro, porque
en todo este tiempo tuvo la obligación de estar siempre alerta. Tuvo que
ser guardián y fiel a Clitemnestra a pesar de lo deshumanizante que era
realizar ese trabajo. Además, sufríó de soledad, no tenía contacto con otras
personas y tampoco afecto. Suponemos que la reina lo somete a esta
guardia sin fin para demostrar que tiene un carácter autoritario y es
malvada.
A continuación vuelve hacer alusión al tiempo, poniendo en juego al
mismo con él: “contemplando las varias constelaciones (…) cuándo hacen
su salida”. Por un lado el tiempo pasa y por otro él permanece inmóvil. Al
estar tanto tiempo quieto llega a ver el movimiento de las estrellas. Hay
una antítesis entre la inmovilidad del Atalaya y el movimiento de las
mismas. El tiempo pasa, pero el sigue quieto en el mismo lugar.
La señal de la hoguera significa su libertad, y por la manera en que lo
expresa “…esplendente fuego…”, demuestra que él lo que mas desea es su
libertad.
Presenta a la reina de forma indirecta. Da tres rasgos sobre ella; duro
corazón, imperiosa y dominante. En esta época esto se asocia a lo
masculino, son propias de éste género. Aquí vemos que la reina le
encomienda esa tarea.
El Atalaya vuelve a exagerar su situación mostrando que tiene temor a
dormirse y no cumplir con su tarea. Miedo a que mientras duerme, la señal
sea indicada. En esta exageración vemos una hipérbole pues una persona
no puede estar sin dormir diez años porque moriría.
“Llega la noche, más no viene con ella el reposo (…) tranquilo
descanso…”. Deducimos que se encuentra a la intemperie debido a que le
cae rocío a su lecho. Esta tan mal, que cree que todo es malo y no le
encuentra el lado positivo a la situación. También hay una personificación
del terror; tiene miedo de dormirse porque quizás en ese momento del
sueño, se prenda la hoguera y el no la vea. Todo esto, nos muestra un gran desgaste físico y emocional del Atalaya, debido a que nunca esta
tranquilo, sino que siempre está alerta.
A consecuencia de todo esto busca actividades para no dormirse, intenta
cantar o tararear pero no le funciona, entonces comienza a llorar
acordándose de su pasado. “…aquel su amo de otros tiempos…”, donde
no reinaba Clitemnestra y el trono lo ocupaba Agamenón, vivíéndose así
en tiempos de prosperidad. Se establece una antítesis entre el tiempo
pasado y el presente.
“Ojala (…) buena nueva”. Aquí el atalaya nos expresa su deseo de que
finalice la guerra y ser libre de nuevo, a través de oraciones exclamativas.

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